A partir de este jueves, 15 de junio, cuando alguien vaya de vacaciones a Bruselas no debe tener miedo para llamar a sus padres si viven en Cuenca. Costará lo mismo que si llamase desde España. El final del roaming, el sobrecoste que se paga fuera de cada país de origen, será historia. Así, desde los 28 países miembros (por el momento) de la Unión Europea, se podrá utilizar la tarifa que cada uno tenga contratada. Ahora bien, esto no saldrá del todo gratis, puesto que en breve habrá subida generalizada de tarifas. Aunque también es cierto que el roaming no es el culpable.
Por partes. En primer lugar lo que afecta al roaming y lo que deben conocer los clientes de cada compañía. Desde el día 15 de junio no habrá sobrecoste cuando se hagan llamadas, se manden SMS o se conecte a internet. Cada usuario pagará lo mismo en España que fuera. Para ello no habrá que activar nada ni cambiar de red. Todo será automático.
Tema relacionado: El informe a medida del regulador para los operadores
No obstante, habrá que atenerse a un consumo razonable. Y esto se basará, sobre todo, en la estancia fuera de cada país, que no podrá ser mayor que la de origen donde se tenga contratada la tarifa. Asimismo, para los contratos con muchos gigas de internet, se hacen cálculos proporcionales de consumo. Por ejemplo, si un cliente tiene contratado un paquete que incluye 25 GB datos por 32 euros, podrá utilizar como mínimo 8,31 GB fuera de su país sin coste adicional. Del mismo modo, si alguien supera los límites de su tarifa habrá unos sobrecostes que se han acordado bajo los criterios de la UE.
Y ahora llega la pregunta clave: ¿Por qué todo esto va a suponer un incremento de las tarifas en España? El argumento que llevan exponiendo los operadores desde hace meses se basa en un aumento de la inversión debido al boom que habrá en el consumo de datos y que, por lo tanto, deben amortizar.
Operadores, CNMC e ‘Informe Altran’
España es una región receptora neta de turismo. A partir del mes de junio, y hasta finales de septiembre, nuestro país de llena de gente. Sobre todo las zonas costeras que, para mayor coincidencia, suelen ser las que tecnológicamente son más complejas de armar. ¿Esto qué supone? Que los operadores han tenido que invertir en mejorar las redes para que no haya problemas con la red.
¿Y algún operador ha dicho claramente que esto vaya a suponer una subida de precios? Más o menos. Uno de los últimos, por ejemplo, fue Orange. Durante la presentación de sus últimos resultados trimestrales, el director de Estrategia, Operadores y Regulación del operador naranja, Julio Gómez, reconoció que el fin de los sobrecostes por utilizar el móvil en itinerancia “tendrá efectos complicados”. De igual modo, Movistar y Vodafone han hecho importantes esfuerzos inversores para mejorar su red. Y todo ello conduce al silencio sobre si esto tendrá una incidencia directa.
Pero la consultora Altran fue un paso más allá y, recientemente, publicó un informe en el cual sostenía que la nueva regulación sobre el roaming aprobada por la UE podría provocar “una transferencia de renta de pobres a ricos”, ya que puede conllevar una subida de tarifas nacionales que compense el coste que tendrá este servicio para los operadores.
El informe ‘Zero Roaming. A pitfall of European regulation’ señala que una de las principales consecuencias de la iniciativa RLAH (Roaming like at home) explica que los operadores “pueden verse forzados” a incrementar las tarifas domésticas en caso de que los costes reales de operación de red sean superiores al precio fijado en la regulación.
Como guinda final al pastel, el pasado verano se conoció un informe que envió la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a Bruselas para intentar por todos los medios que el final del roaming no fuera absoluto. La CNMC dejaba claro haber acreditado que el nivel mayorista propuesto para el servicio de datos en itinerancia no permitiría la recuperación de los costes por parte de los operadores españoles que lo ofrecen, del mismo modo que señalaban desde Altran.
No obstante, todas estas explicaciones no son la causa directa por la que los operadores de telefonía, sobre todo Movistar, Vodafone y Orange van a subir precios. Aunque el argumento está bien atado: país receptor de turistas y muchas inversiones que se deben amortizar; todo el mundo lo ha dado por bueno. La realidad es distinta.
Fútbol, espectro y aumento de datos
Si con el fin del roaming y las inversiones que deben llevar a cabo, los operadores no han querido decir abiertamente que subirán las tarifas de sus servicios en breve, hay tres factores que les obliga a ello y no lo esconden.
El fútbol es uno de ellos. Hace unos días Orange y Vodafone ya advirtieron de que no pujarían por los derechos de emisión del fútbol. En concreto de la Champions League. Desde hace meses vienen diciendo que los costes no son asumibles y no los pueden repercutir a los clientes, cosas que -por otra parte- ya han hecho. Lo que no quieren (o pueden por imagen) es seguir haciéndolo. No obstante, se trata de un contenido premium del que no pueden prescindir, por lo que tendrán que recomprar, bien a Movistar, Mediapro o quien sea, los derechos. Luego habrá un fuerte gasto para prestar estos servicios. Y no podrán seguir siendo casi-gratis como ahora.
Otra cuestión tiene que ver con el espectro y la adquisición del mismo para tener frecuencia en la banda de 700 Mhz y así disponer de un mejor 5G. Por ejemplo Telefónica, en el informe anual de 2016 hacía referencia explícita a las salidas de caja que habrá entre 2017 y 2022 para asegurarse varios paquetes de frecuencia tanto en España como Reino Unido. Por lo tanto, otro coste de inversión que tendrá que repercutirse vía factura. Sobre todo porque la inversión puede estar entre los 400 y 600 millones de euros. En la última subasta el gasto total en frecuencias fue de 1.647 millones. Telefónica (668M), Vodafone (518M) y Orange (437M).
Tema relacionado: El aumento en el consumo de datos elevará los precios
Por último, y relacionado directamente con el aumento de datos, llega la explosión de consumo que habrá en los próximos años. Recientemente Orange explicaba en público que el consumo medio por cliente ha pasado de 1,1 GB a 1,6 GB, en solo 12 meses. Cabe recordar que en 2015 apenas llegaba a los 700 MB al mes.
De este modo, el CEO del operador naranja, Laurent Paillassot, dejó claro que si hay más consumo los precios tienen que adecuarse. Y esto ya no se trata de algo circunstancial achacable al verano, como quieren hacer ver con el roaming. En la última presentación del ‘Informe sobre la Sociedad de la Información‘, la Fundación Telefónica exponía que las personas mayores de 65 años se habían lanzado al consumo masivo de internet móvil, lo que supone más gente conectada.
Por lo tanto, el fin del roaming vendrá acompañado de una subida de precios, sí. Pero dicha subida no se explica, solo, por el fin de estos sobrecostes y el impacto de los turistas. La realidad que Movistar, Orange y Vodafone no ocultan es que los gastos son muchos y hay que aumentar los ingresos.