La hora de los valientes ha llegado. El “Eurobasket de Río de Janeiro”, ya que su única utilidad es dar pasaporte a los JJOO, marcará nuevos retos para la selección española. De este modo, Sergio Rodríguez deberá ser uno de los jugadores que escenifique esa marcha. Ahora bien, ¿han quedado atrás todas sus sombras?
Cuando el viento sopla de cara lo mejor es no mirar atrás. ¿Para qué? Además de que te encontrarías el viento en contra, de nada sirve lamerse las heridas que incluso ya han podido cicatrizar. Esta parece ser la consigna del actual jugador del Real Madrid, Sergio Rodríguez, que amén de estar haciendo unas temporadas inmensas, todos los focos le apuntan como uno de los salvadores de la selección, ¿pero siempre ha sido todo de color de rosa?
Como cualquier espectador y seguidor de baloncesto, sé que Sergio Rodríguez tuvo un ascenso meteórico, pero que igualmente dura fue su caída al llegar a la NBA. No se trata de justificar nada, ni de menospreciar las tres últimas temporadas que ha hecho, sobre todo esta campaña y la anterior, pero sí quizá, entre tanta locura colectiva sobre lo que se espera de él, ver de dónde viene el ‘Chacho’ y por qué podemos esperar de él todavía grandes cosas, aunque para ello tenga que seguir trabajando.
En estos momentos, si hiciéramos una foto fija, no cabe duda de que Sergio Rodríguez está muy cerca del nivel de los más grandes de Europa en el puesto de base. Seguramente habrá quien diga que es el mejor, pero esa afirmación desde mi punto de vista es errónea. Esto es así porque para “ser el mejor” tendría que haberlo “sido” en cuatro o cinco temporadas como mínimo, y por desgracia, de momento, eso no es así aunque vaya camino.
Numéricamente todo se traduce de la siguiente manera: durante su estancia en la NBA, un total de 4 años, las cifras son desoladoras. Jugó una media de 13,2 minutos entre los equipos en los que militó. Pero su salto a Europa, hasta llegar a ser el jugador que es, tampoco ha sido sencillo. Si hacemos la media en la Euroleague durante sus tres primeros años (2010-13), tenemos un total de 7 puntos y poco más de 4 asistencias.
Si eso lo extrapolamos en el mismo periodo a Diamantidis (10,7 pts. 5,6 asis. y 3,6 rebs) y Spanoulis (15,2 pts. y 5,2 asis.), más los logros individuales y colectivos, nos damos cuenta de que Sergio Rodríguez está empezando a situarse en ese nivel. No obstante, para estar entre ellos uno de los grandes retos lo ha conseguido: ganar la Euroleague.
El Eurobasket, el inicio de todo
Puedo entender que jugadores como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Felipe Reyes, con 6 años más que él en el carnet de identidad, estén ya empezando recibir ciertos honores, pero en lo que respecta al canario, algo me dice que su mejor baloncesto todavía está por llegar, y si no llega, al final se habrá inflado un globo de apenas un par de buenos años en un jugador que empezó como profesional ante de los 20. Las dos próximas temporadas (y este Eurobasket) serán el verdadero termómetro de Sergio Rodríguez, a nivel individual y colectivo, para medir de verdad qué lugar ocupa en la memoria colectiva de los aficionados.
De entrada, a partir del mes de septiembre tiene una cita con su propia historia. Por primera vez es el base titular, sin condiciones ni presión. Las bajas de José Manuel Calderón y Ricky Rubio dejan al equipo en manos del ‘Chacho’, que junto a su compañero de equipo Sergio Llull, serán los encargados de dirigir a España. Aunque no solo valdrá con dirigir. Se trata de un Eurobasket con muchas urgencias, sobre todo la de llegar a la final. Por lo tanto, no habrá que dar uno, sino dos pasos al frente.
No hay excusas ni reproches. El momento de Sergio Rodríguez ha llegado. Desde que maravillara en aquellos torneos Juniors con la selección siempre se ha esperado al jugador tinerfeño. Siempre se ha deseado que liderara a un equipo y mostrara hasta dónde puede llegar.
Las sombras se han acabado. De lo contrario, quizá no haya más oportunidades y al final nunca habrá llegado a ver una luz.