El arqueo o cómo representar el tamaño de un buque

Salida del Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano

La determinación de un valor que represente el tamaño o volumen de los buques y que, a su vez, permita utilizar esta medida para distintos usos, ha sido desde siempre una preocupación tanto para la propia comunidad marítima como para los Estados.

En la actualidad, el arqueo bruto (“gross tonnage” en inglés) es la medida internacionalmente aceptada para representar el tamaño de un buque. Frente al arqueo neto, que tan sólo expresa la capacidad utilizable de un buque, el arqueo bruto expresa su tamaño total.

Mientras no se produzcan transformaciones que modifiquen el volumen encerrado de la nave, el arqueo bruto permanecerá invariable durante toda la vida del buque. Por ello, el país de la bandera del mismo debe emitir el correspondiente certificado acreditando su valor, que es utilizado para fines tan diversos como el de fijar las tarifas portuarias; los cobros por servicios como practicaje y pilotaje, remolcadores, señalización marítima e inspecciones; las contribuciones relacionadas con la operación de la nave, como asociaciones de protección, indemnización, seguros, registros marítimos y sociedades de clasificación; determinar la aplicación de diferentes convenios internacionales; o el importe de pago del tránsito por diferentes canales, como el de Panamá.

En España es habitual encontrar el término “tonelada” como referencia tanto al tamaño de un buque como a su desplazamiento (entendido este último como el peso total del buque en cada momento, el cual, conforme al principio de Arquímedes, es igual al peso del volumen de agua desplazado). Las malas traducciones y el uso poco preciso del lenguaje han contribuido la mayoría de las veces a generar o agravar esta confusión.

Por un lado, en el idioma inglés existe el término “tonnage”, relativo al tamaño del buque, y los términos “ton” o “tonne”, relativos al desplazamiento, pero desafortunadamente en muchas ocasiones ambos términos son traducidos al español como “tonelada”, dando pie con ello a la confusión. Por otro lado, se produce también el equívoco con la unidad de masa correspondiente a 1000 kg, denominada tonelada (t), la cual, pese a no ser una de las siete unidades base del Sistema Internacional de Unidades (SI) para medir la masa (sí lo es el kilogramo), es un término aceptado por el SI, al que denomina en países de habla inglesa como “metric ton”, para distinguirlo de otras “toneladas” que manejan los países anglosajones.

Origen de la medición del arqueo

En el siglo XIII Gran Bretaña importaba grandes cantidades de vino desde Francia vía marítima. Este vino era transportado en barriles de madera, que en francés eran llamados “tonneaux” (“tuns” en inglés), los cuales eran construidos aproximadamente del mismo tamaño. De esta forma, los armadores comenzaron a utilizar el barril estándar para calcular la capacidad de cada nave. La utilización de este sistema para determinar la capacidad interior de una nave se mantuvo casi 200 años.

En el siglo XV Gran Bretaña prescribió que el vino importado debía ser transportado en barriles de un volumen no menor de 252 galones (aproximadamente 2.240 lbs), con objeto de regular el pago de los impuestos, lo que conllevó que se estandarizara el tamaño de los barriles. La palabra “tonnage” (que en español podría traducirse de una forma más precisa como “tonelaje”) fue aplicada para el concepto de pago de impuestos con que la corona gravaba a las naves, lo que con el tiempo derivó en que se utilizara el término “tuns” para referirse al porte o tamaño de la nave.

El problema de este sistema de impuestos era que no se podía medir otras cargas que no fueran susceptibles de ser transportadas en barriles. Para corregirlo, se modificó el sistema de medición, que pasó a basarse en la capacidad de carga (es decir, en el peso, en lugar de en el volumen), incluido el agua y la tripulación, en la condición de plena carga. Esto es algo parecido a lo que conocemos hoy como peso muerto (DWT por sus siglas en inglés o PM en español), que es la diferencia entre el desplazamiento a plena carga y el buque en rosca, y que se mide actualmente (esta vez sí) en toneladas (1000 kg).

