Lo debemos asumir, cuando nos disponemos a comprar algo ya hemos tomado la decisión antes de saberlo. Nuestra personalidad predetermina lo que vamos a querer sin que seamos conscientes de ello, y eso incluye los dispositivos tecnológicos.
De este modo, la pregunta es muy clara: ¿somos libres cuando compramos un terminal móvil? Ante el escaparate, con 20 marcas y 100 modelos, creemos tener una sensación única. Si además el bolsillo está lleno, un éxtasis floral recorre nuestro cuerpo. Por un instante pensamos que la elección será de nuestro agrado, que nadie, ni si quiera el comercial de turno, podrá hacernos cambiar de idea.
Aunque debemos asumirlo, hay algo más potente que nosotros mismos que domina esa situación: se trata de nuestra mente, que de manera subconsciente ya nos predetermina a elegir un modelo de fabricante, color y características. Por ello, desde Sabemos hemos consultado a algunos docentes del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad Complutense y, con la aclaración de que no hay ningún estudio probado al respecto, la conclusión es unánime: la personalidad influye obviamente en nuestro comportamiento como consumidores.
Es más, nos advierten de que la personalidad incluye nuestros rasgos característicos, el concepto que tenemos de nosotros mismos, nuestras emociones, nuestras actitudes y principios y, de forma más específica, nuestra susceptibilidad ante los mensajes publicitarios y nuestra inclinación, por lo tanto, hacia la tecnología. Así pues, esa acción tan nimia de comprar un smartphone se ha convertido en un entramado neuronal y emocional que nos secuestra cualquier decisión propia que pensemos tomar.
De todos modos, desde el Departamento de Personalidad de la Complutense nos aclaran que no conocen ninguna investigación en el ámbito académico que ligue de forma tan estrecha estos componentes de la personalidad con la compra de una determinada marca de móviles. Pero que no se haga en el ámbito académico, no significa que desde la parte empresarial no lo hagan.
No pienses, da lo mismo
Para aclarar este aspecto, el director de Marketing Corporativo de LG, David García Pawley, nos confirma de forma rotunda que sí existe un grupo de psicólogos que trabaja con el objetivo de entender las motivaciones en el uso y proceso de compra de sus teléfonos móviles.
¿Todavía quedan dudas sobre nuestra indefensión ante los procesos de compra? En este sentido, David García aclara que “los procesos de compra se componen de aspectos tanto racionales como emocionales. Si lo racional lleva a conclusiones, lo emocional lleva a la acción”.
En este punto, y una vez que hemos tomado conciencia de que, precisamente, eso es lo que perdemos al comprar, llega el momento de averiguar si la adquisición de un terminal móvil en concreto viene marcado por la propia personalidad de cada uno. Desde LG afirman que efectivamente las elecciones pueden venir marcadas por nuestro carácter y personalidad. Así, la elección de un dispositivo se convierte en algo muy personal y, por lo tanto, influye en el modo de vida y los gustos de la persona.
Apple como experiencia y algo más
Si algún fabricante no es sospechoso de ‘jugar’ con nuestras emociones y sentimientos tiene forma de manzana mordida. Así, según los docentes consultados de la Universidad Complutense, los productos Apple teóricamente podrían representar un reclamo mayor para las personas que puntuasen alto en el Factor de Apertura a la Experiencia.
Este factor se relaciona con la imaginación activa, la sensibilidad estética, la atención a las vivencias internas, gusto por la variedad, curiosidad intelectual e independencia de juicio. Quizá por ello, y solo quizá, los clientes de Apple son más activos ante la llegada de nuevos productos y, precisamente, por su forma de ser se identifican con este fabricante.
¿Libres? La única libertad que podemos tener cuando compramos un dispositivo móvil es la de pagar en efectivo o con tarjeta. Todo lo demás está predeterminado por nuestra personalidad, forma de ser y las estrategias comerciales de los fabricantes.