Nostalgia, moda vintage, abaratamiento de costes… Lo cierto es que la cinta de música parece estar de vuelta. Al menos en eso coinciden varios sellos, bandas y compañías. Incluso ya existe un ‘Cassette store day’ donde grupos, muchos de renombre, lanzan ediciones en este formato. ¿Hay que desempolvar el walkman? Estas son algunas de las preguntas que surgen sobre este nuevo-viejo fenómeno.
Pocos dieron credibilidad a la vuelta del vinilo en pleno siglo XXI. Al menos, en lo que se refiere a lograr cifras que impactaran en el mercado musical. Pero lo que en un principio se etiquetó como fenómeno minoritario, exclusivo de coleccionistas y moda pasajera relacionada con el fenómeno vintage, hoy ya tiene su parcela dentro del mercado. Incluso algunos se han aventurado a verlo como el salvador de la industria discográfica. El crecimiento de ventas en países como Estados Unidos o Reino Unido ronda el 50% por año… siendo la tendencia para consumir música que más aumenta en la actualidad, sólo superada por el streaming. De ahí que las noticias sobre el repunte de las ventas de cintas de música o cassettes (casetes, en lengua española) hayan sido, al menos de primeras, acogidas con curiosidad. Las tercas apuestas de algunas compañías por no dejar morir a la cinta, quizá empiecen a ver recompensada su tozudez. Estas son algunas de las preguntas que surgen sobre este nuevo-viejo fenómeno:
¿Ha subido la venta de casetes?
Steve Stepp, presidente de la principal productora de este formato en Estados Unidos, National Audio Company, sorprendió con estas declaraciones en una reciente entrevista en Bloomberg: “El 2015 será nuestro mejor año de ventas desde la creación de la empresa en 1969”. Según los datos revelados, en 2014 vendieron más de diez millones de cintas, el 70% por acuerdos con compañías (Sony Music o Universal, entre ellos), sellos y bandas, mientras que el 30% eran vírgenes. Y en 2015 han contabilizado un aumento que podría rondar el 20% a finales de año.
¿Hay nuevos lanzamientos en casete?
La supervivencia del casete ha ido ligada a sellos independientes, sobre todo de garage, metal o punk. Uno de los que más ruido se ha empeñado en hacer es el californiano Burger Records, editando en este formato trabajos de bandas tan de moda como The Growlers o Thee Oh Sees. Manejan cifras de unos 350.000 casetes vendidos desde 2007. De hecho, en su papel de organizador de festivales como el Burgerama o en su reciente colaboración en el festival Fuzzville de Benidorm, ha introducido la novedad de obsequiar a los asistentes con un cinta de temas de los grupos que actúan.
En otros casos, se tratan de iniciativas puntuales, a la que se han apuntado grupos como Dinosaur jr. o incluso Metallica, por citar alguno reciente. Aunque quizá el dato más llamativo llegue desde una multinacional como Disney. Cuando anunció la edición en casete de la banda sonora de ‘Guardianes de la galaxia’, pocos podían prever que las cifras de ventas alcanzaran las 10.000 copias.
¿Es la misma tecnología? Y, sobre todo, ¿se siguen enredando?
Si se cuenta con cierta edad, seguramente uno de los principales recuerdos que traiga el casete es aquel fatídico momento en que la cinta magnética se enredaba en el reproductor de casa o en el radiocasete del coche. Quizá a ese riesgo, unido a la voluntad de no romper con las nuevas tecnologías, es a lo que se debe la inclusión de un código por el cual se puede descargar el disco gratuitamente en formato digital (a la manera que se hace ya en los lanzamientos en vinilo).
En cuanto a su evolución, como curiosidad apuntar que Sony anunció el año pasado que trabajaban en una revolucionaria nueva versión de la cinta, a la que incorporaban una capa de cristales magnéticos para dotar al formato de una capacidad de almacenamiento de 60 millones de canciones.
¿La cinta llegó a desaparecer?
La década de los 90 significó, en la práctica, la muerte de la cinta, con reducciones de producción de hasta el 70% en marcas punteras como TDK, e incluso la parada total en Phillips, compañía que lanzó el primer casete en 1963. El CD la desplazó totalmente, quedando sólo como alternativa para corrientes y bandas que se movían en filosofías próximas al ‘do it yourself’. El menor coste para hacer copias hacía más fácil la publicación a nuevas bandas y más barata su venta.
En cuanto a mercados menos familiares, como apunta Abel Hernández en la interesante columna sobre el tema, ‘Cintas: de vuelta sin haberse ido’, “a lo largo de Oriente medio, el Magreb, el gigantesco mercado de India y otras partes de Asia y África, la cassette siguió formando parte del paisaje elemental igual que la música callejera o la radio”.
¿Veremos sección de cintas otra vez en las tiendas?
La respuesta no puede ser otra: depende de la demanda. Y ahí entra la cuestión de si el casete vino para quedarse o sólo se trata de una moda pasajera. Desde 2013 se celebra el ‘Cassette Store Day’, impulsada por una serie de sellos británicos como Sexbeat, Kissability y Supplex Cassettes, en el que se reivindica la cinta como formato musical. La iniciativa pronto encontró respuesta en Estados Unidos (impulsada por Burger Records) y para la edición de 2015 (17 de octubre) se expandirá a Alemania, Australia y Nueva Zelanda. Un evento en el que muchas bandas realizan lanzamientos de ediciones en casete, como ha sido el caso de The Flaming Lips, At The Drive-In, Haim, Fucked Up… y que este año contará con cien lanzamientos más, incluidos grupos de la talla de Motorhead o Green Day. Y es que, si bien parece improbable que este formato vuelva a reverdecer viejos laureles, no se extrañe si a su banda favorita le da por lanzar próximamente una edición limitada en este formato. Quizá merezca la pena mirar si aún conserva ese extraño aparato, totalmente desconocido para las nuevas generaciones, llamado walkman.