El operador móvil virtual Pepephone no está en venta. O no del todo. Sus accionistas, Javier Hidalgo y Rosauro Varo, están interesados en conseguir la participación de un fondo de capital riesgo que les ayude en actividades como la expansión por América Latina, el crecimiento en el mercado de la energía a través de Pepeenergy u otras iniciativas que tiene previstas pero para las que necesita más recursos. Sin embargo, la compañía desmiente radicalmente la información publicada por El Confidencial según la cual estarían interesados en vender un 100% de la compañía al fondo ProA por 120 millones.
El director general de la compañía, Pedro Serrahima, manifestó en declaraciones a SABEMOS especial malestar por el hecho de que nadie se haya puesto en contacto con él para contrastar la información, que incluye varios datos incorrectos. Quizá el más importante está relacionado con el porcentaje del que están dispuestos a desprenderse sus accionistas, que en ningún caso quieren ceder una participación de control.
Lo que sí reconoce Serrahima es que hay negociaciones con el fondo dirigido por Fernando Ortiz y vinculado con la familia Koplowitz, pero que éstas siempre estarían orientadas a mantener el control y, lo más importante, el modelo de la compañía, que es uno de sus principales activos. Si Hidalgo y Varo hubieran estado dispuestos a ceder el control de su grupo, la operación ya se habría cerrado hace tiempo.
Pepephone insiste no sólo en que las cifras no son correctas (excepto la valoración efectuada por BBVA, que efectivamente fue de 200 millones de euros), y lamenta especialmente que se insista una vez más en que la compañía se ha ofrecido a otros operadores en el marco de este proceso. «Se prohibió específicamente a BBVA que llevase el cuaderno de venta a otras compañías del sector«, asegura Serrahima.