Los líderes de PSOE y PP ejecutan un árido cruce de acusaciones que vuela cualquier puente entre ambos. Sánchez aduce la corrupción y la gestión económica de Rajoy para negarle la abstención y éste le acusa ya de provocar unas terceras elecciones, en la esperanza de que entonces salga «el resultado que le guste».
No hay margen para el entendimiento. La salida al bloqueo institucional no llegará previo acuerdo PP-PSOE, al menos mientras sus actuales líderes se mantengan en el puesto. La enemistad Mariano Rajoy-Pedro Sánchez ha subido otro peldaño este miércoles, al negarle el dirigente socialista al candidato popular no solo su apoyo, sino cualquier concesión a su gestión, trayectoria y bagaje personal. Sánchez votará en contra de su investidura esta vez y las que sean necesarias, a tenor de lo escuchado en el Congreso, porque considera que el presidente del Gobierno en funciones es un político amortizado: «Por fortuna para la política española, hay vida más allá del señor Rajoy».
El líder socialista ha dado una réplica dura e inmisericorde al discurso del aspirante, que la víspera había apelado a la «responsabilidad» de toda la Cámara para propiciar el fin de la interinidad institucional. El PSOE no compra el argumento porque en modo alguno se puede «sobreseer» lo que entienden un proceder intolerable respecto a la corrupción y la lucha contra la crisis económica. «Usted no tiene ninguna credibilidad», le ha espetado Sánchez, para después criticar una por una las medidas más reconocibles de su mandato -reforma laboral, LOMCE, Ley de Seguridad Ciudadana, «abandono de la memoria histórica», fin de la «justicia universal», reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal-. Una «mala gestión» que ha aumentado la «desigualdad» y desarrollado «la ideología conservadora de quien gobierna este país», a quien considera antagónico.
El jefe de la oposición pide «nuevas políticas y nuevos actores», pero sigue sin proponer una alternativa
Todo ello, unido a la actitud frente a la corrupción, que entiende Sánchez de connivencia, hace al PSOE blindarse en torno al ‘no’. Rajoy «no está capacitado para liderar España durante los próximos cuatro años» porque el país requiere «nuevas políticas y nuevos actores», aunque el secretario general socialista continúa sin proponer una alternativa. De su intervención en este pleno solo se desprende un rechazo frontal e irreversible al candidato del PP, pero no hay pista alguna sobre qué hará el segundo partido más votado en las generales una vez se confirme el rechazo del Congreso a Rajoy.
Sánchez ha recuperado frases literales que su adversario empleó contra él en marzo, en su propio intento de investidura, y ha criticado duramente la fecha elegida para esta sesión, que haría que unas hipotéticas nuevas elecciones se celebraran el día de Navidad. En este punto, ha extendido la diatriba contra la presidenta del Congreso, Ana Pastor, a quien ha acusado de dejar la institución «por los suelos» admitiendo tal maniobra. «No sé de qué nos sorprendemos, es la forma de hacer política del señor Rajoy», ha concluido. Durante el discurso, de unos 40 minutos de duración, ha incluido referencias a Bárcenas y a la Gürtel para desacreditar al candidato, cuyo «comportamiento reciente y lejano» le parece inaceptable. Por ello, y porque «lo único que propone es continuismo» cree que el auténtico ejercicio de «responsabilidad» es oponerse a su proyecto. «Su no continuidad (…) es una necesidad para la regeneración ética, política e institucional».
También rechaza Sánchez la lógica de Ciudadanos, que apela al «patriotismo» para entenderse con el candidato propuesto por el Rey. Citando a Azaña, recela de tal argumento y esgrime que las alternativas que se revisten de esa solemnidad no sirven de nada si además de ese presunto patriotismo no son «acertadas». «Su propuesta, señor candidato, no lo es».
Rajoy: «Ya he entendido el ‘no'»
Rajoy ha reaccionado con su ya clásica retranca, esa ironía que explota en las réplicas parlamentarias para responder a las críticas de los adversarios. Si él y su partido son «la quintaesencia de todos los males, sin mezcla alguna de bondad» y disponen de 52 escaños más que él, «¿qué opina usted de su ejecutoria al frente del Partido Socialista?», le ha preguntado. «Si yo soy tan malo, ¿cuánto de malo es usted?»
El presidente pide a su adversario que se «tranquilice» y le acusa de moverse solo por «prejuicios»
El líder popular ya ha «entendido» la postura del PSOE y pide a su secretario general con un toque de sarcasmo que «no abuse, con que me diga que ‘no’ ya es suficiente». «Tenga usted la total y absoluta certeza que ya he entendido todas las partes del ‘no’, tranquilícese», ha seguido entre los aplausos de sus compañeros. Rajoy también se ha burlado de las citas de Sánchez a su discurso de marzo, vanagloriándose de que le utilice como «argumento de autoridad» y explicándole que no puede emplear ahora tales recursos porque «estamos en otra situación»: «La próxima vez le traeré unas frases adecuadas a la situación en que usted se presente en esta Cámara».
Tampoco ha aceptado la crítica a la fecha elegida para el debate -«hiciera lo que hiciera, a usted le parecería mal mi decisión»- y ha acusado a su rival de moverse exclusivamente en base a «prejuicios», abocando a unos nuevos comicios de los que ya le culpa directamente. «Hay una mayoría de españoles que no piensan de mí lo que piensa usted. Y que no está de acuerdo con que usted (…) se empeñe en celebrar nuevas elecciones en nuestro país por tercera vez en un año».
A partir de ahí, ha bajado mucho el tono, hasta recuperar la planicie monocorde del martes. Ha rehuido el cuerpo a cuerpo por la corrupción y en la dúplica ha rechazado «volver a los reproches». «Le pido que dada la situación en la que estamos, dé usted una salida, le pido que se abstenga», ha rogado Rajoy al final de su intervención para responder a la lapidaria sentencia que Sánchez le había lanzado minutos antes, sin dejar resquicio alguno para el acuerdo entre ellos: «El problema no es que los socialistas no confiemos en usted; el problema, señor Rajoy, es que usted no es de fiar».