La industria de las falsificaciones de productos TIC es cada vez más lucrativa. Según la comisión sobre el robo de propiedad intelectual estadounidense estima que las falsificaciones le cuestan al país entre 29.000 y 41.000 millones de dólares al año.
Así, en el último ejercicio, las falsificaciones rondaban el 2,5% de los productos TIC que se mueven en el comercio internacional. Hoy, esta cifra ha aumentado hasta el 6,5%.
Según un informe de la OCDE, las consolas y los videojuegos son los más vulnerables a la falsificación. Y es que, uno de cada cinco teléfonos móviles y una de cada cuatro videoconsolas que se envían a nivel internacional son falsos.
Estos productos se fabrican principalmente en China y, a través de multinacionales de comercio electrónico como Alibaba o Amazon, muy permisivas con el comercio de productos falsos, se envían al resto de países. Las empresas más afectados son, en primer lugar, las estadounidenses; y luego, las finlandesas y las japonesas.
Pero de todas las empresas afectadas por la falsificación, la que se lleva la peor parte es Nokia, sobre todo por el interés que despiertan sus productos en los mercados emergentes.
Las empresas no son las únicas perjudicadas, los productos falsos pueden contener una concentración peligrosa de sustancias dañinas como plomo o cadmio, lo que puede perjudicar gravemente la salud. Además de presentar un mayor riesgo de incendios y descargas eléctricas.
Los consumidores no lo tenemos nada fácil para detectar estas falsificaciones, para lo que es necesario tener un alto nivel de conocimientos técnicos que la mayoría no tenemos.