Desde su estreno, en SABEMOS hemos hablado bastante de Star Wars, el Despertar de la Fuerza, el mayor taquillazo del año y la prueba definitiva de que Disney compró a precio de saldo una de las propiedades de fantasía más rentables que había en el mercado, para mayor gloria de sus accionistas.
Hemos comentado sus agujeros de guión, los parecidos con el Episodio IV, las ventajas de un reparto multicultural encabezado por una chica fuerte y con un enorme carisma. Incluso hemos hecho un rápido repaso a la política galáctica, comparándola con la española.
Sin embargo, después del frenesí inicial y la reacción de los espectadores más entusiastas, constatamos un fenómeno curioso: mucha crítica ha despertado a los defectos de la película cuando va como un cohete y nadie la puede tumbar. Una vez convertida en uno de los taquillazos del año, es fácil soltar pullas.
Hoy casi parecen valientes las críticas de Carlos Boyero, de quien nadie esperaba otra cosa distinta de la indiferencia o el sopor ante las aventuras espaciales, o incluso de Ramón de España, quien en su tribuna en El Periódico arrojaba una de las críticas más perezosas e indocumentadas que he leído nunca al atribuir a George Lucas el resultado final del film cuando, en realidad, no ha tenido nada que ver con él.
Michael Hiltzik escribió hace pocos días en Los Angeles Times una review que titulaba: «Admítelo, Star Wars apesta y aquí tienes el por qué«. Seth Abramson escribió para el Huffington Post un artículo genial sobre los 40 agujeros de guión en la película. Enrique Dueñas habla de la semiótica del cine y pone a caer del burro la nueva secuela.
Sin embargo, el consenso de críticas recogidas en la web rottentomatoes.com le otorga al fenómeno un meritorio 94%, que probablemente coloque al film de J.J.Abrams con la mejor relación crítica-taquilla de todos los tiempos. Otros films que engrosan la lista de los más taquilleros de todos los tiempos tienen críticas favorables, como Titanic, Avatar o Frozen, pero ninguna supera la barrera del 90% en Rottentomatoes.
Lo que pocos señalan es que, en realidad, Star Wars tiene mucho que ver con Marvel y, en cierta forma, con una nueva forma de entender los ecosistemas de entretenimiento.
Con su forma de entender e interrelacionar las películas, series y cómics de superhéroes, Marvel generó universos que van más allá de unas pocas horas en el cine. Eso tiene contras, como el hecho de que Josh Whedon sufrió mucho para crear Los Vengadores, Apenas una semana con Ultron. Era complicadísimo relacionar todos los hilos abiertos en distintas franquicias, dar a todos los personajes tiempo en pantalla suficiente, poner las bases para Civil War, Ragnarok, la Guerra del Infinito y, aún así, crear una película que tuviese sentido de forma independiente y fuese una secuela multimillonaria.
Star Wars pretende hacer exactamente lo mismo, con una película al año. ¿Ventajas? Disney dará a algunos de los mejores guionistas y directores la ocasión de crear productos realmente brillantes que nos parecerán incluso mejores que la trama principal. ¿Te gustó más Guardianes de la Galaxia o El Soldado de Invierno que Los Vengadores? Probablemente te pase algo parecido en un universo muy, muy lejano. Quizá leas un comic muy divertido sobre los padres de Poe Dameron, quizá te sorprendas con la historia de un joven Han Solo contada por los directores de Lego Movie. Quizá te creas a Diego Luna en Rogue One.
En todo caso, acostúmbrate a los sables láser y a las naves espaciales. Están aquí para quedarse…