Por qué la escuela de negocio española copa los rankings mundiales y la universidad no

Aula de la escuela de negocio IESE.

El Financial Times acaba de situar los cursos para directivos que imparte el IESE como los número uno del mundo. No es la primera vez, y desde hace años instituciones privadas españolas alcanzan los primeros puestos de prestigio a nivel mundial. La universidad no puede decir lo mismo… ¿Por qué?

Un centro de educación superior español lidera este año un ránking mundial de excelencia. No se trata de ninguna universidad, ni pública ni privada, sino de una escuela de negocio. El diario británico Financial Times, que cada año elabora una de las más prestigiosas listas evaluando los distintos programas de las business schools internacionales, ha situado al IESE como la primera del mundo en cuanto a formación de directivos. Por encima de instituciones tan reputadas como el HEC de París, Duke o la London Business School, entre otras.

En concreto, IESE (escuela con cinco campus internacionales y dependiente orgánicamente de la Universidad de Navarra) ha obtenido la mejor puntuación en la modalidad de Executive Education Customised. Son los llamados cursos «a medida» del cliente, en los que se «acompaña a cada cliente en la consecución de sus objetivos y retos estratégicos», según explican desde esta escuela privada. IESE también ocupa una posición de privilegio (la tercera) en la otra modalidad de educación para ejecutivos, la conocida como Open.

El IESE ocupa también una plaza en el top ten, en concreto la 7ª plaza, de las instituciones educativas con los mejores MBA (master in business administration, ver gráfico inferior), los títulos de posgrado por excelencia para la alta dirección y administración de empresas. Otras dos escuelas de negocio españolas (la IE, en la 12ª posición, y ESADE en la 19) se cuelan en la lista de las mejores entre las mejores, e incluso han estado aún más arriba en años anteriores, al lado de universidades como Harvard, Yale, Wharton (Pennsylvania) y Stanford, entre otras.

El alto prestigio de estas tres escuelas privadas no es casualidad, y por lo tanto la del Financial Times no es la única lista que las valora en los puestos más altos. El semanario británico The Economist publica cada año también su propio ranking de MBA. En 2014 (último año disponible) el IESE se coló en la quinta posición, justo por delante de Harvard y Berkeley, mientras que ESADE y el Instituto de Empresa (IE) ocupaba, respectivamente, las posiciones 24 y 36.

La universidad, más mediocre

Frente al brillo de las mejores escuelas de negocio españolas, que han demostrado ser capaces a lo largo de los años de competir entre las mejores, lo cierto es que los rankings equivalentes que miden la excelencia de las universidades arrojan unos datos sensiblemente más mediocres. Nada de top ten. Ni siquiera top 50. Si entra algún centro universitario español en el top 200, gracias.

En el Times Higher Education elaborado por Thomson Reuters, la única universidad española dentro de las 200 mejores del mundo es una pública: la Pompeu Fabra de Barcelona. Hay ocho australianas, cinco belgas, ocho canadienses, siete francesas, doce alemanas… y solo una española. No es la única lista que excluye a nuestras instituciones académicas de los puestos de mayor excelencia. El también prestigioso Academic Ranking of World Universities (ARWU) tan solo sitúa un centro español (la Universidad de Barcelona) en la banda baja del top 200.

¿Por qué esta disonancia?

Existe una diferencia notable entre el nivel de competitividad y competencia internacional que alcanzan las escuelas de negocio y las universidades españolas. ¿A qué se debe? El profesor Rafael Pampillón, del Instituto de Empresa (IE) explicaba en un post de su blog que una de las razones es que «el sistema universitario español pierde cuando queda en manos de académicos desconectados con la realidad de las empresas. La universidad pública española está aislada del resto de la sociedad. Lo opuesto ocurre con las escuelas de negocios», opinaba.

El economista e investigador de la University College de Londres, Antonio Cabrales, que ha estudiado este fenómeno, ve dos causas principales: «Por un lado, las escuelas dependen sólo de las tasas que paguen sus alumnos, que por cierto son muy sustanciales. Es un negocio donde el cliente manda y por lo tanto se fijan mucho en lo que van a hacer. La esencia es proporcionar lo que los clientes quieren, y que tus ingresos dependan de ello crea unos incentivos muy grandes a hacerlo bien», comenta.

Además, las escuelas gozan de autonomía respecto de las universidades, lo que ha supuesto en la práctica «una cierta ventaja sobre las universidades internacionales de primer nivel como Harvard. Hace unos años se detectó una cierta caída por la falta de investigación de relevancia, pero las escuelas han sabido reaccionar con agilidad», asegura. Esta capacidad de decisión sobre las propias estrategias a seguir se evidencia también en la capacidad de hacer fichajes, retener talento y pagar a sus profesores, algo de lo que hoy por hoy no goza la universidad española. «Las estructuras actuales no ayudan mucho, y aunque los departamentos de algunas universidades españolas podrían hacer MBA tan buenos o mejores como los de las escuelas de negocio, hay una dependencia funcional con la estructura que no permite esta excelencia», critica Cabrales.

La autonomía financiera del IESE, el IE o ESADE contrasta con el modelo de las universidades en España, tal como señala el profesor Cabrales, donde hay «un sistema de financiación que depende del número total de alumnos o del número de profesores; es decir, que hay una falta de rendición de cuentas de los clientes», argumenta. Esa estructura de incentivos de las universidades, tal como está montada, «hace difícil que progresen al nivel de las escuelas de negocio», indica, si bien pone como ejemplos tanto a la Pompeu Fabra (Barcelona) como a la Carlos III (Madrid) de universidades que están mejorando en cuanto a su gestión interna y su capacidad de atraer talento.

Otro de los elementos clave, en opinión del profesor Cabrales, es «poder reflejar en rankings el diferencial salarial que supone estudiar o no en una determinada escuela de negocios [ver gráfico superior]. Como las grandes españolas ya son muy conocidas, captan alumnos de todo el mundo, muchos de los cuales proceden de países latinoamericanos con salarios más bajos, por lo que el incremento que se registra es de los más altos», constata. Así, en un mundo en el que casi todos los MBA a estos niveles garantizan un incremento de sueldo del entorno del 90%, el IESE presume del más alto de todos: un 121% de media.

Este tipo de cálculos de rentabilidad de lo que uno estudie no existen en la universidad española, aunque sí en otros centros universitarios internacionales. De hecho, el thinktank estadounidense Brookings publicó recientemente un completo estudio en el que calculaba las universidades que más valor añadido suponían para un asalariado. En lo más alto de Estados Unidos están el Instituto Tecnológico de California, la Universidad de Colgate y el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

FOTO: FLICKR

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