El tambor del revolver mantiene la bala del veto de Bruselas a la venta de O2 por parte de Telefónica a Hutchison. Pero de momento no se ha disparado. Diversas fuentes europeas filtraron a principios de semana que este miércoles se tomaría la decisión. Finalmente no ha sido así.
La fecha oficial para la resolución del ‘caso O2’ es el 19 de mayo. Será entonces (o puede que antes) cuando la Comisión Europea haga efectivo el veto, o no, a la operación de compra de la filial británica de Telefónica por parte del grupo hongkonés Hutchison.
El argumento empleado es que la operación mermaría la competencia del mercado británico en el segmento móvil, ya que se pasaría de cuatro operadores a tres. La compañía resultante quedaría con una cuota de mercado cercana al 40%, por un 29% de EE y un 23% de Vodafone.
Hutchison ha hecho todos los esfuerzos habidos y por haber. Entre otras cuestiones, el grupo asiático se ha ido comprometiendo progresivamente a una serie de acciones que conllevan que siga habiendo tensión competitiva en el mercado. Una de las últimas intentonas fue, por ejemplo, un acuerdo para compartir redes con los operadores de televisión de pago Sky y Virgin Media. Y no ha sido la única. También habría llegado a acuerdos para vender el 20% de su capacidad de red en Reino Unido a Sky y el 10% a la filial de Liberty Global, Virgin Media, según informó Reuters hace unas semanas.
Presión de forma sutil
Si la situación no se resuelve negociando, parece que el capo de Hutchison, Li Ka-Shing, está dispuesto a meter presión de otra forma. En concreto, ha aparecido un artículo en ‘The Wall Street Journal’ en el que se insinúa que el magnate chino podría dejar de invertir en Reino Unido.
Según cuenta la publicación, Ka-Shing siempre ha considerado Europa como un lugar perfecto para invertir, dado que hay menos injerencias políticas y regulatorias que en otros mercados. Pero todo eso se habría visto alterado con la compra de O2 a Telefónica.
WSJ asegura que de vetarse la operación, tal y como todo parece indicar, el holding chino podría “perder apetito” para seguir invirtiendo en otros áreas de negocio en todo Reino Unidos.
La influencia de Ka-Shing en Reino Unido no es baladí. Desde la expremier británica Margaret Thatcher al actual primer ministro, David Cameron, el magnate asiático ha tenido muy buena relación con la clase política del país. De hecho, en el año 2000 fue nombrado caballero por la reina y ha donado millones de dólares a Oxford y la Universidad de Cambridge, donde posee un grado honorario.
Estos son los argumentos que se presentan a modo de presión si todo lo demás no funciona. Es decir, la promesa de seguir invirtiendo, la congelación de precios para mantener la tensión competitiva con los rivales, etc. Telefónica aún tiene esperanzas.
Imagen | Forbes