El Grupo Socialista pide al Gobierno que elabore un nuevo plan general de residuos radioactivos porque el actual, de hace una década, ya no se ajusta a la realidad y denuncia la “política manifiesta” del Ejecutivo de ampliar la vida útil de las centrales nucleares hasta los 60 años.
España necesita un almacén nuclear, pero no cualquier almacén nuclear ni en cualquier sitio. Es la posición que defiende el PSOE, que critica cómo se está gestionando el proceso de autorización del cementerio nuclear de Villar de Cañas, en Cuenca, y que se esté avanzando en él sin tener en cuenta las dudas de los técnicos sobre la calidad de los terrenos elegidos.
La batalla política por la construcción del almacén nuclear ha arrancado. El nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por el socialista Emiliano García-Page, maniobra para tratar de bloquear el proyecto. El Ejecutivo regional pretende ampliar una zona de protección ambiental para que los terrenos del silo nuclear queden dentro de ella y así no se pueda empezar las obras. Y el Gobierno central amenaza con declarar el proyecto de interés nacional para que la legislación ambiental autonómica quede sin efecto.
El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha denunciado los “subterfugios” de los que se vale el PSOE para que no haya cementerio nuclear. Pero desde el Partido Socialista se lleva semanas insistiendo en que España necesita un almacén nuclear, pero que la elección de Villar de Cañas para albergar –que fue del Gobierno de Mariano Rajoy- puede no ser la correcta y, en todo caso, que debería esperar a tener los resultados de todos los estudios sobre la calidad de los terrenos para continuar con las autorizaciones del proyecto.
ATC, sí, pero con garantías de seguridad
“Un almacén temporal centralizado (ATC) de combustible nuclear gastado y residuos de alta actividad se erige en una instalación absolutamente necesaria para España”, sostiene el Partido Socialista en una proposición no de ley presentada en el Congreso para pedir al Gobierno que elabore ya un nuevo plan general de residuos radioactivos (PGRR), porque el actual se aprobó hace casi una década.
Las centrales nucleares cuentan ya con una gran cantidad de residuos nucleares, almacenados en sus instalaciones (ahora en piscinas y posteriormente en sus propios almacenes aledaños a la central). Y en 2006 el Congreso aprobó construir un ATC para concentrar todos ellos en un solo almacén, en lugar de tenerlos dispersados.
Pero “La imperiosa necesidad de un ATC no implica, sin embargo, el apoyo a cualquier construir de un ATC de combustible nuclear gastado y residuos de alta actividad, dado que se trata de una instalación nuclear de alto riesgo potencial”, sostienen los socialistas en el documento remitido al Congreso. “Las condiciones para su emplazamiento, construcción y explotación deben ser, por lo tanto, óptimas, tanto desde el punto de vista de la transparencia y la calidad de los procesos regulatorios como de las garantías de seguridad y de los costes económicos”.
Sin embargo, los socialistas llevan tiempo denunciando las prisas del Gobierno por avanzar lo máximo posible en el proceso de autorización del cementerio nuclear antes de las elecciones generales. El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aprobó el pasado 27 de julio la concesión de la autorización de emplazamiento del almacén, lo que implica dar por buena la ubicación elegida, a pesar de las dudas sobre la calidad de los suelos y a pesar de reconocer que los estudios no están completos. El CSN aún debe dar el visto bueno a la autorización de construcción y a la autorización de explotación.
Un plan de residuos obsoleto
El Grupo Socialista en el Congreso ha presentado una proposición no de ley en la que se insta al Gobierno la elaboración a la mayor brevedad posible de un nuevo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), que es la guía para la gestión a largo plazo de la basura nuclear del país. El actual PGRR data de 2006 y desde entonces no se ha actualizado. Casi una década después, el documento ha quedado anticuado y sus previsiones totalmente superadas. Y, además, el Tribunal de Cuentas ha detectado en el fondo de financiación del plan un agujero de 1.500 millones porque los ingresos previstos no cubren todos los costes.
Es en el sexto PGRR, el que ahora está vigente, en el que se recogió la necesidad de construir un almacén temporal centralizado (ATC) para albergar durante unas décadas todos los residuos nucleares de las centrales españolas. Más adelante, probablemente en la década de 2060, se tendría ya listo un almacén geológico profundo (AGP) que es donde descansará la basura nuclear durante miles de años.
Actualmente las centrales nucleares españolas guardan sus residuos nucleares en las piscinas de sus reactores, pero estas instalaciones se irán llenando, según los casos, entre 2019 y 2021 (a pesar de que el ministro Soria ha llegado a alertar de que sin cementerio nuclear las centrales nucleares tendrían que parar su actividad en 2018 por no tener donde guardar sus residuos). Todas las centrales, en cualquier caso, tienen ya o están en vías de tener su propio almacén individualizado (ATI), que es donde esperarán los residuos a poder trasladarse al cementerio de Villar de Cañas.
Centrales hasta los 60 años
“El proyecto de ATC se enmarca en el anticuado y obsoleto VI Plan General de Residuos Radiactivos, que data de 2006. Se trata de un PGRR cuyas previsiones han quedado superadas por la realidad”, denuncia el PSOE. Y los socialistas subrayan que esas previsiones se verán aún más sobrepasadas si triunfan los intentos de alargar la vida útil de las centrales nucleares españoles desde los 40 a los 60 años, dado que las instalaciones generarían mucho mayor volumen de residuos y las medidas recogidas en el PGRR actual quedarían fuera de juego.
Los socialistas denuncian “la manifiesta política el actual Gobierno de propiciar la prolongación hasta los 60 años de la actividad de las centrales nucleares (en el PGRR vigente se contemplaba la vida útil hasta los 40 años de operación), lo que comportaría, en caso de llevarse a cabo, un significativo incremento del volumen de residuos nucleares”.
“El proyecto actual de ATC presentado por Enresa [la empresa pública encargada de la gestión de los residuos radiactivos en España], al estar basado en el aún vigente VI PGRR, no prevé, por ejemplo, su ampliación futura, que podría ser necesaria debido al crecimiento del inventario de combustible gastado y de otros residuos de alta actividad, dado que el actual Gobierno de España parece decidido a propiciar la ampliación de la vida útil del parque nuclear español hasta los 60 años”.
Los socialistas recuerdan en el documento que actualmente el CSN estudia si aprueba la renovación de la licencia de explotación de la central de Garoña, que ha solicitado su reapertura y poder operar hasta 2031 (cuando la planta cumpliría 60 años desde su construcción). Una petición de renovación que llega después de varios cambios legislativos ad hoc aprobados por el Gobierno para que fuera posible presentar la solicitud. No obstante, como la reapertura implicaría inversiones millonarias, la empresa propietaria de Garoña, Nuclenor (participada por Endesa e Iberdrola), ha frenado el proceso a la espera de saber qué Gobierno sale de las próximas elecciones generales antes de ejecutar esas inversiones.