La situación en Abengoa es insostenible dado que se reciben a diario cientos de quejas en el Departamento de Relación con los Inversores relativas al poco trabajo y esfuerzo que está haciendo el actual presidente Gonzalo Urquijo para sacar adelante una de las empresas que fue referencia mundial en su sector.
Sin embargo, los inversores son ajenos a los verdaderos planes de Javier García-Carranza Benjumea, el hombre del Santander que es quien realmente manda en Abengoa quien, como un experto matador de toros, está realizando una faena de aliño en espera de que llegue el momento de utilizar el estoque para matar, en este caso, a Abengoa. Según distintas fuentes cercanas a la multinacional consultadas por Diario16, el verdadero plan que está intentando ejecutar García-Carranza pasa por quedarse él y sus familiares más cercanos —Rafael Benjumea y Javier Benjumea Llorente— con Abengoa, es decir, los mismos que, junto con Rodrigo Echenique y el Santander, echaron a su tío Felipe Benjumea de la presidencia.
Sus planes inmediatos pasan por realizar una segunda reestructuración en Abengoa y que han denominado Operación Numancia. Una de las primeras medidas a implementar es aplicar una nueva quita de deuda, tanto con bancos como con proveedores, así como eliminar los warrants —valor negociable emitido por una entidad a un plazo determinado que otorga el derecho mediante el pago de un precio a comprar (call) o vender (put) una cantidad específica de un activo a un precio prefijado a lo largo de toda la vida del mismo o en su vencimiento según su estilo— de los antiguos accionistas que tenían derecho a recuperar en la anterior reestructuración un porcentaje mayor de acciones al cabo de unos años. Una vez más se aplicará el «estilo García-Carranza» y se realizarán despidos masivos y reestructuración de empleados, hasta dejar a la sede en 500 empleados. Después del último ERTE, del que apenas ha pasado un mes, en la sede de Palmas Altas de la sociedad Simosa han despedido a más de 100 empleados, lo que indica que pretenden que esta sociedad desaparezca.
Las mismas fuentes nos confirman que este grupo lleva varios meses planeando esta operación para hacerse con el control de la compañía que ha sido su obsesión desde que, junto con el Santander, echaron a Felipe Benjumea.
El Santander y Javier García Carranza asumirán una serie de responsabilidades que recaerán legalmente sobre ellos y se sumarán a las que ya tienen a raíz de la sentencia de la Audiencia Nacional en la que consta que Rodrigo Echenique, sin motivo alguno, puso como condición ineludible la salida del presidente ejecutivo de Abengoa durante los últimos 25 años, un periodo en el que:
- Las ventas pasan de 274 a 7.151 millones de euros, es decir, un 2.600%
- Ebitda de 24 a 1.408 millones de euros, un 5.800%
- Dividendo: de 3 a 90 céntimos de euro, un 2.900%
- Recursos Humanos de 6.716 a 24.322, un incremento del 400%
El Santander lo hizo muy mal. Intervino una empresa privada, saltándose todos los códigos de conducta y límites legales sin ser parte del accionariado. Felipe Benjumea tenía a su favor, incluso después de la campaña de desprestigio que llevaron a cabo, a más del 70% de los accionistas de Abengoa. El Santander y Francisco Javier García Carranza Benjumea fueron responsables porque hay que recordar que Rafael Benjumea Cabeza de Vaca es hermano de Ignacio Benjumea, secretario del consejo del Santander y que García Carranza fue fichado por el Santander en agosto del 2.015 para llevar la restructuración de Abengoa.
Los antiguos accionistas de Abengoa están preparando una demanda contra el Santander. Una vez cerrada la Operación Numancia, ¿qué postura tomaran entonces Javier García-Carranza, Rafael Benjumea y Javier Benjumea Llorente? ¿Se sumarán a la demanda contra el Santander para recuperar su dinero o no harán nada porque cómo van a ir contra el Santander si fueron parte del plan?
Con la venta de Atlantica Yield, Abengoa ha ingresado 280 millones para pagar a bonistas y deudas urgentes pero la situación real es que, según las fuentes consultadas por Diario16, presuntamente no hay dinero ni para pagar las nóminas a los empleados. El Santander está tratando de convencer a los otros bancos para que vuelvan a prestar el dinero para cubrir las nóminas hasta junio. Sin embargo, se ha encontrado oposición por parte de las entidades. ¿Por qué no permitió el Santander la ampliación y ahora está prestando más dinero que si hubiera dado la ampliación en su momento? La razón es sencilla: por la gran responsabilidad que tiene si la empresa termina en la quiebra.