Durante los próximos meses se hablará mucho del insurtech, la conjunción de insurance (seguros) más technology (tecnología). Como ya ha sucedido con el fintech, que sería la transformación integral en procesos digitales de los servicios financieros, el insurtech representa lo mismo en el sector asegurador.
Es decir, el fenómeno insurtech se puede definir como la transformación de las compañías tradicionales de seguros adaptadas al nuevo entorno tecnológico en toda su dimensión; así como la llegada de startups que ofrezcan nuevos productos digitales, o bien aporten valor añadido a las empresas ya existentes.
Estos cambios dentro del mundo del seguro, como ya ocurriese en el sector de las financias, se produce por tres motivos: un cambio en la mentalidad de la gente asociado a la evolución tecnológica; la necesidad de asegurar no solo objetos, sino también estilos de vida; y la irrupción de modelos económicos distintos, como la economía colaborativa.
El germen de lo que está por llegar son los comparadores de seguros. Una herramienta, casi primitiva, de lo que será el insurtech. Estas webs sirven para identificar, comparando entre diversos seguros, cuál es el más barato. Ahora, entre otras herramientas, hay startups que afinan más el tiro y guían al cliente de una mejor manera, a través del móvil, etc., en lo que es la explosión insurtech.
Los motivos del cambio
Como ha sucedido con las finanzas, y ese es el espejo donde se mira el insurtech, ha llegado la hora de adaptar el modelo de negocio al máximo. Nadie quiere pagar más cuando no debe. Y eso en todas las franjas de edad. Además, quieren que la comunicación sea online, 24 horas y sin esperas. Eso solo lo puedo dar la tecnología. Pero no se trata de que una aseguradora tradicional ponga a disposición de los clientes una app para ver la evolución de un siniestro. Se trata de generar una cadena de valor en todo el proceso asegurador.
Otra clave para el cambio tiene que ver con la evidente evolución tecnológica. Dentro de muy poco tiempo habrá coches autotripulados. Entonces, ¿quién será el responsable en caso de accidente? El conductor, como ahora; el fabricante de coches; el operador de telefonía que conecta el vehículo al 5G…
Lo que está claro, pese al cambio, es que el riesgo seguirá existiendo. Otro caso son los hogares conectados. Ahora podrán predecir futuros siniestros, pero seguirá habiendo. Por eso, el sector asegurador será necesario.
Nuevas cosas para asegurar (sensaciones)
Valoramos cada vez menos poseer algo y cada vez más disfrutar de ciertas experiencias, utilizar ciertos servicios. Hemos pasado de coleccionar sólo objetos a coleccionar también momentos.
Todo esto genera en la sociedad unos cambios de hábitos que a su vez conllevan un cambio en los riesgos a los que nos exponemos. Hablamos, por ejemplo, de riesgos que pueden darse sobre objetos o actividades que hasta ahora no se aseguraban, porque no tenían el volumen suficiente, o bien de riesgos que se producen durante un espacio muy corto de tiempo y para los que no tiene sentido contratar un seguro que tenga una duración de un año, todo lo contrario, puede ser un seguro que únicamente te cubra durante unas horas.
En definitiva, las personas ya no sólo piensan en proteger objetos, sino también en el estilo de vida. Y esa es otra de las claves principales: el cambio de mentalidad.
¿Qué se debe aprender del fictech?
Sin duda, con el sector financiero comparte similitudes: detrás, suele haber grandes corporaciones, son sectores muy regulados, gestionan riesgos… Se podría decir que lo sucedido con el fintech y la banca abre el camino sobre muchos aspectos que tiene el mundo asegurador, lo cual hace que la explosión del insurtech se esté desarrollando a una velocidad mayor que la que lo hizo en fintech.
Como ejemplo, el fintech tardó siete años (2006 – 2013) en conseguir el volumen de inversiones que el insurtech ha conseguido en sólo 4 años (2011 – 2015), concretamente unos 2.500 millones de dólares (Fuente: ‘Venture Scanner’ y ‘CB Insights’).
Nuevos negocios, nuevos seguros
Una particularidad del insurtech es que tendrá que dar respuesta a nuevas formas de hacer negocio. Caso de la economía colaborativa. Desde la aseguradora AXA nos ponen un ejemplo. Ellos han apostado por este nuevo modelo de economía, prueba de ello son los acuerdos que tienen con plataformas como BlaBlacar, SocialCar o MyTwinPlace.
La economía colaborativa es un ejemplo perfecto sobre los nuevos estilos de vida que están emergiendo, a una velocidad exponencial, y que conllevan nuevos riesgos. Por ejemplo, la “garantía de llegada a destino” y la de “objetos olvidados” que protegen a los pasajeros que se desplazan en un BlaBlaCar, garantizándoles medios alternativos de transporte ante cualquier imprevisto o el envío postal de los objetos que pudieran olvidarse en el vehículo.
Fruto de la experiencia que tiene AXA con estas plataformas, colaboran con otras plataformas y startups basadas en modelos de economía colaborativa, y analizan los riesgos específicos a los que pueden verse expuestos sus usuarios.
Además, no hay que olvidar que la economía colaborativa ayuda a hacer un uso más eficiente y sostenible de los recursos de los que disponemos, y un mundo sostenible siempre ayuda a reducir la incertidumbre tanto social como medioambiental, lo cual es algo que está muy alineado con el sector asegurador, que no es otra cosa que intentar minimizar al máximo las posibles consecuencias de cualquier riesgo.
¿Cómo se gestarán las nuevas empresas?
Una vez más, el fintech marca el camino. En estos momentos han surgido gran cantidad de empresa financieras que ofrecen sus servicios a través de internet. Pero también, grandes bancos y corporaciones han comprado startups o han desarrollado nuevos servicios, como por ejemplo pago móvil, o gestión financiera por canales digitales.
Eso mismo sucederá con las aseguradoras. Habrá algunas empresas nativas que desarrollen su negocio y luego serán compradas por las grandes compañías. Otras crearán plataformas y herramientas para el uso de terceros, y claro, habrá compras por parte de las multinacionales de startups que surjan.
En concreto, en España, todavía no hay un gran movimiento, pero durante la segunda mitad del año se acelerará el proceso.
Ejemplos en los que mirarse
Si algún emprendedor español quiere ser valiente y ver las posibilidades de negocio en el insurtech, estos son ejemplos de startups de todo el mundo que están teniendo éxito.
Cakehealth: Se trata de una startup que ayuda a buscar un seguro de salud que permita llevar la gestión de todos los gastos. Para ello da consejos en su contratación y las necesidades que cada cliente pueda tener.
Insly: Al igual que ocurre en el fintech, no todo es producto final. Es decir, en esta startup han desarrollado un software de gestión para otras aseguradoras con el fin de facilitar su trabajo y la relación con el cliente.
Guevara: En este caso se suma el concepto de economía colaborativa. Concretamente lo que hacen es reunir a grupos de gente con una especie de fondo común para asegurar, por ejemplo, el vehículo. Con ello consiguen un ahorro bastante importante.
Friendsurance: También bajo el paraguas colaborativo, el trabajo que llevan a cabo consiste en agrupar a asegurados para que puedan recuperar el dinero que no llegan a gastar en su compañía.