España es un país al que le gustan los rankings. Hay listas para casi todo: de libros, de películas, de playas, de restaurantes… Ayer fue presentado un curioso listado, elaborado por Transparencia Internacional , que mide por segundo año consecutivo el grado de transparencia de los partidos políticos. Y digo curioso por el hecho de que el citado informe refleja conclusiones totalmente dispares de un año a otro. En 2014 suspendían casi todos los partidos. Este año, en cambio, no lo hace ninguno. El año pasado el partido más transparente fue el de Rosa Díez, que obtuvo una nota de 9 sobre 10.
El avezado lector podría pensar que esas mismas fuerzas políticas, las principales del país, que el año pasado suspendían y ahora aprueban, han reformado por completo sus estructuras para adaptase a los niveles de transparencia requeridos. Ni mucho menos. Y esa misma percepción la tienen los ciudadanos, que –encuesta tras encuesta- siguen expresando su percepción negativa de esas fuerzas políticas.
Fundación Civio lo ha dejado claro: «Para el análisis de este año han reducido el nivel de exigencia con respecto a su propio informe de 2014″. Este año sólo se pregunta por los procesados, lo que permite a PP y PSOE subir su nota final. También se ha eliminado la obligación de publicar los bienes patrimoniales de las formaciones. Ya no se reclama el curriculum de todos los candidatos y se ha pasado de exigir una liquidación, frente a las dos que se requerían el ejercicio precedente».
Si nos atenemos al análisis elaborado de Transparencia Internacional España, UPyD ya no es la única que puede sacar pecho por su nivel de transparencia. Lo pueden hacer otros dos partidos que, como el de Rosa Díez, han sacado un 10 sobre 10. Se trata del PSOE y de Ciudadanos.
Precisamente por esto, UPyD ha salido muy perjudicada por el cambio de criterio. Con la nueva matrícula de honor el partido de Albert Rivera, que el año pasado se quedó en un 3 sobre 10, se arroga una nueva legitimidad. Recordemos que UPyD echó en cara a C´s su falta de claridad para negarse a suscribir acuerdos que les permitieran ir juntos a las elecciones. Cabe pensar que los diputados de UPyD se apresurarán a retirar de inmediato el cartel colgado meses atrás en la pared de sus dependencias parlamentarias con el que, como si de un maillot amarillo en el Tour de Francia se tratase, intentaban demostrar al resto de fuerzas políticas que ellos eran líderes en limpieza democrática.
Ahora ese testigo parece que lo tomarán los socialistas, que ayer mismo se dieron prisa en proclamar que la nota que les otorga Transparencia Internacional demuestra que el PSOE lidera unas políticas que no tienen ya vuelta atrás. Pueden estar contentos los dirigentes del principal partido de la oposición: de un tres que lograron el año pasado al pasado a la matrícula de honor.
El PP ocupa el quinto puesto
Con un ocho de nota media, no sale malparado el PP, aunque sin llegar a la excelencia de los tres partidos anteriormente citados. Los populares no han cumplido en dos cuestiones que le han bajado la nota en dos puntos; en primer lugar, que no disponen de cuentas anuales de los dos últimos ejercicios con liquidación presupuestaria (eso penaliza un punto); y, en segundo término, que no facilitan por completo el desglose orgánico y geográfico de ingresos ni el detalle de lo que se gastaron en las últimas elecciones. Puede estar contento el PP con este ranking, pues el año pasado sacó un cuatro y medio.
Curioso también es lo ocurrido con Izquierda Unida. En 2014, con un seis de nota, quedó en un digno segundo puesto, por detrás de UPyD. Este año, sin embargo, la coalición de izquierdas ocupa el farolillo rojo en la lista de Transparencia Internacional España, con un cinco de media. A la fuerza política que lideran Cayo Lara y Alberto Garzón les ha perjudicado que no tenga descripción del procedimiento de control y/o auditoria interna, ni datos biográficos (al menos cinco líneas) de los principales candidatos que aparecen en sus listas electorales.
Podemos, que por primera vez, es medido en este tipo de análisis, logra un meritorio cuarto puesto, con una nota de 8.5 puntos. ¿Cuánto habría logrado con los criterios de 2014?
(Este artículo ha sido completado con información de Fundación Civio)