Los pasos para desregular el mercado de la telefonía móvil en España sigue su curso. Desde Bruselas creen que, ahora mismo, hay una competencia efectiva en el acceso mayorista y que, por lo tanto, no es necesario controlar los precios móviles. ¿Esto es así?
El pasado verano la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) lanzó una consulta pública en la que proponía eliminar las obligaciones impuestas a Telefónica, Vodafone y Orange en el mercado de acceso a redes móviles. Es decir, cuando un operador móvil virtual (OMV) quiere montar un negocio, no tiene redes. Por lo tanto alquila a estas tres grandes compañías su infraestructura, y así puede prestar servicios de telefonía e internet.
Hasta ahora eso estaba regulado. Era la CNMC quien disponía los precios de acceso mayorista para que estos OMV pudieran hacer ofertas replicables a sus clientes y que, por lo tanto, tuvieran margen para tener beneficios entre sus precios y el alquiler. Pero desde Bruselas estiman que eso ya no es necesario, y el regulador español tomando el guante va a dejar que sea un mercado en libre competencia. Es decir, que entre los OMV y los operadores con red negocien el precio mayorista.
En estos momentos, la CNMC acaba de aprobar el proyecto de medida sobre la regulación mayorista del mercado de acceso a redes móviles (Mercado 15). Este proyecto de medida se remite ahora a la Comisión Europea, al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital y al Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Una vez aprobada la medida definitiva, se propone un plazo de seis meses para levantar las obligaciones regulatorias existentes.
¿Y de verdad no habrá un problema de precios?
Pese a la reticencia lógica de los OMV y toda clase de pequeños operadores, la realidad es que Bruselas tiene mucha razón. En estos momentos hay un mercado móvil en absoluta competencia entre las grandes compañías, y la propia necesidad de los virtuales se establece como en cualquier mercado: ¿cuántas panaderías hacen falta en un pueblo?
Cuando llegaron los OMV en 2006 es cierto que dinamizaron el mercado. Consiguieron meter presión a los grandes operadores y los precios bajaron. Pero ahora mismo es difícil justificar todo esto. Cualquier compañía ofrece 1 GB de datos y llamadas a 0 cts/min por menos de 6 euros. ¿Realmente hay margen para bajar los precios? Aquí ya no hablamos de un problema de precios.
¿Van a ‘matar’ a los OMV?
La situación, que por cierto estará controlada por la CNMC en todo momento, tiene que ver con ese precio mayorista que ahora se negociará en el libre mercado. ¿Pueden estrujar al máximo a los OMV y los operadores locales? En principio eso estaría fuera de la legalidad que establece el regulador. Y si las grandes compañías lo pretenden hacer, se puede investigar.
¿Pero puede forzar al máximo hasta que no sea rentable crear un OMV? Esa es la clave. Una vez que asumimos que el precio no es un problema, la cuestión es que los tres grandes operadores quieran quedarse con ese 5% de mercado que ahora mismo tienen los virtuales. Pero es que eso representa poco más de 5 millones de usuarios. Tampoco parece que nadie quiera matar los negocios que ya existen.
Por lo tanto, hay dos debates: el precio y el negocio de decenas de empresas. Uno afecta directamente a los usuarios (precio), y eso no será un problema; el otro afecta a las empresas, y ahí es donde la CNMC debe estar realmente vigilante.