Ya tenemos presidente, tras una campaña frenética por la Casa Blanca con una lluvia de insultos e improperios en ambas direcciones, podemos afirmar transcurrido un largo proceso que al fin tenemos presidente en Estados Unidos. Ha sido una campaña difícil con dos candidatos radicalmente opuestos y en la que precisamente no se ha caracterizado por el respeto mutuo entre ambos aspirantes al Despacho Oval.
Después de conocer claramente el desenlace de quién va a ocupar el sillón presidencial, lo que podemos afirmar sin ninguna duda es que el país, actualmente, se encuentra tremendamente dividido. Es imprescindible ser consciente que tras el resultado de unas elecciones siempre hay vencedores y vencidos, pero lo que pocas veces se había visto es el odio tan enorme promulgado por uno de los dos bandos, hacia uno de los candidatos.
La verdad que, de hecho, el presidente electo es un personaje que no deja indiferente a nadie, simplemente le odias o le amas. Ese sentimiento es el que proyecta hacia el mundo y ,por supuesto, en su propio país.
En mi opinión una de las principales tareas que tiene este nuevo Gobierno es intentar reducir esta división para poder ir todos a una y, poco a poco, se irán acostumbrando a que quizás un ejecutivo de Donald Trump no es tan malo como pudiera parecer en un principio.
Sin lugar a dudas los grandes perdedores son las empresas dedicadas a la elaboración de las encuestas, estudios de opinión y medios. Realmente estas compañías sí que son las grandes vencidas de estos comicios, ya que una vez más las previsiones ni se han acercado al resultado final.
Podemos afirmar después de estas elecciones USA , del Brexit y de las elecciones españolas, que cada vez más la objetividad de las encuestas es más subjetiva que nunca y que al fin y al cabo, hasta que no se conocen los primeros resultados, cualquier cosas puede ocurrir.
Daniel García, analista de XTB