¿Se pueden robar las palabras?

Esta es la historia por la cual SABEMOS ha tenido que rectificar un artículo al utilizar tres palabras de uso común, pero que una empresa tiene como marca registrada.

El texto en cuestión es ‘Adiós móvil nuevo: los españoles mantienen su smartphone más de dos años’. Y la empresa que nos ha invitado a retirar la expresión ha sido Hospital de Móviles. En el artículo se habla sobre Phone House y cómo es su servicio de reparaciones. Durante el mismo se aborda la tipología de móviles que más se repara últimamente y, por tanto, se utilizó un juego de palabras para decir que eran enviados al centro de salud [expresión modificada] para ser arreglados. En todo momento sin saber previamente que había una empresa con la denominación hospitalaria.

Mediante un correo electrónico, desde esta tienda de reparación nos han pedido que quitáramos una expresión (que hace referencia a un lugar donde curan a las personas, pero en este caso para móviles) porque entraba en conflicto al entender que mencionábamos su marca, registrada.

Desde SABEMOS hemos respondido amablemente al correo sin entender muy bien cuál era el problema. Tan solo se trataba de una metáfora para contar qué pasaba con los dispositivos que van (a un lugar donde curan a las personas, pero en este caso para móviles) y cómo funcionaba. La respuesta ha sido muy taxativa: si no se retiraba ese conjunto de palabras, emprenderían acciones legales contra este medio.

En esa respuesta, añadía como ejemplo la situación de Miguelañez y el uso de una palabra sinónima de chuchería, y cómo no se puede usar el término para evitar la vulgarización de la marca.

Como somos un medio bastante buenrollista, hemos retirado esa expresión (referida a un lugar donde curan a las personas, pero en este caso, hablando de teléfonos), y la hemos sustituido por otra. Pero no acabamos de entender cómo se pueden robar palabras que aparecen en la RAE. O mejor dicho, cómo no se pueden usar para escribir un artículo periodístico. Es lo mismo que quitar ladrillos a un obrero cuando construye un edificio. ¿Qué somos los periodistas sin palabras? ¿Hasta qué punto una empresa puede retirar de la circulación una palabra o expresiones?

¿Cuáles son las implicaciones legales?

Ante la duda sobre si se puedan robar palabras a la RAE para el uso periodístico, hemos contactado con un despacho legal especializado en el registro de marcas. Nos explican que las empresas, una vez registran una marca, tienen total derecho para llevar a cabo este tipo de acciones, por extraño que pueda resultar.

Argumentan que “es cierto que si se hace un uso continuado del término, se puede convertir en categoría y se puede vulgarizar”. Por ese motivo, añaden, para muchas empresas no tendría sentido registrar algo si luego se pierde el valor de la marca.

Ahora bien, todo eso se contrapone con el derecho a la libertad de información y, por otra parte, el despacho alude a que todo dependería de la notoriedad de la marca para que, en un tribunal, la empresa lleve o no razón. Concluyen que se trata de algo bastante subjetivo.

Dicen que el argumento de que se trata de una licencia periodística en forma de metáfora es bastante bueno, pero recomiendan utilizar un sinónimo y quedar como amigos.

Eso hemos hecho. Los dispositivos rotos que llegan a Phone House son trasladados (a un lugar donde curan a las personas, pero en este caso, a móviles). Que nadie hable de Hospital de Móviles para referirse a nada que no sea la mencionada empresa. O te demandarán.

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