Es la tecnología del futuro que nunca acaba de llegar. Aunque el coche eléctrico va sumando popularidad conforme gana kilómetros de autonomía gracias a los constantes esfuerzos de innovación en sus baterías, las ventas de estos vehículos son todavía residuales. En septiembre se compraron tan sólo 342 unidades eléctricas en toda España, mientras que la matriculación de vehículos -en general- alcanzó los 79.591 coches.
Y eso que es un buen año. En los 9 primeros meses de 2016 se ha registrado un incremento en las ventas del 79,16% sobre el mismo periodo del año anterior hasta alcanzar los 3.284 vehículos puramente eléctricos -sin contar los híbridos ni los ‘enchufables’-. Buenas cifras, sin duda, que respaldan la apuesta de la industria y las autoridades comunitarias por el coche eléctrico, pero todavía insignificantes frente a los 874.220 vehículos que se han matriculado entre enero y septiembre.
La compra de vehículos puramente eléctricos es todavía más anecdótica si se analiza con más granularidad: en septiembre se compró en Navarra tan sólo 1 coche eléctrico. Por poner un ejemplo de comunidad autónoma en la que ha habido actividad comercial, ya que ni en Murcia ni en La Rioja ni en Ceuta y Melilla se ha adquirido ningún coche eléctrico en septiembre.
Las ventas de eléctricos entre enero y septiembre, a pesar de ser bajas, son un 79% mayores que el año pasado
¿Cómo es ese intrépido comprador navarro? Según la información estadística de la patronal de la automoción, Anfac, lo más probable es que sea una empresa. Debido a las limitaciones de autonomía -casi ningún coche eléctrico actual alcanza distancias más allá de los 200 kilómetros- y a la consiguiente dependencia de unas instalaciones de carga a las que el vehículo tiene que volver prácticamente cada día, esta modalidad no contaminante es especialmente adecuada para empresas que necesitan un transporte de carácter urbano, en lugar de los particulares, que pueden necesitar el coche para viajes más largos.
También es posible que este navarro sea una persona física; su retrato robot lo tiene claro el director del área de Vehículo Eléctrico del Grupo Renault en España y Portugal, Luis Valerio.
“Las ventas de vehículos eléctricos son a empresas en su mayoría (un 75%, aproximadamente), pero en el caso de clientes particulares, el perfil del comprador es hombre (un 70% de las adquisiciones), de entre 35 y 50 años, que vive en grandes ciudades, que está preocupado por el medio ambiente y que valora las ventajas, en el uso diario, asociadas al coche eléctrico. Suelen ser personas con formación por encima de la media y, sobre todo, muy informadas”, explica Valerio en declaraciones a SABEMOS.
Un hombre de mediana edad bastante admirable, este hipotético navarro. Es una lástima que sus amigos no se animen a seguir sus pasos, aunque tienen razones para dudar del coche eléctrico.
Dónde están las gasolineras
“El principal motivo para que los vehículos eléctricos no despeguen es la infraestructura de recarga, que todavía no está al nivel adecuado de implantación. Se necesitan más puntos de recarga para que la electromovilidad sea más frecuente en los núcleos urbanos”, sostienen desde Anfac.
El de las estaciones de recarga es un punto vital cuando la autonomía del coche eléctrico en muchos caso no sobrepasa los 200 kilómetros. Es el caso de modelos como el Smart, el Volkswagen Golf, el Nissan Leaf o el BMW i3, por poner tan sólo unos ejemplos, aunque la autonomía también es clave para viajes largos con modelos que disponen de más capacidad: uno de los coches de Tesla tiene 500 kilómetros de vida y el nuevo Renault Zoe dispone de 400 kilómetros homologados de autonomía.
Además de una falta de financiación pública para la extensión de una amplia red de carga, la industria también se queja de los problemas normativos que existen para aumentar el número de estaciones de carga. Si una gran superficie comercial quisiera poner a disposición de sus clientes una instalación para “repostar” sus vehículos eléctricos en su aparcamiento, afirman desde Anfac, el centro debería constituirse como gestor de carga y cambiar sus estatutos.
El de la carga y la autonomía es uno de los frentes. El otro, quizá más importante aún, es el de los precios.
La tecnología punta cuesta
Si los amigos del osado e hipotético comprador navarro han hecho cuentas, habrán descubierto casi al instante que el coche eléctrico que se ha comprado su compañero es más caro que uno con motor de explosión. Se ahorra la gasolina, sí, pero tiene que hacer frente a la compra de una tecnología muy cara y vivir con una batería gigantesca que, para colmo, pierde ciclos constantemente.
