Por lo general, las series españolas que se emiten hoy en las cadenas generalistas duran tanto como una película, están hechas con cuatro duros, son fruto de las prisas, están plagadas de decenas de tramas innecesarias para llenar el máximo tiempo posible en el prime time y, pese a que tienen buenas ideas, unos guionistas casi heróicos que trabajan en condiciones precarias y se venden bien en el extranjero, no son capaces de competir en calidad con los productos creados en Estados Unidos. Telefónica está decidida a cambiar esta situación y recuperar tiempos mejores .
La operadora que dirige Luis Miguel Gilpérez ha presentado este viernes La Peste, nueva serie en la que participan el dueto estelar compuesto por Alberto Rodríguez y Rafa Cobos, los sevillanos que tienen en su haber obras como Grupo 7, After, 7 Vírgenes y, especialmente, La Isla Mínima.
La primera noticia de esta colaboración tiene ya un año, y lo cierto es que no se va a empezar a rodar hasta finales de 2016, para estrenar en otoño de 2017. ¿A qué se debe tanto retraso?
Todo tiene que ver con el cambio radical que ha emprendido Telefónica a la hora de afrontar la producción. Fuentes de la compañía explicaron a SABEMOS que se ha optado por un sistema a la americana con una cartera de proyectos en desarrollo cuyas fases previas se financian, se realicen o no, y que tras una ardua selección se quedan en unos pocos títulos de calidad más que solvente que ven la luz verde y comienzan a producirse.
Una vez aprobados los proyectos, en la producción no se escatima el valor más escaso entre las series rodadas en España: el tiempo. «Realmente no quería volver a hacer televisión, ya la hice y desde entonces los guionistas españoles me parecen héroes. Pero me convenció el proyecto porque me ofrecieron, sobre todo, una inversión en tiempo para hacer bien las cosas», explicaba Rodríguez.
El responsable de producción original de la compañía, Domingo Corral, explicó que sus objetivos pasan por «un creador con una mirada» –lo que en EEUU se llama showrunner–, por «series muy cinematográficas» con «el guionista como estrella» y por «formatos que en drámas serán de entre 45 minutos y una hora, y media hora para las comedias».
Corral explicó que en estos momentos 20 series en desarrollo, y que el objetivo es que haya muchas más. Siempre teniendo en cuenta que «muchas no saldrán». Por ahora, antes de que se estrene La Peste llegarán a las pantallas dos comedias y un drama.
Para Telefónica, una de las ventajas de la producción de series es que sus creaciones, por buenas que sean, no son consideradas un producto premium por la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) y, por tanto, no tienen obligación alguna de revenderlas.
Sobre la forma de emisión, Corral dejó claro que aunque aún no se ha tomado una decisión, él no es partidario de que la primera ventana de las series sea en formato ‘atracón’ o binge-watching, tal y como hace Netflix. A su juicio, es mejor que sea un evento semanal y, al terminar, ofrecer ya todos los episodios juntos.
En cuanto a la posibilidad de llevar a otros mercados de Telefónica las series, Corral destacó la voluntad internacional de los productos, si bien admitió que en el caso de La Peste, por ejemplo, y a pesar de haber recibido indicaciones sobre la conveniencia de rodar en inglés, finalmente optaron por el castellano. Difícilmente si no iban a ambientar correctamente una historia ambientada en la Sevilla del siglo XVI, una ciudad que, como subrayó Rodríguez, «era enormemente diversa: tenía un 10% de negros, esclavos y un burdel que pagaba impuestos a la Iglesia».