Van quedando pocos locales históricos de los que pueda presumir la noche madrileña. Los abusivos impuestos, los malos tiempos para la lírica y peores para el negocio se ciernen sobre bares y salas de conciertos que llevan, como quien dice, toda la vida ahí.
El último en caer es Rock Palace, una sala por la que todo madrileño aficionado a los sonidos abrasivos habrá pasado, tanto en su vertiente de sala de conciertos como de local de ensayo con solera y abundantes capas de mugre, personalidad y distorsión entre los muros de su segunda planta. Rock Palace cierra sus puertas en diciembre y está dando el petardazo en su despedida con una serie de estupendos conciertos; uno de los más distinguidos, sin duda, ha sido el de los norteamericanos Sheer Mag, acompañados de los madrileños Accidente y Rata Negra. Una noche de punk en muy distintas acepciones para un homenaje a una sala que deja tras de sí un hueco complicado de llenar.
Rata Negra son miembros de los ya históricos (aunque oficialmente no desaparecidos) Juanita y los Feos, a los que se suma un extraordinario batería de pegada punk procedente de combos como La URSS o Nueva Autoridad Democrática. Juntos enhebran una propuesta que recoge los ramalazos siniestroides, las letras abstractas y la actitud hardcore que ya se había husmeado en los últimos tiempos de Juanita, y lo descargan en un repertorio rápido, deprimente y sin fisuras. Poco dados a las sutilezas, Rata Negra son uno de los grupos punk más ruidosos y personales del panorama y lo demostraron con una media hora escasa de rock tristón y americanizado.
Accidente son mucho más jóvenes y menos iconoclastas en el estilo, pero no extraña que cada concierto suyo suponga un llenazo de adolescentes libertarios y bailongos en Madrid. Su combinación de anarcopunk y hardcore melódico muy clásicos es cómodo y refrescante. Y sus consignas, bramadas por una vocalista cómoda perdiéndose entre un público que se sabe sus letras al dedillo, tienen algo de reconocible y algo de original gracias a sus excelentes letras de fondo reivindicativo. Un grupo que posiblemente acabará evolucionando en direcciones cada vez más personales y melódicas, pero que ahora, como barricada de un género reconocible y muy codificado, funciona como un cañón.
Sheer Mag era la propuesta más sólida y personal de la noche: con un sonido tan compacto y trabajado que a veces parecía que el público estaba ante una banda pensada para audiencias mucho más grandes, desplegó un sonido a su manera indescriptible. Una aproximación: un grupo de rock de primeros de los setenta al que se hubiera extraído cualquier componente virtuosista, es decir, como unos KISS sin heavy, aderezado con la parte más festiva y rockera del glam y con una voz y riffs que adornaban el resultado con ramalazos de pop comercial de los ochenta a lo Cyndi Lauper, o incluso al estilo del Bruce Springteen más comercial y radiofónico. Indescriptible, ya decimos, gracias a la voz única de su vocalista, Tina Hallaway, que arropaba con su personalísimo timbre a una versátil y muy sólida banda de dos guitarras, bajo y batería que parecían tener un ejército de productores a sus espaldas, tal era su efectividad. Aún solo con un par de singles en la calle, es uno de los secretos mejor guardados del punk actual: uno de los que, como tantos, ayudó a cuidar y conservar Rock Palace. Lo echaremos de menos.
Sheer Mag + Accidente + Rata Negra
Rock Palace – 18-12-2015