A partir de esta semana Samsung inicia un nuevo reto: volver a ser la marca de confianza que ha conquistado el mercado español la última década, y además lo hace con más competencia que nunca.
Este miércoles se conocerá el nuevo Samsung Galaxy S8. No puede fallar. Debe ser un móvil que los medios de comunicación especializados valoren como excepcional, y que eso vuelva a posicionar a la marca en el punto de partida. El ya famoso #Note7Gate hizo daño. Fue portada de todos los medios. Nacionales, regionales, salió en la televisión. Hasta mi padre se enteró de lo sucedido.
Por eso, aunque sea injusto para la compañía coreana, con este Galaxy S8 empieza de cero. Toca ganarse la confianza de todo el mundo. Proveedores, distribuidores, operadores de telefonía… y claro está, clientes.
Aunque paradójicamente lo de menos es el propio Galaxy S8, que no obstante se venderá a millones. La clave será que la gente apueste por comprar las gamas Galaxy A o Galaxy J, los móviles que al final usa el usuarios habitual. Y es que, como es sabido, los topes de gama al final son dispositivos aspiracionales, lo que todo el mundo desearía, pero no todos los bolsillos se pueden permitir. Por eso Samsung no puede fallar. Debe dejar claro que es una firma solvente, con buen precio y calidad.
Samsung no está sola
Todo esto lo deberá hacer dando una doble pirueta mortal. La competencia de Huawei, que cada vez es mayor; así como la tendencia de los usuarios a fiarse de otras marcas, como por ejemplo las chinas (o las españolas).
Muchas personas, ahora mismo, van a Media Markt y compran el primer móvil barato que encuentran. Se fían de la mayoría de marcas. Ha quedado atrás esa sensación de que había móviles mejores que otros (que los hay). Ahora se busca un dispositivo que cueste unos 100 o 200 euros, y a casa. O se hace lo mismo asociando el móvil a una tarifa con algún operador. En este caso, el gasto quizá se eleva algo más, pero da los mismo si es Samsung, Huawei, LG o BQ.
Y este es el panorama de la compañía coreana en la semana que presenta el Galaxy S8. Y no solo eso, también ha dejado que corra la noticia (de manera oficial) de que saldrán a la venta en algunos mercados una versión reparada del Galaxy Note 7.
Así pues, semana redonda de atención mediática lejos del ‘Mobile World Congress’ (¿quizá por eso no fue?) que Samsung tiene que procurar que termine de manera feliz. Los exámenes y pruebas a este terminal serán las más exigentes que nunca haya hecho ningún medio especializado. De eso no cabe duda.