El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, fue la auténtica estrella de la recepción que sus Majestades los Reyes ofrecieron a con motivo de la Fiesta Nacional. Rivera apenas podía moverse por el salón del Palacio Real, tal era el número de invitados y periodistas que querían saludarle. Las últimas encuestas han encumbrado a C´s a la categoría de fuerza política con posibilidad de victoria en las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Los Reyes certificaron ese éxito de Ciudadanos con una conversación en privado con Albert Rivera, durante los corrillos posteriores al besamanos, que llegó a los diez minutos.
La imagen más buscada era la de Albert Rivera con los líderes de los grandes partidos nacionales, dada la condición de Ciudadanos como partido bisagra para la formación de gobierno, que le otorgan todos los sondeos tras el éxito de C´s en las elecciones catalanas.
El gato al agua se lo llevó Pedro Sánchez, que posó con Rivera durante unos instantes para los medios. Además, ambos líderes quedaron en verse en breve en una reunión lejos de las cámaras.
Ya sea por el hecho de que no compiten por el mismo sector ideológico del electorado –por mucho que el PP se empeñe en decir lo contrario-, lo cierto es que la sintonía entre Pedro Sánchez y Albert Rivera es óptima para los intereses de ambos. Pocas críticas se han podido escuchar al uno del otro y tampoco las habrá durante esta larguísima precampaña electoral.
Rajoy rehúye la foto con Rivera
No pasa lo mismo entre el presidente el Gobierno y el líder de Ciudadanos, como quedó demostrado durante los corrillos que precedieron al besamanos en el Palacio Real. Mariano Rajoy rehuyó la foto con Albert Rivera y se marchó pronto del acto. Bien es cierto –y así se encargaron de dejar claro los servicios de prensa de la Moncloa- que el jefe del Ejecutivo debía partir hacia Nueva York para presidir hoy una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Más allá de la foto, lo verdaderamente importante para un posible entendimiento entre el PP y Ciudadanos es la opinión de Rivera, que no se cansa de atacar al presidente del Gobierno. El presidente de C´s volvió a hacerlo ayer en conversación con periodistas. Ante las preguntas sobre si se ve ya presidente del Gobierno tras los comicios de diciembre, Rivera insistió en que eso lo decidirán los españoles, pero, en todo caso, advirtió de que el resultado va a estar más apretado de lo que algunos pensaban, ya que nadie va a tener mayoría absoluta.
Por lo tanto, recalcó que quien gane tendrá que buscar apoyo, dando a entender que Ciudadanos respetará la victoria de la lista más votada. No obstante, evitó aclarar si estaría dispuesto a pactar con el presidente del Partido Popular tras las elecciones. Pese a todo, quiso recalcar que su partido no ha montado “todo esto” para que Rajoy sea presidente, al tiempo que volvió a hacer hincapié en lo dicho hace ya algunas semanas: “Si el PP no hace primarias, no se las voy a hacer yo”.
Ahora empieza la batalla sobre el debate a cuatro
A partir de estos días y en lo que queda de precampaña, la batalla estará centrada en el debate electoral a cuatro –los líderes del PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos-, algo inédito en nuestra democracia en los días previos a la cita con las urnas en unos comicios generales. Consciente que Rajoy es reacio a ese tipo de debates tan multitudinarios, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se encargó ayer de sacar partido a la situación.
Así, el secretario general de los socialistas se mostró dispuesto a debatir con todos los candidatos cabezas de lista a las elecciones generales del 20 de diciembre, unos comicios que afronta convencido de que los españoles están lanzando mensajes a favor del diálogo y el acuerdo entre las fuerzas políticas. De la misma opinión es Albert Rivera, que quiso dejar claro que está a la espera de un debate a cuatro.
Por su parte, Rajoy siguió ayer a lo suyo, intentando rentabilizar los réditos de la mejoría económica. El jefe del Ejecutivo insistió, durante la recepción de la Fiesta Nacional, en dar realce a lo que es, para él, una noticia de la máxima relevancia: el hecho de que hace una semana la agencia de medición de riesgos Standard & Poor’s elevara la nota de la deuda de España a un aprobado alto (de BBB a BBB+) con perspectiva estable.
Al mismo tiempo que subrayó la subida de la nota para España, Rajoy incidió en que esa misma agencia hizo una rebaja para la deuda de «otro», en referencia a Cataluña, comunidad cuya deuda califica de bono basura.