El Gobierno Vasco grabará los testimonios de los familiares de los asesinados por el terrorismo con un objetivo pedagógico. Además, crea una web para que todos los ciudadanos puedan dejar sus testimonios sobre el pasado violento.
“Promover la interacción, la confluencia y la unión entre víctimas y sociedad”. Estos objetivos, resumidos por el lehendakari, Iñigo Urkullu, durante un encuentro con víctimas del terrorismo el pasado 5 de junio, son los que persiguen las dos últimas iniciativas audiovisuales impulsadas por el Gobierno Vasco en pro de la convivencia casi cuatro años después de que ETA anunciara el cese definitivo de la violencia. Por un lado, grabará en vídeo los testimonios de cerca de un centenar de víctimas del terrorismo. Por otro, crea una web (www.memoriaplaza.eus) a la que invita a participar a todos los vascos para que depositen, también en vídeo, sus experiencias o sugerencias acerca del pasado violento del País Vasco, y que se ha bautizado como Plaza de la Memoria. Todos los documentos audiovisuales quedarán posteriormente en manos del recién creado Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Ejecutivo autonómico, y que dirige Aintzane Ezenarro, “con fines pedagógicos y divulgativos”, señalan desde la administración vasca.
El departamento de la Lehendakaritza —Presidencia— de la que depende la Secretaría General para la Paz y la Convivencia, explica a este diario que, por el momento, el programa referido exclusivamente a las víctimas está dedicado a recopilar las experiencias “de familiares de víctimas del terrorismo que han sido asesinadas” y, en concreto, a las que hayan sido matadas por “ETA, GAL o el Batallón Vasco-Español”. Apuntan, además, que una vez grabado el vídeo, sus protagonistas podrán decidir si quieren que se difunda, y estará por tanto en su mano optar porque que se le dé “un uso reservado a su declaración o, por el contrario, si prefieren que tenga un acceso abierto para usos pedagógicos o divulgativos”.
La grabación de estos vídeos se enmarca en la segunda fase del programa Gertu —que se traduce como cerca—, ideado por el Ejecutivo vasco para reforzar “la atención personalizada a las víctimas y a su participación”. Precisamente las víctimas de ETA reconocían por este y por otras iniciativas del Gobierno que preside Iñigo Urkullu un “antes y un después” en la relación con la administración vasca y con el partido que le sostiene, el PNV, tras lustros de desencuentros. En esta línea se celebró el pasado día 5 un encuentro entre el máximo mandatario vasco y las principales asociaciones de víctimas, en el que el primero les pidió “perdón” y quiso hacer autocrítica.
“Llegamos tarde”
“Debemos reconocer que llegamos tarde a la sensibilidad y respuesta que merecían las víctimas”, recalcó, antes de reconocer que existe cierta “inquietud” tanto en las víctimas como en parte de la sociedad vasca, que tiene que ver con el “temor” a que “la construcción del futuro se haga sobre la base de la desfiguración del pasado”. Él se comprometió, por ello, a que esa construcción del futuro se haría “en el reconocimiento del daño injusto provocado a las víctimas, y el rechazo a cualquier forma de terrorismo o de violencia”.
Esa es la clave del programa Gertu nacido hace ahora un año. Convertirse en “una metodología de comunicación de cercanía con las familias de las víctimas” para “reforzar el trato humano y personal y atender en mayor medida el plano relacional”. Se trata, explican desde el Gobierno Vasco, tanto de “escuchar y responder mejor” a esa realidad de las víctimas del terrorismo, como de “ofrecer cauces de participación en los procesos de construcción de la memoria y de la convivencia”. En el plan se reconoce que “contar con el testimonio de las víctimas en la construcción de memoria es parte fundamental del proceso de normalización social de la convivencia”, y se explica que nace para evitar “procesos de re-victimización” y alejarse de los intentos por utilizar a las víctimas con intereses políticos o mediáticos.
La primera parte del programa consistió en mantener conversaciones telefónicas o en persona con más de 300 familias de víctimas del terrorismo asesinadas y residentes en Euskadi. Y tal y como se explicó por parte de la Lehendakaritza en la nota enviada esta semana para informar del inicio de las grabaciones, durante ese primer proceso de “contacto directo”, a las víctimas se les ofreció esa posibilidad de grabar su testimonio. Una tercera parte, un centenar, mostraron su interés en ofrecer su testimonio, por lo que la segunda fase del programa Gertu se inició el miércoles y se prolongará hasta finales de año. El formato de grabación, explica el Ejecutivo, “además de estructurado y profesional”, responderá “a pautas homologables internacionalmente en este tipo de testimonios”.
La plaza de la memoria
Respecto a la Plaza de la Memoria será un programa que se desarrollará entre los meses de junio y noviembre de 2015 y consistirá en recoger tres tipos de aportaciones. Por un lado, se recogerán testimonios directos de memoria entregados voluntariamente por ciudadanos; en segundo lugar, sugerencias extraídas mediante un proceso cualitativo de participación también llamado ‘focus group’ y, por último, opiniones de expertos. Los resultados de este proceso se entregarán al Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos en el momento de su inauguración el próximo 10 de noviembre.
Mediante la iniciativa Plaza de la Memoria el Ejecutivo propone a los ciudadanos ofrecer su testimonio “como pieza del puzzle de la memoria y de su construcción democrática y compartida” que también inspira el antes mencionado programa Gertu. Se plantean tres formatos diferentes, según explicó el departamento vasco a través de una nota. Las emociones en 7 segundos pretenden recoger con el teléfono móvil vídeos de un máximo de siete segundos que graben en primer plano la expresión facial en silencio de personas mayores, dado que el Ejecutivo entiende que “la cara de una persona es el retrato de su memoria”. Otra opción es la recogida a través del móvil de testimonios de dos minutos con las vivencias o los recuerdos asociados a la memoria de la lucha por la paz, la libertad y la democracia de los últimos 80 años, y frente al impacto de la violencia. Finalmente también se invita a aportar textos que formulen propuestas en positivo para desarrollar una política de memoria, convivencia y derechos humanos y que se presenten resumidos en un máximo de 1.000 caracteres.
Placas en las principales ciudades
El Ejecutivo vasco ha dado a conocer estas nuevas iniciativas en la misma semana en la que desde el Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, han enviado sendas cartas a los recién designados alcaldes de Bilbao y San Sebastián, Juan María Aburto y Eneko Goia, respectivamente, instándoles a que coloquen en las calles de sus ciudades placas que recuerden a las víctimas de ETA en los lugares donde fueron asesinadas.
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