Más de 700 periodistas han sido asesinados en los últimos diez años por el ejercicio de su profesión y el 90 por ciento de los casos han quedado absolutamente impunes, según revela un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación la Cultura (UNESCO), hecho público este lunes con motivo de la celebración del Día Mundial Contra la Impunidad de los Crímenes Contra Periodistas.
Esta cifra equivale al asesinato de un periodista por semana, según el documento. El año más sangriento en este periodo fue 2012, con 123 asesinatos. Sólo en 2014 se registraron al menos 87, precisa el informe. Por su parte, la Federación Internacional de Periodistas (FIJ) ha registrado al menos 86 asesinatos sólo en lo que va de año, prácticamente la misma cifra recabada por la UNESCO para el conjunto del año anterior.
El documento de la ONU, en todo caso, no incluye el número “mucho mayor” de periodistas que “sufren a diario ataques no mortales, como torturas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, intimidaciones y amenazas tanto en situaciones de conflicto como no conflictivas”, advierte la UNESCO.
“Lo preocupante es que sólo uno de cada diez casos cometidos contra trabajadores de los medios a lo largo de la última década ha acabado con la condena de los autores”, denuncia el informe. “Esta impunidad envalentona a los perpetradores de los crímenes y genera, al mismo tiempo, un efecto escalofriante en la sociedad, incluidos los propios periodistas”, prosigue. “La impunidad reproduce la impunidad y alimenta un círculo vicioso”, añade.
El informe de la dirección general de la UNESCO sobre Seguridad de los Periodistas y Peligro de Impunidad correspondiente a 2014 indicaba que sólo el seis por ciento de los 593 casos de asesinato de profesionales de la información registrados entre 2006 y 2013 habían sido resueltos. Una cuarta parte aún no habían sido cerrados y en un 60 por ciento de los casos la UNESCO no había podido obtener ninguna información sobre los procesos judiciales, a pesar de los reiterados requerimientos de la dirección general del organismo.
El 18 de diciembre de 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2 de noviembre Día Mundial Contra la Impunidad de los Crímenes Contra Periodistas.
La fecha fue elegida para conmemorar la masacre de Maguindanao (Filipinas), donde en 2009 fueron asesinados al menos 32 periodistas, y el asesinato en Mali, en 2013, de los periodistas de Radio France Internationale (RFI) Ghislaine Dupont y Claude Verlon, según recuerda la Junta Ejecutiva Federal de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), que se ha adherido a la campaña de la ONU.
Con motivo de la celebración de este día, Reporteros Sin Fronteras ha anunciado el lanzamiento de una campaña en la que, a través del hashtag #FightImpunity, se insta a las redes sociales a presionar a las autoridades para que lleven ante la justicia a los responsables de los delitos cometidos contra profesionales de la información. La Federación Internacional de Periodistas también ha lanzado una campaña, que durará hasta el próximo 23 de noviembre y en la que incidirá de forma especial en la situación de cuatro países (México, Filipinas, Ucrania y Yemen).
La campaña de 2015 de RSF actualiza los diez casos que ya figuraban en la de 2014 (el periodista Dawit Isaac, encarcelado en Eritrea desde 2001; la mexicana María Esther Aguilar Casimbe, desaparecida en 2009; los asesinatos, entre otros, de los prestigiosos periodistas Syed Saleem Shahzad, de Pakistán; Samir Kassir, de Líbano; o Dada Vujasinovic, de Serbia; y las torturas que sufrió la reportera bahreiní Nazeeha Saeed en 2011) e incorpora cinco nuevos, entre ellos el del fotógrafo español Borja Lázaro, desaparecido en Colombia.
Borja Lázaro
Borja Lázaro Herrero, de 34 años y natural de Vitoria, desapareció la noche del 7 al 8 de enero de 2014 en Cabo de la Vela, en el departamento de La Guajira (noreste de Colombia), cuando realizaba una serie de reportajes sobre las culturas indígenas. Su desaparición en una zona afectada por el narcotráfico donde operan las llamadas ‘Bacrim’ (bandas criminales nacidas del movimiento paramilitar) “hace pensar que Borja Lázaro pudo haber sido secuestrado, sin llegar a esclarecerse otra clase de hipótesis”, según RSF. “Ha transcurrido más de un año y medio” y los allegados de Borja Lázaro “cuentan con poca información sobre su suerte, y la investigación no registra avances serios”, añade.
La familia del periodista denunció su desaparición ante las autoridades colombianas y españolas, que se hicieron cargo del caso el 23 de enero de 2014. En Colombia, las autoridades judiciales de Riohacha (Guajira) y el GAULA, la unidad policíaca colombiana dedicada a los casos de secuestro y extorsión, informaron de su desarrollo al Ministerio de Asuntos Exteriores español, pero la familia no ha recibido ninguna información “por este cauce”, según RSF.
Aparte, en España, “las autoridades judiciales archivaron el caso debido a que la desaparición del fotógrafo tuvo lugar en el extranjero”, añadió RSF, que ha presentado el caso de Borja Lázaro ante el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU, que dio acuse de recepción del caso.
A mediados de septiembre, el Ayuntamiento de Vitoria pidió al Ministerio de Exteriores que colabore con el Gobierno colombiano para intensificar las labores de búsqueda de Borja Lázaro, y familiares y amigos de Borja Lázaro se reunieron el 18 de octubre en Bruselas con un grupo de parlamentarios europeos. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se entrevistó el pasado 21 de octubre con los familiares del fotógrafo.
Borja Lázaro y José Couso
La sección española de RSF ha incluido también en la campaña el caso del reportero español José Couso. “La reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial, de marzo de 2014, que afectaba a la Justicia Universal, obligó al juez de la Audiencia Nacional instructor del proceso, Santiago Pedraz, a archivar el caso del reportero español asesinado en Irak”, denuncia la organización.