La BBC no pone sus canciones, ha emprendido cruzadas contra empresas como Starbucks y Monsanto, ha entablado polémicas con figuras que van desde Donald Trump al fallecido Steve Jobs … El veterano músico canadiense podría dar la imagen de entrañable leyenda del rock, pero no sólo no se calla… sino que está muy cabreado.
La BBC no pondrá música de Neil Young en sus programas y así se lo ha hecho saber a sus Dj’s en una nota interna, según han revelado varios medios ingleses. Es la última polémica que ha saltado con el veterano músico canadiense de 69 años como protagonista. La cadena pública británica da como motivo que Young, al igual que otros grupos que han sido vetados como The Doors, no están inscritos en MCPS, la sociedad de derechos de autor británica, por lo que no tienen manera de retribuir a los artistas. Sus derechos los tutela Wixem, quien se encarga de representar a cada artista individualmente y con quien la BBC no tiene acuerdo. Curioso que el conflicto haya explotado en 2015 cuando Young ya anunció que dejaba MCPS en 2002. Al parecer, tiene que ver con el último servicio de la BBC de descarga de programas offline de los usuarios.
Quizá en esta última polémica sea en la que menos tenga que ver el carácter revolucionario y de denuncia de Young, pero lo cierto es que el longevo músico no tiene reparos en llevar a cabo una cruzada con todo aquello con lo que no está de acuerdo o le parece injusto. Y así lo transmitido con su música durante toda su carrera, con ejemplos que van desde aquella deliciosa ‘Ohio’ de principios de los 70’s contra Nixon y la matanza de estudiantes en Kent, pasando por su ‘Living with war’ anti-Bush a su último disco (¡su 37º de estudio!), titulado ‘The Monsanto Years’. Un alegato contra el monstruo de los alimentos transgénicos Monsanto en el que también sale escaldada la multinacional Starbucks, contra la que ha hecho una llamada al boicot, como en su canción ‘A Rock Stars Bucks a coffee shop’.
Pero su compromiso social también se extrapola al ámbito musical. Y ahí su guerra no es otra que contra el MP3 y la baja calidad de la reproducción musical en archivos digitales. “La música pierde su alma”, se queja. Tanto que le llevó a crear Pono, un sistema (con su propio reproductor) lanzado a principios de año que multiplica la calidad de escucha de estos archivos, dando una experiencia cercana a la del estudio y multiplicando la del CD. Entre sus críticas, los servicios de Apple Itunes han estado siempre en su punto de mira y eso cabreó en su momento al propio Steve Jobs, como recoge la última biografía publicada ‘Becoming Steve Jobs’. “A la mierda Young y sus discos”, se relata que dijo el fallecido magnate de Apple. Pero el músico siguió en sus trece. “Estuve en casa de Jobs y en su salón tenía vinilos y un tocadiscos”, dijo en una entrevista en El País en 2008.
En dicho proyecto, Young ha contado con el apoyo de Donald Trump, pero eso no le sirvió al ejecutivo norteamericano para estar a salvo de sus críticas. Porque cuando Trump abrió los actos de su campaña presidencial con ‘Rockin in a free world’, el cabreo de Young fue monumental. Más cuando, según su representante, su favorito a la presidencia es el demócrata Bernie Sanders.
Y así, mientras despotrica contra la construcción de un oleoducto en Alberta y conduce su Lincvolt, un coche Lincoln de 1959 que sólo se mueve con electricidad y biocombustibles que no tengan impacto medioambiental, el músico que inspiró por igual a hippies (movimiento que tampoco estuvo a salvo de sus críticas) y grunges, sigue con su carrera musical, sin que problemas de salud tan graves como el aneurisma cerebral que superó en 2005 o frustraciones como su segundo divorcio el año pasado (que también le costó un berrinche extra con su viejo compañero David Crosby de’ Crosby, Still & Nash’) le corten su inspiración. Es más, parece canalizar esa mala leche en componer, como muestra su discografía, algunas de las más bellas canciones jamás escritas.