Wolder: sombra de quiebra y riesgo de impago que se traduce en despidos

«Este es el mundo de David contra Goliat». Así definía hace un año el presidente de Wolder la posición de la compañía en el ecosistema móvil. Nunca negó la dureza del mercado, y menos siendo una empresa pequeña. Ahora las palabras de Ricardo Garrudo ganan sentido. El ajuste de plantilla es una realidad; y las cuentas de la tecnológica son un problema.

Sobre la primera circunstancia falta por definir el número concreto. Desde Wolder asumen que habrá un recorte. Diversas fuentes lo sitúan en torno a los 150 trabajadores. De hecho, ya se lo han comunicado al Gobierno cántabro, donde la empresa tiene su sede. Es un hecho. Habrá un elevado número de despidos.

Lo que quizá no está tan claro para la compañía, cuyos productos móviles son fabricados en China, es la situación real de su posición en el mercado. Según recoge ‘El Diario Montañés’, el director de Industria de la región, Raúl Pelayo, ha manifestado que se trata de una «situación coyuntural», y que «obliga a ajustar los costes». Al menos así se lo han trasladado al político desde Wolder.

Pero según las cuentas de la compañía (Global Wolder Group) depositadas en el registro mercantil, y obtenidas a través de Infoempresa.com, los número son preocupantes. Sin estar disponible el ejercicio 2016, del que se tiene constancia -2015-, la caída de ingresos y beneficios era muy pronunciada. La cifra de negocio pasó de 21,2 millones de euros en 2014 a 16 millones en 2015. En cuanto al resultado neto, pasaron de una ganancia de 307.290 euros a 89.104 euros.

Además, según el análisis financiero que realiza Infoempresa.com en relación a las variables aportadas por la empresa en la cuenta de resultados, el riesgo de quiebra era «muy alto». Y sobre el riesgo de impago lo situaba en «alto». Estos dos factores, no obstante, determinan los 12 meses posteriores a la presentación de resultados. Y como en este caso pertenecen al ejercicio anterior, estaría por conocerse la situación actual de la compañía.

Aunque otro de los problema era el endeudamiento a largo plazo, que pasó de poco más de medio millón de euros en 2014 a superar los dos millones en 2015. Situación similar en el endeudamiento a corto, donde creció de manera considerable.

Los despidos en Wolder como solución

Ante este escenario, la única solución viable pasa por el ERE que va a plantear la empresas a sus trabajadores. Wolder se ha visto azotada por un descenso generalizado de ventas en el sector de la electrónica de consumo. Eso, sumado a la fuerza que siguen teniendo gigantes como Huawei o Samsung, les ha llevado a una lucha imposible. Al final se trata de volumen y tamaño.

Y ese tamaño es el que se ha llevado por delante a Wolder. Casi de la misma manera que a BQ, donde salvan los muebles año a año, o exgigantes como HTC que han pasado a ser players secundarios en el mercado móvil.

La única diferencia es que Wolder tiene diversas líneas de negocio. Al margen de la electrónica de consumo, donde han sido un referente en los libros electrónicos y tablets, la compañía cántabra tiene líneas de negocio en la fabricación de remolques para vehículos; productos de jardinería y bricolaje; y comercialización de longboard y ropa. Pero el grueso del negocio era de dispositivos móviles. Y los números están en pleno curva descendente.

Una vez se lleven a cabo los despidos la compañía intentará volver a resituar su posición en el mercado. Pero si era complejo sacar el negocio adelante con el actual volumen de empleados, siendo más pequeños resultará más complejo. Sobre todo en el segmento donde la escala se convierte en algo vital.

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