Socialistas partidarios de la abstención apuestan por investir a Rajoy en tres semanas

El PSOE puede sufrir otro choque de trenes entre quienes pretenden evitar elecciones dejando gobernar al PP y quienes quieren seguir en el ‘no’. El debate final se abordará en una nueva reunión del Comité Federal que estrechará al máximo los plazos para poder elegir presidente del Gobierno. El líder popular podría recibir la confianza del Congreso la semana del 24 al 28 de octubre si acepta la hipotética ‘abstención técnica’ de los socialistas.

Una investidura exitosa a finales de mes. Ese es el horizonte que manejan los socialistas partidarios de la denominada “abstención técnica” ante la candidatura de Mariano Rajoy, que este martes empezaron a plantear sin ambages en los órganos internos del partido. Concretamente, en el grupo parlamentario, que celebró su primera reunión tras el descabezamiento de Pedro Sánchez con la duda de si se abordaría o no el tema de la gobernabilidad. Y se hizo, al contrario que en el Comité Federal del sábado y en la reunión de la gestora el lunes.

Hasta 26 de los 84 diputados socialistas pidieron la palabra, casi todos para mostrarse a favor de evitar a toda costa otras elecciones generales, cosa que pasa inexorablemente por permitir gobernar al PP. Los partidarios de Sánchez y del ‘no es no’ a Rajoy optaron mayoritariamente por no intervenir, como ya hicieran en la reunión de la semana pasada, donde muchos críticos se explayaron contra los planes orgánicos del entonces secretario general sin recibir apenas contestación. Los sanchistas consideran que las citas del grupo parlamentario no son el escenario adecuado para afrontar esos debates.

Fernández reunirá a los barones antes de convocar al Federal, previsiblemente para preparar el giro hacia la abstención

En cualquier caso, el socialismo podría encaminarse hacia otro choque de trenes. El sector favorable a la abstención, que no es exactamente el mismo que orquestó la operación contra Sánchez, y el contrario a investir a Rajoy tendrán que medir sus fuerzas en la próxima reunión del Comité Federal. La cita está prevista para el sábado 22, y seguramente vaya precedida de un Consejo de Política Federal la semana anterior. Este Consejo, formado por los dirigentes territoriales (barones), sería el encargado de abonar el terreno hacia el viraje estratégico. Si las voces que con más fervor defienden el ‘no’ -el catalán Miquel Iceta, la balear Francina Armengol, el castellanoleonés Luis Tudanca o la vasca Idoia Mendía- son neutralizadas ahí por los partidarios de abstenerse, se evitará otra batalla. Esa es ahora la obsesión del presidente de la gestora, Javier Fernández, que ayer aseguró en la cadena SER que la convocatoria del nuevo Federal se hará pronto, sin entrar en más detalles. Todos sus esfuerzos, indica, están dirigidos a rebajar las tensiones que se desataron el sábado pasado.

Fernández reunió este martes durante más de tres horas a los diputados del partido para exponerles sus intenciones y escuchar sus pareceres, dando lugar a la mencionada cascada de intervenciones a favor de la abstención. De los que hablaron, solo José María Barreda había manifestado previamente una postura similar. Nadie discrepó de la decisión que el Comité Federal tomó en diciembre y revalidó en julio -no negociar con los populares ni con partidarios del derecho de autodeterminación-, algo que ahora, fulminado Sánchez, sí hacen con más o menos ambigüedad.

Además de Barreda, expresaron esa posición el valenciano Ciprià Císcar, el asturiano Antonio Trevín y así hasta 23 diputados, incluyendo muchos de los 20 andaluces. Enfrente solo se erigieron Margarita Robles, fichaje estrella de Sánchez para el 26-J, y el exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza. Hasta Rafael Simancas, destacado militante del sanchismo, pidió comprensión para los que creen que hay que abstenerse, rechazando la hipótesis de que eso empuja al partido a una posición “subalterna respecto al PP”, por emplear las palabras del exlíder socialista. Desde el grupo se valoró después el tono y actitud de todos los intervinientes, que se considera claramente distinto a las hostilidades que marcaron el último Federal.

