Al leer este pronunciamiento de SABEMOS muchos listos dirán que ya estamos aquí otra vez los eternos derechistas emboscados. Los que, aprovechándonos de la formación de una mayoría de ruptura en el Parlamento catalán, presionamos de nuevo a Pedro Sánchez para que se abstenga en la investidura de Rajoy, e intentamos impedir su “gobierno de progreso”. Monumental disparate éste que él urdió sumando un partido- matraca en su apoyo al referéndum catalán cual es Podemos, y algunos otros grupos asamblearios de siglas tan exóticas como mutantes, cuya utopía es la de que el mejor destino del ser humano es el de un polluelo nacido para pasar su vida bajo las faldas de Papá Estado Totalitario .
Artículo 155
Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
Esos aspirantes a un parasitismo a la griega –por no abandonar nuestro hábitat europeo- concentran y conciertan magistralmente bajo la batuta de ciertos virtuosos del sectarismo on line el fenómeno de las redes sociales. Hay momentos en que casi llegan a monopolizarlas a base de retuiteos y otros imaginativos guiños que mueven a los faltos de experiencia a suponerles una aplastante mayoría.
Pero no lo son, ni de lejos. Aunque sus provocaciones alcanzan a veces tal repercusión que amedrentan hasta a dirigentes curtidos en la cosa pública. Ese miedo escénico a la descalificación creciente que le orquestaron en las redes fue parte –no toda, pero sí parte- de las razones que hicieron recular a Susana Díaz cuando la semana pasada se disponía a desembarcar en Madrid y devolver a Sánchez al lugar que nunca debió dejar: la irrelevancia.
LA MANIPULACION DE PODEMOS
Los tuiteros profesionales politizados (con muchas horas diarias de navegación en su cuaderno de bitácora) son tribus compuestas en su mayoría por enemigos del sistema que se coordinan perfectamente en las redes cuando se trata demoler nuestra herencia histórica, sin duda llena de zonas sombrías –como casi todas las crónicas nacionales-, pero también con aportaciones al devenir humano muy por encima de lo que cabría esperar de nuestra dimensión y demografía. Es alucinante cómo, en cosa de segundos, se abalanzan cual enjambre de vampiros chupasangres sobre la despistada vaquilla que se mete en su telaraña. Y hacen creer que todo el mundo mundial está pendiente de lo que ellos dicen.
En la etapa previa al 20-D se volcaron apoyando ese anarquismo destructor de la democracia sustentada por la actual Constitución que apadrina Podemos, pero el fulminante desinfle previo a la campaña de esta amalgama de partidos demuestra que su realidad no coincide con las pretensiones exhibidas. Iban lanzados cuesta abajo, cuando Iglesias reorientó la estrategia para usar su indiscutible capacidad de seducción.
Las mismas cuadrillas se han vuelto ahora hiperactivas en la defensa de Sánchez y el papelón que está haciendo. Dirigidas seguramente por el estado mayor podemita, dirigieron insultos para aburrir a Díaz y otros cabezas de huevo del socialismo, hasta hacerles recular.
Pero después del “sábado catalán” ya no caben excusas para continuar la huida que emprendieron cuando ya se disponían a exigir la convocatoria el congreso de su partido para la fecha prevista. Con el objetivo, conocido hasta por las musarañas, de relevar al Secretario General y nombrar un candidato/a para las siguientes generales que no lleve el estigma de haber obtenido “la peor derrota electoral socialista desde que se reconquistó la democracia”.
PRUEBA DEL ALGODÓN PARA LA “E” DEL PSOE
Los acontecimientos del sábado en Cataluña, la confirmación oficial del desafío rupturista –que cogerá raudo su velocidad de crucero para aprovechar la patética debilidad actual del gobierno del Estado-, la insinuación de Arturo Mas de que CDC podría apoyar en Las Cortes la gran traición de Sánchez y un largo etcétera de sombríos nubarrones han de impulsar al alma decente de la dirigencia socialista a tomar una de estas dos decisiones:
- Recordar a Pedro Sánchez que el Comité Ejecutivo Federal del 28 de diciembre no fue una “inocentada” infantil, como parecen creer en su entorno, sino que las líneas rojas que se le marcaron responden a una decisión superior, a la que deberá someterse. Si no, le quedaría dimitir o asumir una destitución tramitada de urgencia. A nadie ha tranquilizado la tibia defensa de una imprecisa “unidad de España” que ayer recogió Rajoy como fruto de una conversación entre ambos. Mañana Iglesias le puede hacer una de sus típicas envolventes, pero los objetivos de Podemos no cambiarán.
- Si Sánchez continúa con su obsesión neurótica de formar un peligrosísimo sindicato de golpistas anti-Estado para gobernar, deberá ser fulminantemente cesado, para lo que el PSOE dispone de los instrumentos necesarios. Conviene recordar que el Comité Federal es el máximo órgano entre Congresos, dirige la política del partido, controla la gestión de la Comisión Ejecutiva Federal, aprueba las listas electorales nacionales, y tiene potestad para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno, convocar Congresos Federales, Conferencias Políticas o elecciones primarias para designar candidatos.
De una de esas alternativas deberá salir la decisión de: 1) entrar en un Gobierno de coalición, previo pacto de condiciones válidas para las dos formaciones; 2) permitir un Gobierno en minoría del PP, con las garantías que la dignidad del PSOE exija, y que deberían corresponderse con el nivel de sacrificio ideológico que tal paso le representaría. Sería, asimismo, preciso concordar plazos, además de repliegues tácticos y hasta estratégicos en los respectivos programas.
RAJOY NO PUEDE SER EL OBSTÁCULO
Cuestión no baladí para que exista posibilidad de llegar a acuerdos sería que en la calle Génova y en La Moncloa estuviesen preparados para responder, y en plazo breve porque el Parlament rupturista va a achuchar, esta pregunta: ¿qué hará el PP si Sánchez o su sustituto ponen como condición sine qua non el abandono de la Presidencia por Mariano Rajoy?
Atención, porque de la respuesta puede depender que el horizonte de España se clarifique y las instituciones del Estado –todas ellas- conozcan y acepten que van a ser reclamadas para hacer cumplir la Ley. Y no es igual saberse respaldadas por el 80% de los representantes del pueblo que ver cómo el esqueleto estatal se cuartea. Pueden entonces entrar las dudas a los funcionarios públicos sobre la magra autoridad de quien les da unas órdenes difíciles o muy difíciles.
Rajoy se pronunció varias veces, y con dureza de forma y fondo, sobre el número de circo que ha jugado estos meses Artur Mas. Quizá, si el PSOE se muestra finalmente dispuesto a una salida pactada dela situación, los dirigentes piensen que más les vale conservar al frente de la competencia durante su vigencia a una figura amortizada, desgastada e incapaz de enamorar a nadie, como es Rajoy. Lo contrario –uno nuevo, joven e intachable- significaría riesgos desconocidos. Pero la pelota no dejaría de estar en su campo.
En caso de que su persona sea el obstáculo final, Rajoy no puede mostrarse inferior a Mas y poner a España en el disparadero para salvar su sillón. Nadie comprendería –ni los que conversan habitualmente con él, aunque se lo juren- que entre su ego y la España que tantas veces ha invocado como primer objetivo intelectual de su existencia, elija su ego.