La agencia energética de la OCDE pide que se saque de la factura de la luz todos los componentes que no tienen que ver con la electricidad y también que se suban los impuestos de los carburantes, que en España son muy bajo, como una de las medidas para contener el consumo y luchar contra el cambio climático.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) recomienda al Gobierno español que «reforme» la tarifa de la luz mediante la «eliminación de cualquier componente de coste que no esté relacionado con el suministro» y que traslade a otros sectores, además de al eléctrico, la responsabilidad de desarrollar las renovables, informa Europa Press.
Estas consideraciones aparecen recogidas en el informe anual de la AIE sobre España de 2015, el Energy Policies of IEA Countries for Spain 2015 Review, presentado este jueves en Madrid por la directora ejecutiva de la agencia, Maria van der Hoeven, junto al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria.
En rueda de prensa, la directiva de la AIE subrayó que los costes de la electricidad en España siguen «entre los más altos de Europa», por lo que es recomendable «quitar esas barreras que no tienen que ver con esos costes». El informe considera que los costes no esenciales que se saquen de la tarifa deben recuperarse a través de «mecanismos más apropiados”.
Según la AIE, España debe revisar sus objetivos de renovables» con la premisa de que «la carga sea compartida por distintos sectores, lo que pasa por limitar de forma más ambiciosa el uso de carburantes fósiles en el sector del transporte».
Subida de los impuestos a carburantes
Asimismo, la directiva de la AIE recomendó al Gobierno considerar una subida de los impuestos medioambientales sobre los carburantes «en una forma que sea neutra respecto a los ingresos». Así, Van der Hoeven apuntó que hay impuestos de combustibles «muy bajos» respecto a otros países que si se incrementaran supondrían beneficios «a nivel de cambio climático». El ministro de Industria, José Manuel Soria, descartó esta posibilidad y subrayó que «no está planteada», aunque aseguró que esto no quiere decir «que no se deba o pueda plantear en el futuro».
Por otra parte, entre las recomendaciones del informe, figura una apuesta por desarrollar una estrategia energética a largo plazo que cubra todos los sectores y una reforma fiscal en materia energética que incentive la reducción de los gases efecto invernadero y la eficiencia.
Al analizar la reforma energética, considera que el Gobierno «ha cumplido su objetivo», ya que «los costes y los ingresos del sector vuelven a estar en equilibrio y el déficit de tarifa acumulado, que alcanzó un pico de 29.000 millones en 2013, equivalente al 3% del PIB, podrá desaparecer gradualmente».
A este respecto, van der Hoeven valoró la resolución del problema del problema del déficit de tarifa y felicitó al Gobierno «por haber luchado contra este desafío», que «no iba a ser popular y no iba a ser fácil». La reforma, indica el informe, ha sido «compleja, pero necesaria». «La sostenibilidad futura del sistema eléctrico depende tanto de las circunstancias macroeconómicas como del mantenimiento de un compromiso con la reforma por parte de los políticos».
Golpe a la inversión en renovables
Aún así, Van der Hoeven subrayó que la reforma energética ha tenido también sus contras, como el «efecto negativo en la visión de los inversores» que ha supuesto el recorte aplicado a las renovables. «Pero lo importante ahora es ceñirse a las reglas para poder recuperar la confianza perdida, y se conseguirá muy pronto», añadió.
Para evitar «cualquier interferencia política en el futuro», es necesario aplicar el principio de que ‘ningún coste nuevo debe introducirse sin un incremento anterior de ingresos’, afirma la agencia.
El informe también destaca la reducción en diez puntos, del 80% al 70%, de la dependencia energética de España en el periodo comprendido entre 2009 y 2014, que «puede ser atribuida en parte al rápido incremento en las renovables».
España, una isla
Asimismo, la directora ejecutiva de la AIE subrayó la importancia de impulsar las interconexiones energéticas para que España y la Península Ibérica dejen de operar «como una isla». «El futuro de la energía en España está en conectarse con Europa y con el mundo», dijo al respecto.
A este respecto, Soria apuntó la importancia de elevar el nivel de interconexión para reducir los pagos de capacidad en España y destacó el valor de la cumbre de Madrid celebrada en marzo «donde se establecieron compromisos firmes para llegar a un nivel de interconexión del 8%».