El complejo mundo de los mercados financieros siempre se ha caracterizado por su capacidad de reinventarse y la complejidad en la búsqueda de una fórmula por parte de los inversores para conseguir ganar consistentemente.
Si bien es verdad que cada vez las barreras de entrada para los inversores retail son menores, siempre se ha caracterizado por una gran afluencia de operadores con tintes de una avaricia infinita con el único propósito de desbancar a la banca, se ven arrastrados a una corriente general de intentar encontrar la ecuación perfecta para poder hacerlo.
Los mercados financieros tienen una gran antigüedad y es curioso que este tipo de inversores no les inquiete una pregunta, y es que en tanto tiempo, ¿cómo es que nadie lo ha encontrado?
El análisis técnico ha ayudado mucho a alimentar este ansia de poder, ya que a través de su sofisticación y el análisis de los datos bursátiles pasados, genera un poder de señales y especulaciones que abre otro espectro a la hora de predecir el futuro de las cotizaciones.
A través del panorama que descubre este tipo de análisis y de los indicadores técnicos que genera, es muy fácil poder especular en función del movimiento de estos. Y es que dichos indicadores, basados en fórmulas matemáticas sobre diferentes periodos pasados y desviaciones típicas generan infinidad de señales de compra-venta, identificando numerosas oportunidades de interacción con el mercado durante una sesión bursátil.
El principal problema de estos indicadores es que la mayoría de ellos son indicadores atrasados, ya que simplemente están analizando los datos pasados de la cotización. Otro problema, al que se enfrentan los inversores cuando analizan estos mercados, es que se encuentran con que los indicadores repintan y sólo dejan su movimiento final cuando finaliza el periodo, lo que da lugar a numerosas señales falsa durante la sesión.
Daniel García
Analista de XTB