Las tres grandes compañías de telefonía, Movistar, Orange y Vodafone, siguen en una pelea sin cuartel para captar clientes. Aunque sus líneas de negocio cada vez tengan mayor recorrido, vender servicios a usuarios particulares sigue siendo prioritario. Pero no todos han tenido el mismo comportamiento en los últimos meses.
Pese a que no se puede hablar de ganadores absolutos ni de perdedores relativos, parece claro que el operador rojo ha encontrado un filón para captar clientes. Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el pasado mes de enero Vodafone consiguió aumentar su cartera de clientes en banda ancha fija en más de 30.000 usuarios. Muy por encima de los 13.800 de Movistar o los 4.300 de Orange. Todo sin contar a MásMóvil, que también sigue disparada, pero está centrada en otras batallas.
El dato de enero podría ser simbólico. Entre otras cosas porque la Navidad fue una fecha muy fuerte de promociones y eso puede desvirtuar esta carrera por la captación de clientes. De este modo, tomando en consideración los últimos seis meses, Vodafone muestra un crecimiento al que azules y naranjas solo pueden seguir de lejos con la mirada.
En concreto, desde el pasado mes de agosto, hasta enero de este año, Vodafone incrementó su cartera de clientes de banda ancha en más de 163.800 clientes. A bastante distancia se sitúa Orange con un crecimiento de 93.800 usuarios en el último medio año; y ya muy de lejos, Movistar, que metió 29.000 nuevos abonados.
Y eso no es todo. Según los datos de la CNMC, la captación de clientes de líneas móviles sonríe también a Vodafone. En el último medio año habría tenido 47.100 nuevos usuarios.
En cuanto a Movistar, habría ganado 15.900 altas. Y la peor parte se la lleva Orange, que sale con un saldo negativo al perder 5.800 clientes. Curiosamente siendo el operador más agresivo a través de sus filiales de bajo coste (Amena y Simyo). Un dato que debe hacer replantear la estrategia móvil en el cuartel de los naranjas.
Nuevo escenario para Vodafone
Estos datos son hasta enero. Pero ahora existe un nuevo escenario radicalmente diferente. La semana pasada Movistar y Vodafone llegaron a un acuerdo para que los rojos puedan usar la red de fibra de los azules en todo el territorio nacional. Tanto en las zonas reguladas como en la de libre competencia.
De inmediato ha provocado un intenso debate. Por un lado Vodafone tendrá que pagar por el acceso a esa red, por lo tanto no será tan rentable como si los clientes estuvieran en la suya propia. Eso será lo que aproveche Orange, que, por el momento (y a la espera de que llegue a un acuerdo con Movistar), todos los clientes estarán en su red. Esto provoca una mayor rentabilidad de su propia infraestructura.
Aunque habrá que esperar, por lo menos medio año, para saber cómo está siendo el comportamiento de captación. Lo que parece claro es que Vodafone ha salido muy bien parada de la Navidad y, si mantiene el ritmo, puede volver a tener más ingresos de Orange. La disputa por ser la alternativa a Movistar sigue su curso.