Uno de los conflictos sectoriales que no tendrá una inminente resolución es el que enfrenta al sector del taxi con las compañías de alquiler de vehículo con conductor privado. Es decir, Uber y Cabify, principalmente.
Todo ello se pone aún más de relieve este jueves. Los taxistas tomarán las calles de Madrid y Barcelona para mostrar su desencanto con las políticas públicas llevadas a cabo en lo que respecta al transporte público. En la capital catalana habrá paros parciales durante 12 horas, mientras que en Madrid será por un periodo de 2 horas.
Los taxistas argumentan que se ven en la responsabilidad de efectuar esta manifestación para denunciar ante la sociedad la política errática que se está llevando en la gestión con Uber y Cabify. Asimismo, los taxistas insisten en que tratan legítimamente de impedir la destrucción y precarización de las condiciones de miles de autónomos y trabajadores del taxi y sus familias.
Entre las principales reclamaciones que el sector del taxi sigue poniendo sobre la mesa, la idea central se refugia en las malas prácticas que llevan a cabo estas empresas que operan bajos licencias VTC, que son las que permiten la circulación de los vehículos con conductos privado. En el manifiesto que expondrán de manera conjunta las gremiales y asociaciones que secundan los paros, sostienen la necesidad de una regulación del sector que permita no ahondar en la crisis que padecen los taxistas.
En esta línea, los temas planteados se centran en la negativa a que desaparezcan los tarifas reguladas, con el fin de que no sean Uber y Cabify los principales beneficiados en el entramado del transporte público.
Críticas a Carmena por su ‘favor’ a Uber y Cabify
Como parte de los comunicados que se harán públicos este jueves, las distintas asociaciones del taxi, entre las que se encuentran la gremial de Madrid, Elite Taxi o la Federación Profesional de Taxi, señalan al ayuntamiento de la capital como uno de los responsables de la situación.
En concreto, acusan a la alcaldesa Manuela Carmena de haber «estado privilegiando las relacionales con las multinacionales que practican un modelo que se sostiene sobre la elusión fiscal y la precariedad laboral». Asimismo, creen que estas empresas a las que el ayuntamiento habría estado dando un trato de favor, son compañías que tienen sus negocios basados en paraísos fiscales y, además, no mantienen el debido respeto a los usuarios.
De esta forma, el sector del taxi muestra su desilusión ante las políticas públicas llevadas a cabo por el consistorio municipal. Explican que habían depositado muchas expectativas en las acciones municipalistas que este grupo iba a llevar a cabo, pero que finalmente no se han concretado en proteger a los más de 15.000 taxistas que operan en Madrid.
Bajo estas circunstancias, y con la huelga parcial de fondo, se escribirá un nuevo capítulo en el conflicto que enfrenta al sector del taxi con Uber y Cabify, principalmente. Nada hace presagiar que tenga una resolución inmediata. Sobre todo porque organismos públicos como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) son cada vez más favorables a liberalizar todos los sectores donde hayan entrado «empresas digitales».