El presidente del grupo público ferroviario defiende que la alta velocidad es rentable y pide al nuevo Gobierno impulsar el sector para poder plantar cara al desembarco en España en la próxima década de los grandes grupos europeos.
El debate sobre si están justificadas las enormes inversiones ejecutadas durante las dos últimas décadas para la construcción del AVE (unos 50.000 millones de euros) ha sido casi constante en los últimos años. Muchos expertos y algunos partidos políticos (algunas formaciones de izquierda y, el último en sumarse, Ciudadanos) ponen en duda la idoneidad de seguir aportando presupuestos desorbitados a abrir líneas de alta velocidad cuando su rentabilidad está en duda.
Hace unos meses, incluso la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) publicó dos informes demoledores en contra de las generosas inversiones de último cuarto de siglo. En uno, el think tank afeaba que España tuviera la segunda mayor red de alta velocidad del mundo a pesar de ser uno de los países con menor demanda de pasajeros (ver aquí el informe completo). En el otro, mostraba que ninguna línea de las construidas será nunca rentable y ninguna recuperará (ni de lejos) las inversiones ejecutadas en su construcción y mantenimiento (ver aquí). E incluso se preparan algunos trabajos que incluso apuntan a que el AVE, muy al contrario de lo que se podría pensar, incluso tiene un impacto negativo sobre el turismo de las ciudades a las que llega.
El presidente de Renfe, Pablo Vázquez, hizo ayer una defensa cerrada de AVE. Él, que curiosamente dirigió Fedea hasta hace apenas cuatro años, pero que ahora comanda el operador ferroviario estatal. Aprovechó su intervención el Foro de Innovación Turística Hotusa Explora para defender no sólo la rentablidad del servicio, sino incluso su inevitabilidad para un país desarrollado como España. «El AVE ya es rentable. Lo es teniendo en cuenta sus costes operativos y de mantenimiento», explicó Vázquez. «No lo es si se tiene en cuenta el coste de la construcción de las infraestructuras, pero que el AVE no paga las infraestructuras. Igual que otras empresas no pagan las autopistas», sentenció.
El presidente de Renfe rechazó el fundamento mismo del debate: AVE sí o no. Porque, según su criterio, la alta velocidad es inevitable. Es el futuro… o ya el presente. «Alta velocidad es la forma en que llamamos al ferrocarril del siglo XXI. El AVE no es el tren de los ricos, el el tren que construye cualquier país que ya está en el siglo XXI», aseguró Vázquez. «NO tiene sentido que haya destinos que estén a siete horas en tren desde Madrid. Ese tren no lo quiere coger nadie. La alta velocidad es la única opción para unir ciudades alejadas».
Competencia para que Renfe «espabile»
Renfe dice estar preparada para la competencia. La liberalización del corredor Madrid-Levante parecía estar lista, pero sigue sin fecha. Los planes del Gobierno (ahora en funciones) eran dar entrada un solo competidor privado durante unos años, para luego hacer posible la liberalización total. «En breve el sector será liberalizado. Aunque aún no sabemos cuándo será realidad ese ‘en breve’«, explicó el presidente de la operadora. «Somos muy favorables a la liberalización, para todas las empresas, también las empresas públicas, es la buena competencia».
Varias empresas han mostrado su interés por intentar participar en esa liberlización incipiente del tren de pasajeros (el transporte de mercancías ya está liberalizado). Y entre ellas, el principal grupo turístico español: Globalia, matriz de Air Europa, Halcón Viajes, Travelplán o los hoteles Be Live. El presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, que también participó ayer en Hotusa Explora, confirmó que el interés de la compañía por el ferrocarril aún persiste, pero con condiciones…
Y es que Globalia condiciona su entrada en el negocio del tren en que el canon que cobra Adif por el uso de las infraestructuras «sea competitivo» (esto es, no tan alto como hasta ahora) y a que Renfe alquile parte de sus trenes para poder comenzar el servicio. A la espera de conocer las condiciones definitivas, Hidalgo hizo una defensa cerrada de que entre la competencia privada en el transporte ferroviario. Y lo hizo subrayando que la competencia es necesaria «para que Renfe espabile y se despierte. Con los monopolios las empresas se duermen, están demasiado tranquilas».
En paralelo, Pablo Vázquez subrayó que será tarea del próximo Gobierno -sobre el que reclamó que se constituya cuanto antes- poner las bases para que el sector ferroviario español y, en concreto, Renfe pueda dar la batalla ante la futura liberalización de todo el sector en Europa, que, en principio, está fijada para para dentro de cinco años. «En 2020 los grandes grupos europeos van a pedir poder operar en España. Y son empresas con mucho músculo… y que son públicas», avisó Vázquez, en referencia a la alemana Deutsche Bahn y la francesa SNCF. «La Renfe del futuro se puede convertir en un apéndice de los grandes grupos europeos o en una gran empresa española que compite aquí y fuera», advirtió. Está por ver.