Arrímate a Inés

Inés Arrimadas

Encarna el temple, la corrección. Un nuevo modelo de político y de mujer. Una especie de Audrey Hepburn con sabor a sur de Europa. Y sobre todo, encarna el optimismo. Una especie de Agustina de Aragón para los españoles que se sienten invadidos por la irracionalidad en su propia tierra. Simboliza la resistencia que no se resigna ni está dispuesta a la derrota. Los medios la acaban de descubrir. Y debe ser cauta para saber utilizarlos sin sentirse utilizada. Todos quieren leer más allá de lo que cuenta. Pero ella viene de un partido que ha promocionado la empatía y la cercanía en su gradual conquista del electorado. Un fenómeno digno de estudio sea cual sea su devenir futuro.

La lideresa de la oposición catalana tiene aspecto de haber sido una adolescente modesta. En el rostro de la gente se refleja el tipo de estudiante que fue porque esta etapa es determinante para la actitud que uno exhibe. Y está claro que los quince no debieron ser su momento. Ni explota su sensualidad ni mantiene una actitud de coqueteo con el sexo opuesto. Es contenida y a la vez, expresiva. Casi no es consciente de lo atractiva que resulta con esa imagen de presentadora de telediario que el mundo publicitario se pelearía por tener para un anuncio de seguros o de potitos. Generando confianza. Seduciendo pero sin abrumar.

Proviene de un master de comunicación política intensivo en la «Universidad de Ciudadanos». Una auténtica máquina de hacer que sus figuras conecten emocionalmente con el potencial electorado. Y no es porque su discurso sea incendiario. Si no  porque combinan argumentos regeneradores que no revolucionarios (tal y como ellos mismos postulan) pero saben que deben comunicar más allá de lo que hablan.
 
El discurso es directo. Y la imagen está bien trabajada. Cuando uno «visita» la cantera de Ciudadanos, cuesta creer que no se trate del reparto de una teleserie americana. A estudiosos de la conspiración como Daniel Estulin, le debería mosquear el asunto. ¿Son estos chicos un experimento de un grupo de científicos del estilo «proyecto Manhattan»?. ¿De un sofisticado entramado de servicios de inteligencia?. ¿De este planeta? y si así fuera… ¿Tanto ha evolucionado el españolito medio?. Es más….¿Tienen ombligo?. Ahí dejo apuntes para una linea de investigación que bien pudiera interesar al siempre bien informado Iker Jiménez que es de los pocos profesionales que parece trabajar en libertad y sin autocensura.
 
Los «think-tanks» compuestos por profesionales de distintas disciplinas rompen con la monotonía política. Y en la maquinaria de Ciudadanos hay todo tipo de profesionales del espectáculo, el periodismo y la publicidad. Como dijo el gran José Luis Barcelona, «quien no sepa sonreír, que no trabaje en televisión» y me atrevo a añadir, «ni en política».

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