De los coches mencionados, el más barato es el Smart. También el más pequeño y el de menor autonomía, aunque la generación anterior del Zoe también tiene un precio asequible. Se trata de vehículos que se quedarían por debajo de los 15.000 euros una vez descontadas las ayudas a la compra de vehículos. Y ahí está una de las heridas abiertas.
El plan PIVE diseñado por el Gobierno para renovar el parque móvil español concluyó el pasado 31 de julio. Desde entonces, el conductor ya no tiene derecho a una rebaja en el precio de los vehículos con cargo a las cuentas del Estado.
El fin del PIVE 8 es una mala noticia para el comprador de coche eléctrico pero peor es que se haya acabado también el plan Movea, el específico para subvencionar la compra de vehículos puramente eléctricos. El agotamiento del Movea en septiembre ha provocado la primera caída en las ventas de este tipo de coches desde hace 13 meses, de acuerdo con Anfac.
“Hay que seguir potenciando esta tecnología; urge la continuidad de estos planes, ya que han sido una eficaz herramienta para introducir vehículos de energías alternativas a nuestras ciudades aportando sostenibilidad ambiental y seguridad”, indican desde la patronal.
Anfac: “Hay que seguir potenciando esta tecnología; urge la continuidad del plan Movea»
Por su parte, el responsable de Vehículo Eléctrico para Renault, Luis Valerio, también reclama una “mayor estabilidad en las ayudas estatales”, al tiempo que critica que la vigencia real del Movea se ha limitado a “4 o 5 meses”.
“Siempre que se termina un plan de ayudas hay un parón del mercado con unas consecuencias gravísimas para la cadena comercial. Estamos seguros que el próximo gobierno, sea del partido que sea, va a apostar por los vehículos eléctricos y por lo tanto estamos seguros de que habrá ayudas”, descuenta Valerio.
Fuentes del Ministerio de Industria, Energía y Turismo -una competencia recientemente asumida por el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá- matizan en declaraciones a SABEMOS que el Gobierno está preparando un nuevo borrador para poner en marcha en enero un nuevo plan Movea. Estará dotado con 16,6 millones de euros, igual que la edición anterior, y el Ministerio calcula que se aprobará entre noviembre y diciembre de este año.
Con tanto vaivén resulta extraño incluso que a los fabricantes les sea rentable producir coches eléctricos.
Unas marcas volcadas
Las cifras de ventas son “modestas”, según Anfac, pero crecientes. Además, aunque Anfac calcula que en las ventas de los próximos 5 años seguirá dominando el motor de combustión, la apuesta de la industria por los eléctricos es decidida.
“El coche eléctrico es un proyecto estratégico de presente y futuro. El mercado está creciendo por encima del 50% anual en aquellos territorios que han planteado una apuesta decidida y no tenemos ninguna duda de que en breve plazo el vehículo eléctrico será una alternativa mayoritaria de compra”, sostiene Valerio.
A España le viene bien que las marcas dediquen esfuerzos innovadores al diseño de más modelos eléctricos. No sólo desde el punto de vista medioambiental sino también como potencia productora de vehículos, con plantas de Seat, Opel, Ford, Volkswagen y Renault -entre otras compañías- instaladas en diferentes puntos de la península. España es el único país del mundo que fabrica 5 coches eléctricos, 8 de propulsión de gas y 1 híbrido, subrayan desde la patronal. Quizá como ha visto que este es un país eléctrico, Tesla se ha decidido a contratar en España.
En Renault prevén que la venta de vehículos eléctricos se acelere con la llegada de la segunda generación de baterías, que aportan más autonomía a los coches. Por el momento han entregado casi 4.000 eléctricos en España, mientras que la mitad de los coches eléctricos que se compran en el mundo son de la alianza Renault-Nissan, forjada para el desarrollo conjunto de esta tecnología.
Por ganas de los fabricantes no será. La apertura de un nuevo terreno de juego, si todo sigue por el mismo camino por el que va, asegura a los pioneros del coche eléctrico un importante nicho de mercado que crecerá de manera exponencial en los próximos años. En gran parte por la concienciación de los consumidores pero también por los requisitos regulatorios.
Pese a que Bruselas no se puso todo lo firme que podía y no fue demasiado dura con la revisión de los límites de emisiones tras el dieselgate de Volkswagen, los socios comunitarios son cada vez más estrictos con la política medioambiental. De hecho la cámara federal de Alemania, el Bundesrat, ha instado a la Comisión Europea a prohibir la venta de vehículos con motor de combustión a partir de 2030.
El hipotético comprador navarro se ha adelantado.
Foto: Flickr – Austin Kirk