Rajoy busca dinamitar la entente Rivera-Sánchez

Rajoy intenta aguar la fiesta a sus rivales

El presidente del Gobierno se reúne con el de Ciudadanos para reiterarle que la mejor opción es un Ejecutivo PP-PSOE-C’s presidido por su partido. Pone el énfasis en la tibieza socialista ante el secesionismo para ganarse a la formación naranja. En el partido de Rivera preocupa ese asunto pero mantienen que la iniciativa corresponde al líder socialista.

Mariano Rajoy sale del letargo. El presidente del Gobierno en funciones utilizará todos los resortes a su alcance para tratar de frustrar la investidura de Pedro Sánchez, votación que se vislumbraba inviable cuando el Rey nominó al líder socialista pero que en Moncloa ya empiezan a ver factible. Por ello, Rajoy quiere presionar al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para que se aleje de una operación que requiere involucrar a partidarios del derecho de autodeterminación. La opción de que el PP se abstenga sencillamente no existe. Ambas cosas se las transmitirá hoy en una reunión (10.30h) convocada a instancias de C’s.

El primer objetivo de Rajoy es dejar inerte la alternativa predilecta del PSOE: un pacto Sánchez-Rivera-Iglesias. Ese acuerdo ya es muy difícil per selos emergentes mantienen sus vetos cruzados-, pero la buena sintonía establecida entre socialistas y naranjas ha dejado en mal lugar al PP, colocado a Sánchez en la centralidad y alentado las esperanzas del socialismo.

El entendimiento se dio prácticamente desde el principio en materia económica, educativa, social o de regeneración y solo se enfrió a cuenta de la política laboral y del conflicto territorial. Precisamente el tema sobre el que el líder del PP pone ahora todo el foco.

El diálogo con Rivera y diversos agentes sociales ha colocado a Sánchez en la centralidad, en detrimento de Rajoy

Rajoy cree que es de una “enorme irresponsabilidad” que el PSOE obviara el órdago independentista en el programa de Gobierno que difundió el lunes y así lo proclamó ayer ante sus senadores. La “mayor amenaza” para la democracia española no merece más atención por parte del candidato a la investidura que “un renglón” donde se apuesta ambiguamente por el federalismo, criticó el presidente. Sabedor de que en este punto comparte criterio con Ciudadanos, argumentó en contra del líder socialista y alertó del riesgo de que Sánchez sea presidente gracias a la aquiescencia de los independentistas.

La tibieza socialista ante el secesionismo es algo que preocupa en el partido naranja. Sus dirigentes llevan toda la semana advirtiendo de que para alcanzar un acuerdo es necesaria la firme defensa del artículo 1 de la Constitución y el compromiso de que jamás se aceptará el referéndum. En todo caso, mantienen que la iniciativa para formar Gobierno le corresponde al líder socialista e insisten en que los populares deben abrirse a facilitarle el camino.

La postura de C’s

«Si al final se impone la aritmética pura y dura, se impondrá porque habrá un grupo o personas que son absolutamente inflexibles ante situaciones muy serias, cuando se trata de su nombre, cargo o cabeza», manifestó ayer Juan Carlos Girauta, portavoz naranja en la Cámara baja y miembro del equipo que negocia con el PSOE. Girauta indicó también que los acuerdos que ambas formaciones alcancen «se comunicarán o quizás esperaremos a que todo esté acordado para que no se genere tensión, porque la manera de hacerlo público también habrá que decidirla».

No lo tiene fácil, pues, el PP para neutralizar esa vía de diálogo que le arrincona en la derecha y reduce su protagonismo. Por eso quieren explotar que la «soberanía nacional» y la «igualdad de todos los españoles» no está garantizada con un presidente socialista. Buscan dinamitar la confección de un programa de Gobierno que de fraguarse al margen de Podemos -camino que tomaría Sánchez si Iglesias mantiene su enroque- le dejaría en posición incómoda ante la investidura, encuadrado en el bloque del ‘no’ junto al partido morado.

El PP quedaría en situación incómoda en la investidura si PSOE y C’s fraguan un acuerdo de Gobierno sin Podemos

De salir el plan de Rajoy, Sánchez se verá definitivamente abocado a entenderse con Podemos y el soberanismo o quedarse sin opciones. Y ahí el PP ya se movería mucho mejor y tendría más fácil vender su discurso de moderación, estabilidad y certidumbre frente a aventurerismos que anteponen la conquista del poder al interés general. El manido mensaje oficial de Génova/Moncloa que con Ciudadanos en la órbita de Sánchez presenta importantes lagunas.

La reunión sirve también para que Rajoy recupere parte de la iniciativa perdida en favor del PSOE. Desde que el Rey le propuso candidato, Sánchez ha mantenido una agenda frenética -“colapsada”, según Antonio Hernando- para explotar su imagen presidencial. La contención en el discurso, las citas con todos los grupos cuyo apoyo persigue y los encuentros con los agentes sociales han servido al socialismo para presumir de que han hecho “en cinco días más que Rajoy en cinco años”. Por primera vez en diez jornadas, hoy el protagonista será el presidente y no el líder de la oposición. Y mañana lo serán ambos al alimón, pues se verán cara a cara en reunión vespertina (17h) en el Congreso.

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