¿Se puede denunciar un servicio por competencia desleal y a su vez entrar en otro mercado y hacer algo similar? Alsa entiende que sí. Por eso ha lanzado un nuevo servicio en el que mezcla los viajes en autobús (su negocio) con trayectos ‘puerta a puerta’ para los usuarios (negocio del taxi).
En concreto, la compañía de autobuses ofrece incluir en un mismo billete el viaje en autobús más el traslado en un coche con conductor desde el domicilio de pasajero hasta la estación, o desde la estación hasta el destino final.
La compañía lanza este nuevo servicio, denominado ‘Alsacap’, en alianza con su filial de alquiler de coches de lujo con conductor IBL, que no es nueva en el sector, ya que tiene más de una década de servicios a sus espaldas. De momento, comenzará a prestarlo en las dos principales estaciones de autobuses de Madrid (Avenida de América y Estación Sur) y para traslados dentro de la M-30. El precio del servicio de traslado en coche desde el destino o el origen hasta la estación de autobús será de entre 6 y 24 euros, adicionales al importe del billete de autobús y en función del recorrido o del número de viajeros. El coche se puede reservar para un solo pasajero o para compartir con otros.
Alsa enmarca este nuevo billete de ‘última milla’ en su estrategia de convertirse en una empresa de soluciones de movilidad y prestar los nuevos servicios de ‘punto a punto’ y ‘última milla’ que, según asegura, demandan los clientes.
Los viajeros de Alsa interesados en comprar un billete combinado para realizar un trayecto intermodal que combine el viaje en autobús con los trayectos en coche hacia o desde la estación lo pueden contratar tanto a través de la página web de la compañía, o bien en las taquillas de las estaciones o en los teléfonos de venta.
¿Contradicción desleal?
En estos momentos Alsa, perteneciente a la patronal del transporte en carretera Confebus, se encuentra con un frente legal abierto contra Blablacar. El gremio de autobuses considera que esta plataforma de economía colaborativa que une a usuarios para compartir viajes en coche hace competencia desleal. Estiman que hay un enriquecimiento en dicha actividad y, por lo tanto, han solicitado al juez el cierre de la compañía.
Ahora Alsa entra en competencia directa con el sector del taxi, ya que mediante esta filial, IBL, gestionará viajes dentro del núcleo urbano de Madrid como hacen los taxis. De hecho, los taxistas libran una lucha contra Uber y Cabify por este motivo: el transporte de pasajeros en vehículos con conductor que hacen el mismo servicio que los taxis.
La compañía de autobuses está en su derecho de poder ofertar un mejor servicio a sus clientes. Éstos serán los que estimen que el precio compensa las molestias de viajar en transporte público, o si es más rentable que un taxi. Aunque la paradoja surge porque Alsa le hace al sector del taxi algo parecido a lo que ellos dicen sufrir con Blablacar.
Imagen | ‘goeuro.com‘