Cada vez que sale un dato sobre la cuota de mercado de los diferentes sistemas operativos móviles se escucha la misma canción: Windows Phone está muerto y no levanta cabeza. Luego se habla de la falta de estrategia de Microsoft y se remata con alguna crítica a su gama Lumia.
Esta melodía suena repetitiva, aunque parece que cada vez tendrá menos fuerza. Y será, esta vez sí, porque todo el entorno móvil de Microsoft, con sus terminales Lumia y su sistema operativo Windows Phone está en vías de extinción. Según datos de Gartner, en el último trimestre de 2015 la cuota de mercado de Windows Phone es del 1,1%. Habría perdido más de un punto con respecto al mismo periodo del año anterior, donde ya estaba en un fatídico 2,8%.
Ha pasado de vender 10 millones de unidades a cuatro. Pese a que todavía tiene una masa crítica de usuarios, que realmente han pasado a ser sufridores y defensores, la realidad del proyecto móvil de Microsoft parece acabado. O al menos sin margen para crecer. Su tope de ventas a nivel trimestral ya lo alcanzó años atrás, y ahora solo vende menos. Cierto es que el mercado está en una situación contractiva, o quizá plana, podría decirse, lo cual tampoco le viene bien.
En esta situación, y con esos clientes a mitad de camino entre sufridores y defensores, los analistas coinciden en que se trata de una espiral por la cual los desarrolladores de aplicaciones dejan de tener interés en este sistema operativo, y por lo tanto se hace menos tractivo. Esto provoca que los potenciales clientes no veas alicientes para hacer ojitos a Windows Phone. Menos ventas… y vuelta a empezar.
En el camino los fabricantes no han querido apostar por WP. Algunos tímidos intentos de HTC, que tampoco está para potenciar nada, y todo lo demás sobre los pesos de la marca Lumia, que nunca ha estado entre los favoritos del público. Pero tampoco de los operadores de telefonía. Éstos suelen ser un bastión muy interesante para potenciar las marcas. Huawei es un ejemplo. Gracias a que muchas tarifas han ido asociada a este terminal, el fabricante chino ha abierto un filón en España. Al menos para inundar las calles y posicionar su nombre en el imaginario colectivo. Así, echando un ojo, por ejemplo, a las “tiendas virtuales” Orange o Movistar, ni rastro de terminales Lumia. Sí hay algunos den Vodafone, pero muy perdidos en el fondo del armario.
Sin alardes publicitarios
¿Alguien recuerda alguna campaña publicitaria que tenga un terminal Windows Phone como protagonista? Nada (o muy poco). Sin embargo, muchas de las marcas más populares del momento llenan lonas de edificios en obras, marquesinas de autobuses o vallas publicitarias. Huawei impregna el pecho de un equipo de fútbol, Samsung llena de banners los diarios digitales y Apple… es Apple.
No existe en el imaginario colectivo ningún terminal concreto que cause expectación. Sí para sus defensores, que siguen con el lema de que un gama baja de Microsoft es superior a un Android de gama media. Pero eso también es una batalla perdida que ya no se sostiene.
El gran problema es publicitario. Cuando Microsoft anunció su acuerdo con el Real Madrid para mejorar la tecnología del club blanco, hubo una gran fiesta en el palco del estadio madridista. Casi un centenar de medios, y mucha publicidad (y propaganda) los días posteriores. Pero en el segmento móvil Microsoft no ha movido ficha.
Ahora ya parece tarde para todo. Será difícil cambiar la dinámica. Sobre todo cuando los terminales chinos siguen ganando prestancia y solvencia para un uso estándar. Los próximos datos mercado darán la imagen ¿definitiva? Del lugar que ocupa Windows Phone.