- Ferraz pretende que los militantes voten nuevo secretario general en primarias el domingo 23 de octubre.
- Confirma la cita del Comité Federal este sábado y planea que de ahí salga convocado un Congreso extraordinario para los días 12 y 13 de noviembre.
- Los críticos niegan autoridad a la menguada Ejecutiva de Sánchez y piden la mediación de la Comisión de Ética y Garantías del partido.
- El conflicto podría acabar en la justicia ordinaria.
La guerra continúa. La Ejecutiva del PSOE, o más bien lo que queda de ella, ha decidido seguir adelante con el enfrentamiento directo contra el sector crítico y convocar un Congreso Federal extraordinario el fin de semana del 12 y 13 de noviembre para elegir nueva dirección. Antes, el domingo 23 de octubre, se celebrarán las primarias abiertas a la militancia para designar secretario general. El calendario ha sido aprobado este jueves en Ferraz, donde se han reunido los 16 miembros de la Ejecutiva que se mantienen fieles a Sánchez. Los críticos, que dimitieron en bloque la tarde del miércoles, no reconocen la autoridad de este órgano que consideran disuelto, niegan legitimidad al líder y piden la mediación de la Comisión de Ética y Garantías para resolver el conflicto. El aparato rechaza por el momento convocar este órgano, que está compuesto por cinco miembros: tres detractores de Sánchez y dos -entre ellos la presidenta, Isabel Celáa-, afines.
Ferraz ha aprobado también que este sábado se reúna el Comité Federal, como estaba previsto, pero con el objetivo de convocar el mencionado Congreso de noviembre. La intención del aparato es que el mismo día 1 se cierre el censo de afiliados llamados a participar en el proceso y se abra el plazo de recogida de avales. Los aspirantes a la secretaría general tendrían hasta el día 11 para recabar los apoyos necesarios y serían proclamados candidatos oficiales en las dos jornadas siguientes. La campaña para pedir el voto a la militancia se desarrollaría entre el 13 y el 22 de octubre.
Todo este plan se ha diseñado por una dirección menguada por el golpe de los críticos pero dispuesta a dar la batalla. Sánchez considera que los estatutos del partido no contemplan disolver la Ejecutiva cuando queden vacantes la mitad más uno de sus miembros, sino lanzar un proceso congresual para designar otra. Y pretende que eso se haga en mes y medio, con un líder electo en tres semanas. Es un calendario idéntico al que propuso el lunes, solo que adelantando el Congreso -que en principio iba a ser del 2 al 4 de diciembre- por tratarse de uno extraordinario. Los ordinarios han de fijarse con al menos 60 días de antelación.
Los críticos rechazan el «Congreso exprés» que quiere impulsar Sánchez
Los críticos rechazan abrir este debate interno, que pretenden que sea hondo y ambicioso y no solo para disputar el liderazgo, mientras no se resuelva la gobernabilidad de España. Para evitar que Ferraz se saliera con la suya y se organizara lo que denominan «un Congreso exprés» promovieron la dimisión de 17 dirigentes antes del Federal del sábado, entendiendo que tal maniobra haría caer el secretario general y anularía toda la agenda orgánica para dar paso a una gestora de transición. Pero Sánchez se ha mostrado dispuesto a luchar hasta el final.
La presidenta del Comité Federal, Verónica Pérez, ha acudido esta mañana a la sede del PSOE para solicitar una reunión con la Secretaría de Organización y exponer su interpretación de las normas internas, en consonancia con el sector crítico al que pertenece. Pérez es la líder del PSOE sevillano, mano derecha de Susana Díaz y firme opositora a Sánchez. Tras dos horas esperando en el hall sin ser recibida, se ha marchado denunciando el comportamiento del aparato, al que previamente había negado legitimidad asegurando que «la única autoridad» que hay ahora mismo en el PSOE es ella misma, en su condición de presidenta del Federal.
La tensión entre las dos facciones en que ha quedado dividido el segundo partido de España, lejos de atenuarse con el paso de las horas, va en aumento. La mañana del jueves ha sido un auténtico carrusel de declaraciones cruzadas entre uno y otro bando, acusándose mutuamente de vulnerar las normas internas y de dañar fatalmente la credibilidad del PSOE.
Dos de las dirigentes que no han dimitido, Montón y Tezanos, alegan problemas de agenda para no acudir a la reunión de los fieles de Sánchez
La presidenta de Baleares, Francina Armengol; el alcalde de Valladolid, Óscar Puente; o el antiguo líder de la corriente Izquierda Socialista y miembro del Comité Federal, José Antonio Pérez Tapias, han defendido la legitimidad de Sánchez y denunciado la operación de los críticos. En sentido contrario se han manifestado el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig; el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; o el diputado andaluz Antonio Pradas, que ha clamado en La Sexta contra una Ejecutiva reunida «irregularmente».
Sánchez y los suyos han estado debatiendo cerca de cuatro horas sobre los pasos a seguir. La línea es la de enfrentarse directamente a los críticos, a quienes César Luena acusó la tarde del jueves de querer «esconderse de los militantes», y continuar con los planes orgánicos que tenían en mente para tratar de revalidar el liderazgo en el próximo Congreso. El problema es que cuadros muy importantes del partido, la mitad o más del total, no reconocen sus movimientos. El conflicto podría acabar en los tribunales, puesto que unos y otros parecen cada vez más distanciados y enrocados en torno a sus respectivas interpretaciones de los estatutos.
En torno al líder socialista permanecen 15 dirigentes, puesto que dos de las que no dimitieron, Carmen Montón y Eva Díaz Tezanos, no han acudido a la reunión de hoy. El miércoles se especuló con que también ellas podrían integrarse en el bloque de los dimisionarios, pero finalmente optaron por ponerse de perfil ante el conflicto. Este jueves han alegado problemas de agenda para ausentarse de la cita de la que Sánchez quería salir con una hoja de ruta clara para enfrentar la situación. Montón es consejera de Sanidad en el Gobierno valenciano de Puig y Tezanos vicepresidenta de Cantabria que dirige el regionalista Revilla.