Mucha gente puede pensar que las explicaciones de Samsung sobre lo sucedido con el Galaxy Note 7 pueden llegar tarde. En realidad da lo mismo. La opinión pública ya tiene asumido que esos terminales «explotaban», y ya está. No obstante, la compañía coreana ha querido dar su versión oficial.
Durante una rueda de prensa celebrada en Seúl , ha estado presente DJ Koh, presidente de la Unidad de Negocio de Comunicaciones Móviles de Samsung Electronics. Éste ha compartido los resultados detallados de la investigación y ha expresado sus sinceras disculpas y gratitud hacia los usuarios del Galaxy Note7, los operadores de telefonía, los partners comercializadores y distribuidores y los socios de negocio por su paciencia y apoyo incondicional.
Koh estuvo acompañado por directivos de UL, Exponent y TUV Rheinland, los grupos independientes que han llevado a cabo su propia investigación sobre varios aspectos de los incidentes ocurridos con Galaxy Note7.
El problema, como ya era conocido, estaba en las baterías. En concreto, fue un fallo en el cálculo de las dimensiones de la batería, lo que derivó en la deformación de una de las esquinas superiores. Por este motivo, se provocaron cortocircuitos en algunas celdas y, como consecuencia, el sobrecalentamiento que hizo que algunos móviles se incendiaran.
Asimismo, Samsung ha asegurado que parte del problema han sido las prisas por sacar adelante el producto. Esto ha provocado que su otro proveedor de baterías también cometiera errores similares con el tamaño de las baterías, en este caso en lo relativo a la soldadura de componentes, que finalmente eran las causantes de que se incendiasen los terminales.
Han sido unas explicaciones muy técnicas que, seguramente, tenían como destinatario a los inversores. Sobre todo para que mantengan la calma y asuman que se trataba de un fallo tecnológico. Nada que no se pueda subsanar con más dinero.
Samsung bajo lupa
Las explicaciones han estado bien. Que Samsung haya reconocido sus errores le honra como compañía, pero las dudas siguen estando presentes, y ese es el gran problema para el fabricante coreano.
Según la empresa, a partir de ahora se ha implementado una amplia variedad de procesos internos de calidad y seguridad para mejorar aún más sus productos, incluyendo protocolos adicionales como las medidas de seguridad en múltiples capas y la comprobación de la seguridad de las baterías en 8 puntos. Pero no será suficiente.
Su próximo terminal estrella, el Samsung Galaxy S8, será examinado al detalle como nunca antes se ha hecho. Los usuarios, y la competencia, llevarán al dispositivo al extremo en cuanto a la carga, la prolongación de la batería y toda clase de testeos para comprar si de verdad los coreanos han hecho los deberes.