Patxi López, el presidente del Congreso con menos apoyo de la democracia

El exlehendakari es elegido tercera autoridad del Estado en segunda votación con el respaldo de PSOE y Ciudadanos (130 diputados). Podemos, las confluencias e IU escenifican su distanciamiento de los socialistas votando a Carolina Bescansa (71 sufragios). El PP y el resto de fuerzas optan por la papeleta en blanco. Enfado de los de Iglesias con Sánchez por quedar excluidos de la Mesa del Senado.

Patxi López ya es el nuevo presidente del Congreso. PSOE y Ciudadanos han hecho valer el acuerdo alcanzado el martes para convertir al diputado vasco en tercera autoridad del Estado, si bien ha tenido que ir a segunda votación para conseguirlo y ha cosechado unos exiguos 130 apoyos. Jamás un presidente de la Cámara Baja fue designado con tan poco respaldo. Hasta ahora, ese récord lo tenía José Bono, quien en 2008 se convirtió en el primer candidato que no lograba la mayoría absoluta. Bono fue electo también en segunda ronda -donde basta la mayoría simple-, aunque con el aval de 170 señorías (de PSOE y Coalición Canaria), imponiéndose a la popular Ana Pastor (152 votos).

López ha requerido de una segunda votación para ser elegido, como le ocurrió a Bono en 2008

En esta ocasión, el PP ha renunciado a luchar por la presidencia, en virtud del pacto alcanzado con Ciudadanos, que las últimas jornadas ha estado negociando a dos bandas para lograr que López saliera elegido y que la suma PSOE-Podemos no tuviera mayoría absoluta en la Mesa del Congreso. Unos malabarismos que se han convertido en el primer éxito de Rivera esta legislatura, reportándole además dos secretarías de la Cámara Baja.

Quien no ha quedado contento con la constitución de las Cortes ha sido Podemos. El distanciamiento de Iglesias con los socialistas es más que evidente tras el desarrollo de los últimos acontecimientos y se ha reflejado con la decisión de sus diputados de apoyar a una candidata propia, Carolina Bescansa, que se ha llevado 71 votos -los 69 de sus filas y dos provenientes de IU-. La formación morada ha quedado al margen del pacto a tres alcanzado en el Congreso, ha visto rechazada su petición de formar cuatro grupos parlamentarios y, como colofón, ha sido excluida de la Mesa del Senado.

En la Cámara Alta, la mayoría absoluta del PP permite a Pío García-Escudero repetir como presidente y a Rajoy llevarse cuatro de los siete puestos del órgano de gobierno. Otros dos se los lleva el PSOE y uno más el PNV, beneficiado de la renuncia de los socialistas a una secretaría. Los senadores de Podemos no dan crédito con esta última decisión, pues consideran que ese puesto les corresponde a ellos en calidad de tercera fuerza de la Cámara.

«El PSOE prácticamente renuncia a gobernar este país», asegura Ramón Espinar (Podemos)

“Apuestan por controlar la Mesa. El PSOE prácticamente renuncia a gobernar este país. Somos la tercera fuerza más grande de esta Cámara y vamos a estar fuera de la Mesa”, se ha quejado el parlamentario morado Ramón Espinar tras conocer el acuerdo. Hugo Martínez Abarca, diputado de la formación de Iglesias en Madrid, también ha expresado su malestar a través de las redes sociales.

En el Senado el PSOE mete al PNV en la mesa para que no entre Podemos. Todo en orden.

— Hugo Martínez Abarca (@hugomabarca) enero 13, 2016

Desde las filas socialistas se ha argumentado que Podemos «se ha bajado de los acuerdos» y habrá de ser Iglesias quien explique “por qué, quizá porque ha hecho condición irrenunciable de cosas que no permite el Reglamento en el Congreso». Óscar López, portavoz del PSOE en el Senado, considera que «esto es la democracia, hay que aprender a negociar y llegar a acuerdos”, ha declarado a Europa Press. Para López, “ayer Podemos se bajó de los acuerdos en el Congreso y eso tiene una traslación en el Senado, donde va a haber pluralidad, es una tradición del PSOE ceder un puesto y en esta ocasión va a ser al PNV”.

Los nacionalistas vascos se hacen así con un puesto en el órgano rector de la Cámara Alta, tras quedarse fuera en el Congreso. Por primera vez desde 1982, en la Mesa de la Cámara Baja no habrá nacionalistas.