Cuando el vicepresidente corporativo de Samsung España, Celestino García, habló con SABEMOS durante la feria IFA de Berlín el escándalo de los nuevos Galaxy Note 7 explosivos todavía no había estallado -si cabe la redundancia-. En ese momento, cuando la compañía acababa de presentar su nuevo reloj inteligente Samsung Gear S3, en la categoría de wearables, los problemas con los nuevos teléfonos eran tan sólo ecos distantes de casos aislados, aunque las noticias no tardaron en correr como la pólvora.
Tal magnitud ha alcanzado el contratiempo de los Galaxy Note 7 que finalmente su comercialización ha sido frenada. Todo un fiasco. Pero en aquellos instantes en Alemania, pocos minutos después de que la compañía desvelara la nueva iteración de su exitoso smartwatch, Celestino tenía toda su atención puesta en el nuevo juguete que acabará aferrado a muchas muñecas de clientes españoles.
¿En qué se diferencia este Samsung Gear S3 de las versiones anteriores?
En el diseño. Lo que hemos incorporado es lo mejor de los dos mundos, el de la tecnología y el de la manufactura tradicional de los relojes suizos. Incorporamos una nueva caja, con una pantalla más grande, con los mismos materiales que en ocasiones anteriores. Este acero es el mismo que se incorpora en los grandes relojes. Dentro viene toda la parte de conectividad (WiFi, GPS, Bluetooth) para poder destacar toda la faceta deportiva. Además hemos incorporado un altavoz y luego le hemos instalado una mejora muy clara en la batería, para poder tener una vida más amplia.
¿Cuánto puede aguantar esa batería?
Tres o cuatro días. El reloj está diseñado con la plataforma es Tizen, perfecta para poder tener poco consumo de batería, lo que nos da un plus en cuanto a usabilidad y autonomía. Está certificado con el estándar IP68 y estamos intentando certificar el dispositivo en categorías más extremas por soporte de calor y de polvo, incluso de agua. Lo que hemos querido ha sido dar la máxima robustez al dispositivo. La pantalla tiene la última versión de Gorilla Glass. Incorpora una correa de 22 milímetros para que tenga una mayor funcionalidad, no sólo para navegar en los accesorios, sino en la categoría tradicional de los relojes.
El hecho de que sea sumergible y de que intentéis ampliar su certificación, ¿implica una apuesta por los deportes de aventura?
Los grados de certificación que estamos intentando que cumpla demuestran que soportaría más de 300 metros de presión bajo el agua. Estamos ante un dispositivo que retoma lo mejor de la tradición de los relojes de buceo suizos.
También destaca la incorporación de la tecnología para pagar con el Gear S3.
De momento en España no vamos a soportar Samsung Pay en el Gear S3, próximamente lo anunciaremos. Cada uno de los países tiene unas circunstancias de medios de pago diferentes. Pero intentamos que todos los dispositivos soporten todos los servicios y que así se refuerce nuestra apuesta “phone plus”: no vendemos smartwatches, smartphones y tabletas, vendemos una solución al cliente.
En el fondo este smartwatch es una gran apuesta por los wearables, dentro de esa estrategia.
Sí, por supuesto. Tratamos de completar nuestra propuesta “phone plus”, de disponer de una oferta amplificada de cara al cliente para que pueda disfrutar de la tecnología con diferentes propuestas. Nosotros no vemos wearables en un lado, smartphones por otro, tabletas por otro y televisores por otro. Lo que estamos intentando es que el consumidor pueda tener una experiencia seamless, totalmente transparente, y que pueda consumir sus contenidos, sus servicios y sus experiencias de una manera lo más sencilla posible.
Pero la gente todavía es relativamente escéptica con respecto a los wearables.
El mercado está todavía por desarrollar. Estamos en el principio del principio. Tenemos que generar ese mercado entre todos. Los dos primeros públicos que se han incorporado han sido un grupo de pioneros tecnológicos y un grupo del mundo de la moda, pero es un mercado en construcción. Cuando esté construido este mercado podremos ver lo grande que es en comparación con otros. Pero sin lugar a dudas, lo que entendemos es que es un mercado interesantísimo para nuestra oferta de producto extendido.
¿Crees que se va a generalizar el smartwatch?
Creo que sí porque los sensores cada vez son más accesibles, podemos incluir más porque son más baratos, se miniaturizan mejor. Sin lugar a dudas.
¿Entonces podríamos aspirar a tener unos smartwatches más baratos?
La cuestión del precio no la vemos relevante, siempre hablamos de propuesta de valor. El precio te da diferentes posibilidades de escalar el producto pero en este momento esa no es nuestra obsesión, nuestra obsesión es tener un producto que sea atractivo y demandado.
¿Qué ventas ha tenido el Gear S2?
No compartimos cifras pero ha sido un producto con mucho atractivo y España dentro de Europa es un mercado muy interesante para los wearables. Está un par de escalones por encima de su posición natural en el mercado europeo. El público español tiene avidez de tecnología wearable.