El Gobierno en funciones da alas a ampliar la vida de las nucleares hasta los 60 años

La central de Trillo, en Guadalajara, la más moderna del parque nuclear español.

“Mientras una central pueda seguir operando, sea segura porque se cumplen todos los requisitos y a su propietario le salgan los números, no debe cerrarse una central nuclear”, sostiene el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal. “Cerrar las centrales por decreto es absurdo” dice sobre las propuestas electorales de PSOE y Podemos. “¿Por qué 40 y no 50 o 60 años?”.

PSOE y Podemos hicieron del fin de las nucleares una de sus grandes propuestas energéticas durante la campaña electoral previa al 20-D. Los socialistas propusieron echar el cierre a todas las centrales españolas según vayan cumpliendo los 40 años desde su construcción, lo que dejaría al país sin plantas en activo en 2028. Los del partido morado decían tener aún más prisas y propusieron ir cerrando centrales cuando expiren las actuales licencias de explotación, lo que implicaría el fin de la nuclear en España en 2024.

Y tanto PSOE como Podemos coinciden (junto a todos los grupos parlamentarios, con la única excepción del Partido Popular) en la necesidad de impedir la reapertura de la central de Garoña, la más vieja de Europa, cerrada desde 2012, pero cuyos dueños (la empresa Nuclenor, controlada a partes iguales por Endesa e Iberdrola) pretenden reactivar y han pedido mantenerla abierta hasta 2031, justo cuando cumpla 60 años.

El Gobierno de Mariano Rajoy aprobó varios cambios legislativos ad hoc para hacer posible siquiera que Iberdrola y Endesa pudieran solicitar la renovación de la licencia. Y ahora, con el Ejecutivo en funciones tras las elecciones y a la espera de que se constituya (o no) uno nuevo, el Gobierno da alas a la necesidad de ampliar la vida de las centrales nucleares y reprocha el intento de PSOE y Podemos de cerrarlas “por decreto”.

“Mientras la central pueda seguir operando, sea segura porque se cumplen todos los requisitos y a su propietario le salgan los números, no debe cerrarse una central nuclear”, explica el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, en una entrevista con el Diario de Burgos. “Es como cerrar por decreto un edificio porque llegue a los 40 años. Si se deteriora antes habrá que cerrarlo antes, y si no está deteriorado habrá que utilizarlo el máximo posible porque si no es un coste inasumible para el país”, sostiene el secretario de Estado en funciones.

Nadal reprocha al PSOE, e indirectamente también a Podemos, su proposición no de ley instando el cierre de la central de Santa María de Garoña y su propuesta para echar el cierre de todas las plantas cuando cumplan 40 años. “Si las quiere cerrar porque no son seguras las tendrá que cerrar ya, pero como eso no es verdad y cumplen con los requisitos de seguridad, ¿por qué 40 y no 50 o 60 años?”

El Ministerio de Industria ha incluido en el borrador del próximo Plan General de Residuo Radioactivos –y, con ello, por primera vez en un documento oficial- la ampliación de la vida de las centrales nucleares hasta los 50 años como un escenario posible. Pero el secretario de Estado de Energía abre la posibilidad en la entrevista a llevar al menos algunas de las plantas hasta los 60 años, recogiendo una de las reclamaciones tradicionales de las grandes eléctricas.

“Se tiene que ir viendo cada central y cada caso concreto. La central de Zorita se cerró con 38 años porque no daba más de sí, y no merecía la pena. Sin embargo la central de Trillo, que es de las más modernas, sus gemelas americanas van a operar algunas ya 60 años. Hay que ver caso por caso”, apunta Nadal. “Cerrar por decreto es absurdo”.

Y en ese caso por caso, Nadal reconoce que no existe ningún riesgo para el suministro eléctrico por el cierre de la central de Santa María de Garoña (lleva cerrada desde diciembre de 2012 sin mayor problema. “Garoña podría cerrar desde el punto de vista del suministro eléctrico, otra cosa es que tenga sentido, desde el punto de vista económico, cerrar un activo de estas características”.

El secretario de Estado recuerda que las nucleares concentran el 20% de la generación eléctrica del país, que su eliminación elevaría los costes de producción “entre un 25 y un 30%”, y que las renovables no son suficientes (dado la imposibilidad de garantizar la producción continúa con el viento y el sol) para sustituirlas.

“Dado el nivel de aislamiento que tiene España, con el 100% de renovables no garantizaríamos el suministro, porque es intermitente. La eólica y la fotovoltaica solo está cuando hay recurso. Entonces estaríamos sustituyendo ese 20% con gas y carbón. Es decir, el proyecto -del PSOE- es que por motivos medioambientales cierro centrales nucleares que suponen un 20% del mix para sustituirlo por centrales térmicas de gas y carbón. No lo acabo de entender”, apunta Nadal.

En paralelo, Nadal defiende la utilización de técnicas de fracturación hidráulica (el polémico fracking) sólo en caso de “gozar de las máximas garantías medioambientales” y subraya la incompatibilidad de compaginar de simultanear el cierre de nucleares y la prohibición de buscar hidrocarburos con nuevas técnicas. “El único país -que yo recuerde- que ha hecho una prohibición absoluta al fracking es Francia, pero es que tiene el 75 por ciento de energía nuclear. La combinación de cierre de nucleares y no búsqueda de hidrocarburos es letal”.

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