Dos obstáculos

¿Acercan estos movimientos la reelección de Rajoy? Sin duda contribuyen a preparar el terreno para el giro socialista, pero no neutralizan los obstáculos que todavía presenta el camino. El primero es el de convencer a la parte del PSOE que sigue firme en el ‘no’. El PSC aprobó el lunes que sus siete diputados mantuvieran esa postura hasta el final, contemplando incluso romper la disciplina de voto. Miembros del sector crítico que acabó con Sánchez, como Emiliano García Page -líder de la federación de Castilla-La Mancha, que aporta siete escaños- o Ximo Puig -al frente de la valenciana y sus seis diputados- tampoco se han movido del ‘no’. Y se hace difícil imaginar que acabe dando su abstención la guardia pretoriana del exsecretario general -César Luena, Adriana Lastra, Susana Sumelzo o el propio Sánchez-, aunque ayer desde este sector se señalaba que asumirían la postura que decidiera el grupo parlamentario.

Bastaría con que se abstuvieran once socialistas, pero Javier Fernández ha asegurado que ni se plantea la libertad de voto, pues reflejaría de nuevo con vigor la fractura de la formación. Y cambiar la línea estratégica con medio partido y medio grupo parlamentario en contra, imponiéndosela, sería algo que ayudaría poco a su objetivo de suturar heridas, amén de que abriría la puerta a que el bloque del ‘no’ rompiera la disciplina de voto llegado el momento de la verdad. Al fin y al cabo, en la votación de investidura -pública y por llamamiento- serían libres de tomar la decisión que quisieran, a riesgo solo de la multa que el grupo pudiera ponerles por saltarse la orden. Todos esperan que el próximo Comité Federal lime asperezas y acabe en consenso, o eso aseguran, pero no parece el partido muy maduro para eso.

El PP insiste en que es necesario garantizar la gobernabilidad y no basta con facilitar la investidura

Y aunque lo lograran y decidieran despejar el paso a Rajoy, aún quedaría el paso de que este aceptara someterse a otra sesión de investidura. El líder del PP lleva reclamando desde el verano un pacto que vaya más allá del trámite de la reelección, línea en la que su partido se reafirma ahora. No les vale con que se facilite la investidura si luego va a ser rechazada cada iniciativa gubernamental en el Parlamento, empezando por los Presupuestos. De modo que Rajoy podría declinar pedir la confianza de la Cámara si los socialistas no se abren a negociar también un acuerdo programático de mínimos. El hecho de que las expectativas electorales les sean sumamente favorables no ejerce precisamente de incentivo para aceptar la oferta socialista.

Una oferta que en todo caso llegaría con los plazos a punto de vencer. La ronda de consultas del Rey tendría que ser exprés, puesto que el pleno debe convocarse con 48 horas de antelación y la segunda votación -donde bastaría esa abstención de los socialistas- dos días después de la primera. Con el Comité celebrándose el 22, apenas habría nueve días para todo ello. Y Rajoy tiene previsto asistir a la Cumbre Iberoamericana en Cartagena de Indias los días 28 y 29.

Fuentes socialistas aseguraban ayer que no es inviable ese calendario. Y lamentaban la actitud de Rajoy, “que no ha movido un dedo” desde las elecciones vascas, pese a que el apoyo del PNV podría ser ya una opción. Pero el PP no lo ve -aun seduciendo a los jeltzales quedaría a un voto o seis abstenciones de la mayoría- y tampoco los nacionalistas quieren entrar en la operación. “No hay especulación que valga, vamos a seguir votando que no”, dijo ayer su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, que ve factibles las terceras elecciones.

Esa circunstancia ciega la única vía hacia la reelección de Rajoy que no requiere el concurso del PSOE -la de los ‘síes’ de PP, C’s, CC, PNV y la abstención de Nueva Canarias-, manteniendo al socialismo en la dicotomía que amenaza con devorarlo: dejar gobernar a los populares o abocar a elecciones. «Suicidarse ya o hacerlo en diferido», en opinión de un consultor político en la órbita de Génova. La decisión final, en cuestión de días.

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