El ‘internet de las cosas’ es un quebradero de cabeza para la ciberseguridad

La domótica está cada vez más presente. La posible aplicación de la tecnología a los hogares evoluciona a grandes velocidades. Pero aunque el principal motivo por el que los usuarios la implantarían en sus casas es la seguridad, lo cierto es que al mismo tiempo, multiplicarían la posibilidad de un ciberataque. El papel que juega la ciberseguridad en este punto es muy importante para las empresas, pero al mismo tiempo va resultando más necesaria para la sociedad. ¿Qué necesita para estar a la altura de esta evolución?

En pocos años “se espera que en el mundo haya cerca de 30.000 millones de cosas conectadas”, pronosticaba Jaime Hortelano, CEO de la consultora multinacional española CMC durante un encuentro con la prensa. Y teniendo en cuenta que, según un estudio europeo llevado a cabo por el proveedor global de soluciones de redes y comunicaciones D-Link, el 45% de los usuarios instala tecnología domótica en sus hogares para tener una mayor seguridad, no es de extrañar que se señale la “hiperimportancia de la ciberseguridad en el internet de las cosas”, afirmaba también en el encuentro Edgard Capdevielle, CEO de Nozomi Networks, compañía que trabaja en proporcionar este tipo de soluciones.

Capdevielle quiso señalar que uno de los principales ciberataques que se encuentran en la actualidad llegan a través de la domótica. Este y otros problemas industriales sobre ciberseguridad han llevado a CMC a firmar un acuerdo con Nozomi Networks para introducir en España su tecnología, que permitirá reducir el tiempo de detección de ciberataques a infraestructuras críticas industriales, así como la identificación de otros que ni siquiera son detectados.

Según el Grupo CMC, éstos últimos pueden llegar a incrementar hasta en un 45% el número real de ataques a este tipo de instalaciones que, según los últimos datos disponibles, fueron 134 en 2015. Así, la nueva solución reduce el tiempo de detección de ataques, que actualmente se sitúa en una media de entre 60 y 150 días, hasta solamente horas.

Durante 2015 se gestionaron un total de 18.232 ciberincidentes, un 41% más que en 2014 y de ellos, según el Equipo de Respuesta a Incidentes de Seguridad del Centro Criptológico Nacional, 430 fueron considerados como graves. En cuanto a las infraestructuras críticas (134 ataques), el 66% fueron también calificados como graves y los sectores más afectados fueron los de energía, agua y alimentación.

Todos los actores apuntan a que estas cifras continuarán incrementándose. De hecho, la previsión es que en 2016 acabe con 25.000 ciberataques contra los sistemas de la administración pública y las empresas de interés estratégico para el país.

“El número de ciberataques en EEUU ha pasado de uno o dos al año hace cinco años, a prácticamente un ataque diario en 2015, y la cifra va a continuar creciendo”. “Estos datos son extrapolables a España y ponen de relieve la dimensión real de una amenaza que tiene entre sus objetivos infraestructuras críticas industriales de las que dependen servicios tales como la producción y el suministro de energía o el transporte”, comenta Capdevielle.

Tal y como afirma CMC, las instalaciones industriales son especialmente vulnerables a ataques, como consecuencia de la creciente automatización de este sector, la expansión de Internet de las Cosas o el auge del concepto Industria 4.0.

“Con esta nueva tecnología brindamos la posibilidad de reducir al mínimo el tiempo para detectar las amenazas” ha concluido Hortelano.

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