En 1422, el rey Enrique V decretó que todas las naves que transportaran carbón, debían ser medidas por este sistema y marcadas en la proa, popa y centro. Con el devenir del tiempo, este sistema se extendió a todas las naves y se estandarizó como unidad de medida las 2240 lbs o l ton, lo que en la actualidad se denomina “tonelada larga” (equivalente a 1016,05 kg).

Aquel método fue utilizado hasta la aparición de las primeras naves propulsadas a vapor. En 1849, se encargó en Inglaterra a una Comisión estudiar el asunto, lo que culminó con la aprobación en 1854 de la Merchant Shipping Act por el Parlamento Británico. En él se recogía un nuevo sistema de medición, basado de nuevo en el volumen y no en el peso, que se denominó Sistema Moorsom, en honor al Secretario de la Comisión, George Moorsom.

El cálculo de los espacios, considerados en pies cúbicos y divididos por un factor 100, determinaba el valor del arqueo. El factor 100, por el cual se dividía, tenía por objeto que el nuevo valor fuera lo más semejante posible a los calculados por el método que sustituía. La unidad de este nuevo sistema se denominó Tonelada Moorsom (equivalente a 2,83 m3).

La unificación de la medición del arqueo

En 1938 se celebró en Oslo, Noruega, una conferencia internacional para examinar los diferentes métodos empleados para el cálculo del arqueo y establecer un sistema único. Esta reunión tuvo como resultado la publicación de las “Normas Internacionales para el Arqueo de los Buques”, que mantenían un método de medición basado en el volumen. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial imposibilitó la celebración de una segunda reunión que estaba prevista en París al año siguiente y estas normas perdieron relevancia.

En 1959, la Organización Marítima Internacional (OMI) de reciente creación, abordó como una de sus primeras tareas estudiar la forma de establecer un sistema de arqueo uniforme. Para ello se creó un Subcomité de Arqueo, que estableció la necesidad de disponer de un parámetro numérico de la capacidad económica del barco (arqueo neto) y del tamaño total del mismo (arqueo bruto). Se decidió que cualquier sistema que se adoptara debería respetar los siguientes principios: no verse influenciado por el diseño y, en particular, no fomentar aspectos de construcción que afectaran la seguridad y la eficiencia de la nave; evitar dependencias sobre detalles de construcción; permitir la determinación del arqueo en las primeras etapas del diseño del barco y proveer en lo posible el uso de los planos para las mediciones físicas; ser tan directa y simple como fuera posible; no afectar adversamente la economía de la industria naviera; e incorporar un concepto que evitara situaciones inútiles y problemáticas relativas a las exenciones de espacios, especialmente en superestructuras.

Del 27 de mayo al 23 de junio 1969 se celebró en Londres la conferencia internacional donde se adoptó definitivamente el Convenio Internacional sobre Arqueo de Buques (Ton-69). El método de determinación del arqueo establecido en este Convenio se diferencia de métodos anteriores principalmente en tres aspectos: no hay exenciones de espacios sobre la cubierta de arqueo, por lo que todos estos son incluidos en el cálculo del arqueo, simplificándolo considerablemente; el arqueo neto se obtiene directa y exclusivamente del arqueo de los espacios destinados a la carga; la unidad ya no se expresa en pies cúbicos o metros cúbicos, sino que es una función (adimensional) del volumen en metros cúbicos.

Como consecuencia de este Convenio, actualmente las medidas de porte o tamaño del buque han pasado a denominase internacionalmente arqueo bruto y arqueo neto. Al ser medidas adimensionales, es decir, sin unidad básica o derivada, al hacer referencia al arqueo de una nave debe omitirse la palabra “tonelada”. Podemos indicar así que una nave tiene un “arqueo bruto de 5000” o un “arqueo neto de 5000”, sin referencia al término “tonelada”. Por lo tanto, la palabra “tonelada” debe evitarse cuando se esté haciendo referencia al volumen del buque, pudiendo ser utilizada como medida de masa si a lo que estamos haciendo referencia es al desplazamiento (masa) del buque.

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