La Primavera Árabe ha tenido numerosas víctimas, algunas, las más, son seres humanos que se han dejado la vida en un conflicto que pensaban les iba a traer libertad y derechos y poco de eso ha habido al final.
Sin embargo, ese movimiento revolucionario que nos hizo abrir los ojos hacia la realidad que se vive día a día en países con los que compartimos las aguas del Mediterráneo, se ha cobrado un alto precio en países como Egipto, que tras la caída del eterno presidente Hosni Mubarak en 2011, tras 30 años de gobierno, ha visto como una de sus principales fuentes de ingresos, el turismo, caía en barrena sin casi posibilidad de levantar el vuelo de nuevo, ya que accidentes aéreos y atentados terroristas, han inculcado cautela en numerosos viajeros que no querían convertir sus vacaciones en viajes finales.
En 2010, Egipto recibió la visita de 14,7 millones de turistas. En 2015, solo 9.3 millones de valientes visitaron este maravilloso país, uno de los que acumulan mayores tesoros culturales del mundo.
Pero no todo van a ser malas noticias, algunas buenas llegan desde Alemania, cuyos touroperadores han decidido retomar los vuelos a la zona de Sharm el Sheikh a partir de este otoño. Sharm el Sheikh, situada al sur de la península del Sinaí, es un paraíso para el buceador medio y para el turista en general: largas playas de arenas blancas bañadas por las azules y cálidas aguas del Mar Rojo; aderezado todo con lujosos complejos hoteleros e interesantes excursiones.
Para los buceadores, la posibilidad de sumergirse en unas aguas que albergan más de 1.000 especies de invertebrados, más de 250 corales y más de 1.200 tipos de peces. Un Caribe al que para llegar se necesitan muchas menos horas de vuelo.
Es fácilmente comprensible que los empresarios teutones no quieran seguir sin fletar sus charters a este destino, y las nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos egipcios, han facilitado bastante la decisión.
Las compañías que van a operar los vuelos son Germania y Sun Express y ofrecerán sus plazas a touroperadores como Thomas Cook/Neckerman, FTI, ETI y DER Touristik, desde diferentes ciudades germanas.
Parece que por lo menos la zona del Mar Rojo puede empezar a levantar cabeza tras las desastrosas estadísticas de los últimos años. Desde octubre de 2015, hasta 220 hoteles han tenido que cerrar sus puertas debido a la caída en el número de visitantes, incluyendo 54 en Sharm el Sheikh y 34 en la zona de Hurghada, también en el Mar Rojo.
La intención del gobierno egipcio es incrementar el flujo de turistas hasta los 12 millones para finales de 2017, para ello, aumentará los vuelos internacionales de la compañía estatal EgyptAir, además de las mencionadas medidas de seguridad adicionales en los aeropuertos del país.
El turismo es la segunda fuente de ingresos de Egipto, tras los generados por el Canal de Suez.Además, proporciona empleo directo e indirecto a, aproximadamente, el 12,6% de la población activa del país. Los ingresos por por turismo han caído de los 12.5 billones de dólares de 2010, a los 7.5 de 2014, siendo 2013 un annus horribilis con tan solo 5.9 billones de dólares en concepto de ingresos por turismo. La intención de las autoridades turísticas es recuperar los 12 millones de turistas para el año.
En positivo que la zona de Sharm el Sheikh se revitalice y comience a recibir de nuevo turistas, pero más interesante sería que las condiciones de seguridad del país se estabilizasen lo suficiente para que mucha más gente pudiese conocer las maravillas que en su tierra habitan, sobre todo a orillas del Río Nilo y del Lago Nasser. Maravillas que nadie debería morir sin haber visitado.
Qué gran artículo Bárbara.
Va muy lentamente todavía, yo tengo un amigo que está allí de instructor, y si el año pasado trabajaba todas las semanas, este año ha estado parado dos meses y ahora empieza a tener más trabajo en los barcos que permiten como bien dices, vivir un submarinismo espectacular y muy económico.
En tierra, para mi el mayor problema es la gente, muy pesada, no me quedaron muchas ganas de volver… pero el Mar Rojo es el paraíso del buceador.
Un saludo