El grupo no quiere esperar a que las centrales cumplan 40 años y pretende cerrar las plantas cuando vayan expirando sus actuales permisos de explotación. Apenas cinco días antes de la disolución de las Cortes, Podemos busca que todos los partidos se posicionen votando a favor o en contra de una proposición que pide que el apagón nuclear total llegue en 2024.
La disolución de las Cortes será un hecho el próximo martes 3 de mayo. Apenas cinco días antes, Podemos pretende que todos los grupos parlamentarios tomen posición sobre el cierre de las centrales españoles y sobre cuándo y cómo hacerlo. Todos los partidos tendrán que retratarse antes de la nueva campaña electoral que se avecina sobre un tema que ya tomó un papel (co)protagonista durante el anterior embate previo al 20-D.
Podemos presentará este jueves en la comisión de Industria del Congreso una proposición no de ley en la que defenderá no esperar a que las plantas nucleares cumplan 40 años para su clausura, sino que insta a echarles el cierre según vayan expirando sus actuales permisos de explotación. Una medida que pondría fin a la energía nuclear en España en 2024 (mientras que cerrar las centrales cuando cumplan 40 años, como propone por ejemplo el PSOE, aplazaría el apagón hasta 2028).
Si no se renovara ninguna de las licencias de explotación vigentes en la actualidad, el calendario de cierre de las plantas obligaría a la clausura de Almaraz I, Almaraz II y Vandellós, en 2020; Ascó I, Ascó II y Cofrentes, en 2021; y Trillo, en 2024. La central de Garoña, ahora desconectada de la red pero que busca ampliar su vida útil, no volvería a funcionar.
“El jueves reclamaremos el apagón nuclear y veremos qué opinan el resto de partidos” explica Juantxo López Uralde, diputado de Podemos y portavoz de Equo. “Hasta ahora ha habido bastante consenso en el tema de [la no reapertura de] Garoña».
La proposición no de ley que se debatirá en la comisión de Industria alude a tres grandes motivos para reclamar el cierre nuclear: la producción de grandes cantidades de residuos radiactivos que tienen una vida de miles de años, y cuyo problema de almacenamiento sigue sin ser resuelto; los enormes costes de la nuclear y sus problemas de viabilidad económica que ya reconoce, por ejemplo, Iberdrola; y también los problemas de seguridad.
“Países de nuestro entorno, liderados por el caso notable de Alemania, han optado por proceder al cierre progresivo y ordenado de sus centrales nucleares. En España, sin embargo, el Partido Popular intenta alargar la vida de las centrales nucleares hasta los 60 años”, critica López Uralde.
IMAGEN: Flickr | Rodrigo Gómez Sanz.