Toshiba estudia la posibilidad de escindir parte de su negocio de microprocesadores, con la posibilidad de sacarlo a Bolsa, lo que contribuiría a captar el capital necesario para financiar su reestructuración tras el escándalo contable que salpicó a la empresa.
La compañía nipona tiene la necesidad de acometer una reestructuración urgente después de descubrir una serie de negocios no rentables. En este sentido, Toshiba acordó en octubre la venta de su negocio de sensores de imagen a Sony.
«Consideraríamos vender cada activo que fuera posible vender», declaró el consejero delegado de la compañía, Masashi Muromachi, en una rueda de prensa, donde señaló el carácter estratégico del negocio de memorias flash NAND, que no sería vendido, lo que abre la posibilidad de escindir el área de sistemas LSI y procesadores discretos.
Por otro lado, Toshiba destacó que no planea amortizar sus activos en Westinghouse, filial estadounidense de energía nuclear en la que mantiene una participación del 87%, a pesar de las recientes informaciones acerca de que la unidad había asumido importantes cargas en el pasado. De hecho, la compañía nipona ofreció un ambicioso plan de negocio en el que prevé que la actividad de Westinghouse y el resto de su negocio de energía nuclear aumente de 30.000 a 150.000 millones de yenes en los próximos doce años.
«Westinghouse tiene el objetivo de lograr pedidos para construir 64 reactores en todo el mundo a lo largo de los próximos 15 años«, indicó Shigenori Shiga, vicepresidente ejecutivo senior de la multinacional.
Por su parte, en una entrevista con Reuters, el consejero delegado de Westinghouse, Danny Roderick, dijo sentirse «muy confiado» sobre las perspectivas para la empresa, señalando que de los 64 reactores espera que 30 correspondan a China, 3 a Reino Unido y entre 6 y 12 a India.
Sin embargo, cabe señalar que Westinghouse no ha conseguido nuevos pedidos para construir reactores desde el desastre de Fukushima en 2011.