Desde hace unos años estamos viviendo un cambio en el sesgo de diferentes sectoriales bursátiles.
Hemos podido asistir como se cebaba al ganado sin pensar que tarde o temprano podría explotar. Eran buenos tiempos, podían pensar los inversores, cuando todo subía y en especial el sector bancario.
Todo eran buenas ideas cuando tenías un remanente de capital y entrabas a un banco con la idea de darle una salida lo más provechosa posible. Como es normal ese capital acababa en el mercado secundario, comprando acciones de ese mismo banco por el que estabas entrando por la puerta una hora antes.
Lo mejor de todo es que al fin y al cabo era una buena asignación, ya que el sector estaba disparado y todos teníamos la teoría de que a largo plazo la bolsa siempre sube y sólo con que me vayan dando dividendos de vez en cuando…
Nadie podría imaginar que los bancos iban a dar un giro tan inesperado y entrar en una espiral bajista, siendo lastrado por todos los movimientos especulativos que rodean dichos valores. Es una realidad que, a día de hoy, es un sector tremendamente especulativo y con una volatilidad altísima, de hecho en el caso del Ibex 35 es prácticamente el sector el que mueve al índice en función de su comportamiento conjunto.
La conclusión es que la rentabilidad de partida con la que contaban los inversores al entrar en estos valores se ha visto lastrada por el entorno turbulento al que se está enfrentando el sector bancario.
Cada vez son más los inversores que tienen más cadáveres en el armario y en vez de poder tener una cartera bien diversificada, tanto sectorial como geográficamente, se encuentran en la situación que se han quedado enganchados un muchos valores de este calado.
El siguiente movimiento es prácticamente una eterna promesa de rentabilidad y, cada vez más, aumentan los inversores que no creen que realmente los precios vayan a volver a estar a los mismos niveles de hace años.
Daniel García
Analista de XTB