El entendimiento de Rajoy con los nacionalistas para pactar la Mesa del Congreso refuerza al PSOE en su ‘no’ al PP: “Su investidura es posible con los partidos de derechas; si quiere ser presidente, que se ponga a trabajar”. Rivera insiste en que no pasará de la abstención ante un Ejecutivo liderado por el actual presidente y éste reclama que se le deje gobernar.
Primero era finales de julio, luego principios de agosto y ahora ya últimos de ese mes. El horizonte que el PP maneja para que su líder, Mariano Rajoy, se presente a la sesión de investidura ha vuelto a prolongarse después de la sesión constitutiva de las Cortes, que este martes reportó a su partido tres grandes trofeos: la presidencia del Congreso, una nueva mayoría de centro derecha en la Mesa de dicha Cámara y demostrar que tiene una importante capacidad de entendimiento con el resto de fuerzas.
Esa cintura, en cambio, no acerca la posibilidad de una reelección inmediata. PP y Ciudadanos asumen que es muy difícil que Rajoy sea designado el 5 de agosto, como planeaba, y contemplan ya que no sea hasta finales de ese mes cuando pida la confianza del Congreso. Fuentes de ambos partidos consultadas por este diario reconocen que está lejana la abstención del PSOE -más aún después de demostrarse que el PP puede entenderse con los nacionalistas, como defendía Pedro Sánchez-, al tiempo que Rivera mantiene su postura de no pasar de la abstención ante un Ejecutivo de Rajoy. El deshielo producido en las relaciones entre el PP y los soberanistas vascos y catalanes, que podría abrir el camino hacia la abstención de PNV y CDC, no servirá de nada sin el voto a favor de los 32 diputados naranjas.
Se antoja imposible un acuerdo antes de que el Rey ejecute su ronda de contactos con los líderes
“No parece que el PSOE vaya a facilitar una investidura de Rajoy en dos semanas, eso llegaría más bien algo después, cuando se visualice que no hay otra salida posible y se incremente la presión para acabar con el bloqueo”, razonan desde el grupo parlamentario de Ciudadanos, donde barajan la semana del 22 al 26 de agosto como fecha probable para la investidura. Si Rajoy se decide por acudir antes, sería muy probablemente para salir derrotado de la sesión.
También los populares consideran que la interinidad se alargará más de lo que deseaban y que está imposible pactar una salida antes de la ronda de contactos del Rey con los líderes políticos. Felipe VI se entrevistará este miércoles con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y posteriormente anunciará el calendario de audiencias que debiera concluir con un candidato a La Moncloa, la semana que viene. Acto seguido, y siempre que el nominado acepte el encargo, Pastor tendría que convocar el pleno con al menos 48 horas de antelación.
Una alternativa, misión imposible
La constitución de la Mesa de la Cámara baja ha evidenciado que es imposible una alternativa al PP, operación que habían alentado desde Unidos Podemos y algunas baronías del PSOE, pero no deja ni mucho menos despejada la reelección de Rajoy. “Quiero gobernar y pido que se me deje gobernar y no haya bloqueo”, exigió el jefe del Ejecutivo en funciones al término de la sesión, adelantándose a los acontecimientos que pueden estar por venir. “Retrasar sine die la formación de un Gobierno, bloquearlo o propiciar la convocatoria de nuevas elecciones sería una enorme irresponsabilidad, y lo peor que nos ocurriría como españoles”, abundó.
“Quiero gobernar y pido que se me deje gobernar y no haya bloqueo”, reclama Rajoy tras el arranque de la XII Legislatura
Ya la semana pasada, tras sus reuniones con el resto de partidos, Rajoy adelantó que abriría un “periodo de reflexión” en caso de no vislumbrar salida al bloqueo, deslizando así que no acudirá a una investidura sin tener apoyos suficientes. Dicha reflexión se abordaría con los partidos que se dicen dispuestos a hacer todo lo posible por evitar nuevos comicios y debería dar respuesta a la cuestión de “cómo le damos salida a esto”.
A partir de ahí, todo son conjeturas, pero podrían emerger alternativas como el paso atrás del presidente en funciones, la negociación de un programa de mínimos entre los partidos constitucionalistas que deje para el final el nombre del encargado de desarrollarlo o cualquier otra iniciativa que evite nuevos comicios a final de año.
Antes de la sesión del martes, el propio Albert Rivera confesó al periodista Rubén Amón que difícilmente habrá acuerdo antes de un mes, tal y como este desveló en Onda Cero. “Su plan es que no va a salir en la primera [semana de agosto] ninguna posibilidad de investidura y que a finales de agosto tendremos presidente con dos abstenciones, la socialista y la de Ciudadanos”.
Esos plazos complicarían el calendario que Moncloa tiene en mente para sacar adelante los Presupuestos de 2017, que contemplan la fijación del techo de gasto en el mes de agosto y la aprobación de las cuentas por el Consejo de Ministros a finales de septiembre. Sea como fuere, nada de eso podrá hacerse mientras el PP no avance por ninguna de las dos vías que llevan a la reelección: el ‘sí’ de Ciudadanos con abstenciones nacionalistas o la abstención colegiada de varias fuerzas, incluyendo al PSOE. Esta última es la que cree Rivera que se abrirá paso, mientras los socialistas ven espacio solo para la primera.
Sánchez refuerza su ‘no’
Sánchez cree que su postura ha quedado legitimada tras la Constitución de las Cortes. Rajoy “puede y debe” buscar apoyos en sus “aliados potenciales”, insiste Ferraz desde el 26-J, y entre esos socios no están ellos. Así ha sucedido con la Mesa del Congreso, que domina el centro derecha después de que el PP haya articulado pactos con Ciudadanos, PNV, CDC y CC, lo mismo que según Sánchez debe repetir ante la investidura.
El PSOE emplaza al PP a entenderse con C’s, CDC y PNV y admite que «no tiene base» impulsar una candidatura alternativa
“Los socialistas votaremos NO a la investidura de Rajoy porque tenemos claro que somos su alternativa, una alternativa con un proyecto serio, de izquierda, para nuestro país. Hoy ha quedado claro que la investidura de Rajoy es posible con los partidos de derechas. Si quiere ser presidente que se ponga a trabajar”. Ese fue el contundente mensaje que el PSOE difundió entre sus simpatizantes la tarde del martes, dejando claro que sigue lejos de facilitar un Ejecutivo del PP en minoría.
Lo mismo declaró su portavoz parlamentario, Antonio Hernando, que cree que los populares han roto “una barrera” al forjar sus primeros pactos de la legislatura y deben seguir por ese camino. Lo que “no tiene base” es impulsar una alternativa liderada por Sánchez, al estilo de la de febrero: “Ni tan siquiera lo hemos intentado para la Mesa”.
El PSOE emplaza a Rajoy a entenderse con los nacionalistas y negociar el ‘sí’ de un Ciudadanos que se mantiene firme en su postura de no apoyar la reelección del actual presidente. Sin “renovación”, sus diputados no pasarán de la abstención. Y eso implica cambiar al candidato, al grueso de su Gabinete y comprometerse con un paquete de reformas mucho más ambicioso que el documento programático presentado la semana pasada por el PP. El historial de rectificaciones de C’s es lo suficientemente prolijo como para tomar con cautela este postulado, pero es en el que insisten sus dirigentes con contundencia.
Mientras eso no se dé, la única manera de desbloquear la situación es con abstenciones del resto, algo a lo que Rivera ya se ha comprometido pero que PSOE y Unidos Podemos rechazan de plano.