Las grandes telecos europeas se han dado cuenta de que deben poner en valor toda su infraestructura de red. Por eso, muchas compañías están sacando al mercado filiales propias que controlen estos y otros activos. El último caso es el de Orange.
En concreto, el operador naranja quiere afrontar los nuevos restos del mercado entre los que se encuentra impulsar su negocio mayorista, y para ello creará una filial que será por completo de la compañía.
Lo hace a través de una operación de segregación de la rama de actividad mayorista de telefonía fija. Esto supondrá la transmisión de las infraestructuras y del negocio mayorista de fijo que en la actualidad forman parte de Orange España.
De este modo, explica el operador, la rama de actividad mayorista de fijo se desarrollará en otra entidad. Así, la nueva sociedad sería la propietaria de todos los activos de fibra y del resto del negocio fijo de Orange en España, contando además con los recursos personales para prestar servicio mayorista a operadores nacionales e internacionales.
El resto de ramas de actividad de la compañía permanecerían en Orange España, incluyendo el negocio minorista de servicio al cliente final residencial o de empresas, tanto convergentes como solo fijo o solo móvil.
Esta nueva estructura corporativa garantiza la flexibilidad operativa necesaria con el objetivo de acometer, de la forma más eficiente posible, los proyectos de despliegue de fibra de la compañía -5 millones de unidades inmobiliarias en los próximos 3 años- y toda la inversión asociada.